El socio de papa.

Capitulo ocho.

La confesión a mi padre marcó un punto de inflexión en nuestras vidas. Aunque aceptó mi relación con Rogand, sabía que no sería fácil mantener la paz en la familia y en la empresa. La tensión entre mi amor prohibido y las responsabilidades familiares se volvió más palpable con cada día que pasaba.

Rogand y yo continuamos nuestra relación en secreto, pero la presión de mantenerla oculta comenzó a desgastarnos. Una tarde, después de una reunión en la oficina, nos encontramos en nuestro lugar de encuentro habitual.

"Esto está volviéndose insostenible," dije, sintiendo una mezcla de frustración y desesperación. "No puedo seguir viviendo con el temor constante de ser descubiertos."

Rogand me abrazó con fuerza. "Lo sé, y quiero encontrar una solución. Pero no quiero perderte. Eres todo para mí."

Sus palabras me conmovieron, pero también me hicieron darme cuenta de la magnitud de nuestro dilema. ¿Cómo podíamos encontrar un equilibrio entre nuestro amor y las responsabilidades que teníamos hacia nuestras familias y la empresa?

Con el tiempo, comenzamos a discutir posibles soluciones. Una de ellas era revelar nuestra relación a todos y enfrentar las consecuencias, pero sabíamos que eso podría poner en peligro la empresa y la relación con mi padre. Otra opción era terminar nuestra relación, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a renunciar a lo que sentíamos el uno por el otro.

Finalmente, decidimos mantener nuestra relación en secreto un poco más, mientras intentábamos encontrar una manera de equilibrar nuestras vidas. Sin embargo, sabíamos que esta solución era solo temporal y que eventualmente tendríamos que enfrentar la verdad.

A medida que pasaban los días, la tensión en la empresa y en nuestras vidas personales seguía aumentando. Los rumores y las sospechas no desaparecían, y Lucas y Victoria seguían vigilándonos de cerca. Cada encuentro clandestino con Rogand era un recordatorio de lo frágil que era nuestra situación. Una tarde, mientras revisaba algunos documentos en mi oficina, recibí una llamada inesperada. Era mi madre, quien había estado ausente de nuestras vidas desde que era pequeña. "Necesito hablar contigo," dijo con un tono grave. "Hay algo importante que debes saber."

Sentí un nudo en el estómago mientras escuchaba sus palabras. No había tenido contacto con mi madre en años, y su repentina llamada me dejó desconcertada. "¿De qué se trata, mamá?"

"Prefiero hablar en persona," respondió. "¿Podrías venir a verme?" Asentí, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación. Esa noche, me encontré con mi madre en un café discreto, lejos de las miradas curiosas. "¿Qué es lo que necesitas decirme?" pregunté, tratando de mantener la calma. "Hay algo del pasado que nunca te conté," dijo, mirando fijamente su taza de café. "Tu padre y Rogand tienen una historia que no conoces."

Sus palabras me dejaron perpleja. "¿Qué quieres decir?" "Antes de que nacieras, tu padre y Rogand eran socios en otro negocio," explicó. "Pero algo sucedió, y su relación se volvió tensa. No sé todos los detalles, pero creo que esa tensión ha estado afectando tu relación actual."

Sus palabras me dejaron atónita. No podía creer que hubiera tantos secretos en nuestra familia y en la relación entre mi padre y Rogand. Sentí que el suelo desaparecía bajo mis pies mientras trataba de procesar toda esta nueva información. "Gracias por decírmelo," dije finalmente. "Necesito tiempo para pensar en esto."

Esa noche, me quedé despierta, tratando de comprender cómo esta revelación afectaría nuestras vidas. Sabía que tenía que hablar con Rogand y mi padre, pero no estaba segura de cómo abordar el tema. La sombra del pasado parecía amenazar con destruir todo lo que habíamos construido.




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