Nicolás se encontraba sentado en el parque con Joan.
—Parece que todo volvió a ser como era antes.
—Si, extrañaba ésto.
—¿O la extrañabas a ella?.
—También a ella.
—Wow, lo aceptaste muy rápido, creí que te ibas a hacer el tonto, ¿le vas a decir lo que sientes ?.
—No puedo decirle, después de lo que pasó simplemente no puedo.
—Si, creo que tienes razón, bueno, me hubiera gustado que estuvieran juntos.
—Si, a mí también.
—¿Estas aceptando todo muy fácilmente, que carajos te pasa?.
Él solo le responde con una sonrisa enorme.
Estefanía se estaba preparando para irse, su hermana la abraza con todas sus fuerzas.
—Perdon, perdón por no prestarte atención, como tú hermana tenia que haberlo notado, pero no pensé que llegariás a esto, perdón.
—Perdon Lore, no debí hacer nunca eso, no pensé que le haría daño a tanta gente.
—Si alguna vez necesitas hablar con alguien dime, yo voy a escucharte siempre y te voy a aconsejar.
Ella acepta con una enorme sonrisa y toma sus cosas, antes de salir mira hacia su camilla donde pasó tres meses, cierra la puerta y pone punto aparte en su vida.
Al salir se encuentra con todos sus amigos que la esperaban ansiosos, ella no logra aguantarse la alegría y comienza a llorar al verlos con carteles y flores dándole la bienvenida.
Luego de saludarla la toman del brazo y se llevan a la fuerza hasta el colegio, ella sin saber nada trata de imaginarse lo que estaban tramando, pero no lo logra decifrar.
Antes de entrar le vendan los ojos y la hacen caminar, Joan la llevaba de la mano, llegan al salón de acto y ahí es donde le saca la venda, al aclararse la vista ve que todos sus compañeros estaban presentes y todos gritaban de alegría al verla, su mirada seguía su rumbo y veía que también estaban sus profesores y padres de los alumnos, uno a uno se acercaban a verla y felicitarla, ella no sabía que todos se habían puesto de acuerdo para recibir sus diplomas el día que ella estuviera presente, no querían hacerlo si no asistía, una realidad en la que jamás creyo que sería parte.
Todos toman asiento y ella estaba ansiosa, cada uno va pasando a recibir, ella no podía dejar de sonreír, la emoción más feliz se apoderaba de ella, era esclava de esas sensaciones tan lindas que llenaban su mente, se dejaba llevar, era libre.
Cuando a ella le toca recibir el diploma todos se ponen de pie para aplaudirla, ella se sentía avergonzada por las palabras de aliento que todo el mundo le decia inspiradas en ella, toma su diploma y baja a pasos veloces a sentarse de nuevo al lado de Joan, todas las personas reían por la forma en que bajo del escenario, estaba toda roja de la vergüenza.
Una vez que todos recibieron el diploma el encargado de la clase se pone enfrente de todos a decir unas palabras, todo el mundo llegó a emocionarse, emociones olvidadas fueron recordadas esa tarde, las lágrimas brotaban de esos alumnos que empezaron cómo extraños y hoy eran parte de una familia, la sensación de que talvez esa sea la última vez que estuvieran todos juntos los entristecían, todos querían parar el tiempo y disfrutarlo a pleno, cuando esas cálidas palabras llenas de sinceridad acabaron todo el mundo se pone de pie a aplaudir.
Toda la gente presente sale del lugar hacia otro salón donde los esperaba la comida que sus maestros habían preparado, las horas pasaron más rápido que la imaginación, se sentía que no se disfrutó lo necesario.
Joan sale del lugar abrumado y se sienta en un banco solo, a observar por última vez el paisaje que el colegio le regalaba, la angustia se hacía presente en él regalándole esos recuerdos que había formado ese tiempo que estuvo ahí, estaba agradecido ya que había conocido a personas maravillosas, su imaginación se interrumpe al ver que un hombre se sienta a su lado.
—Asi que este será tu último día en el colegio.
—Si, es muy triste saber que ya no voy a volver
—Si, ya te graduaste y ahora empieza tu vida, deben estar orgulloso de ti.
—Si, nosé que voy hacer con mi vida, ¿usted vino a ver a su hija?.
—Si, mas bien hijo, vine a ver cómo le estaba yendo a mi pequeño.
Aquel hombre nota que algo no andaba bien con Joan, lo notaba distraído y pensativo.
—¿Podría preguntar qué pasa con esa cara? Parece que la causante ese rostro es una chica.
—Si, perdón.
—¿Aun no le dijiste verdad?.
—No, no me animo.
—Yo le dije una vez a mi hijo, al "no" ya lo tienes, ve por el "si", el tiempo va a pasar y es mejor quedarse con la sensación de haberlo intentado, en vez de cargar con la duda de que huebiera pasado si le hubieras dicho, no se si te sirva y perdón por ser entrometido.
Joan comienza a pensar, esas palabras tan simples llenaron de respuestas su mente, una sonrisa comenzaba a aparecer de apoco, se llenó de valentía, estaba seguro de sí mismo.
—Gracias.
Se pone de pie.
—Muchas gracias, me llamo Joan, perdón por no presentarme.
—Descuida, yo tenía que presentarme primero, me llamo Néstor, un gusto conocerte Joan.
Joan se va del lugar y él se le queda viendo como su hijo se alejaba sin saber que el era su padre, el miedo lo traiciono y no se animó a decirle quién era, pero le llenaba de alegría que almenos pudo darle un cordial consejo con la máscara de amigo ajeno, talvez esa sean sus últimas palabras, él se tenia que ir fuera de la ciudad para trabajar, aquel hombre de aspecto serio comienza a llorar y sentirse tonto por no haberse animado a decirle la verdad, se sentía orgulloso por lo grande y fuerte que estaba, era una mezcla de emociones, su pecho le molestaba, solo le quedaba ese sentimiento de haberlo ayudado.
Joan estaba caminando junto a Estefanía solos, estaban yendo a cenar, los demás los estaban esperando ahí, ellos dos caminaban lento, en silenció, Joan no dejaba de pensar en esas palabras que aquel hombre le había dicho, trataba de buscar el momento que él creía necesario antes de llegar, el miedo se apoderaba, los recuerdos que creo junto a ella aparecían en su mente, se reía solo, ya no aguantaba guardarlo más, ya no tenía caso hacerlo, necesitaba decirle, en el fondo trataba de convencerse de que ella le diría que si, todo era un escándalo en su cabeza, no estaba presente en la realidad, deja de caminar y ve como ella seguía su camino.