Dos

El fin de semana había pasado volando y Lindsey tenía que volver a la escuela.

No quería hacerlo, menos después de lo sucedido en el baile de primavera.

Pero sus Padres no iban a dejarla faltar.

Sobre todo porque no tenían idea de lo que le había pasado.

Solo ella y Enzo sabían la verdad de lo ocurrido esa noche.

Así que se armó de valor y entro al establecimiento.

Sus manos empezaron a sudar y el corazón le palpitaba a mío por ahora.

Los nervios.

El peor enemigo de una persona.

Al poner un pie adentro todo se quedó en silencio.

Todos los ojos se posaron en ella.

Lo que incrementaba aún más su pulso.

Con la mirada bajo fue hasta su primera clase.

Gimnasia.

El cual su uniforme era demasiado corto para el gusto de Lindsey.

Y después de lo que pasó lo que menos quiere es que alguien vea aunque sea un centímetro de su piel.

Se adentro al gimnasio y la primera persona en acercarse a ella, fue Chanel.

— No pensé que te animarías a venir después de que todos te hayan visto en ropa interior, aunque pensándolo bien mucho no debieron ver.

La mirada de Chanel sobre su cuerpo, hizo que su respiración se agitará.

Sin decir nada salió disparada hacia los baños del vestuario.

Esa fue la primera, pero no la última vez que no contraatacó a alguno de los insultos de Chanel.

Se había encerrado en uno de los cubículos.

El aire le empezó a faltan, se estaba hiperventilando.

Sentía un miedo sofocante a morir.

Sentía que iba a morir.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Una y otra vez se repetía a si misma que todo iba a estar bien, que ya pasaría.

Pobre de Lindsey ella no tenía idea de que episodios como esos iban a pasar más veces de lo que cualquiera quisiera.

Ese fue el segundo problema de muchos que se venían.

Los cuales harían que Lindsey tome esa decisión.

Esa terrible decisión.



















 

(...)
 

Cuando salió del baño una vez que su ataque había pasado y todos se encontraban en sus respectivas clases.

No podía creer lo que estaba viendo.

En las paredes de los corredores habían pegados unos afiches con fotos de ella en el baile cuando quedó en ropa interior delante de toda la escuela.

Desesperada empezó a arrancar uno por uno los afiches.

Una vez que terminó el celular que tenía en su bolsillo le vibró.

Saco el celular.

Miro la pantalla.

“Chanel Hudson te etiquetó en una publicación.”

Intrigado por qué Chanel la haya etiquetado vio lo que había publicado.

Eran esas mismas fotos que segundos atrás quito de las paredes, pero ahora circulaban por todo el internet.

En los comentarios se hayaban mensajes burlándose o riéndose de ella.

Destrozada por la humillación que estaba pasando sin dudar ni un segundo salió de la escuela rumbo al estacionamiento.

Estaba saliendo del estacionamiento cuando su cuerpo choca con el de otra persona.

Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con un chico alto morocho de rulos.

La perfección en persona, o eso era lo que Lindsey pensó en aquel momento.

Pero muy pronto dejaría de pensar de aquella manera.

— ¿Estás bien? —Pregunto el joven con rulos al notar el rostro lleno de lágrimas de ella.

— Si, no te preocupes.

Lindsey estaba por retomar su camino cuando el muchacho le sostuvo el brazo para que no se fuera.

— Soy Blas.

— Lindsey.

Si tan solo Lindsey no se hubiera quedado ahí ese día.

Nada de lo que le pasó hubiera sucedido.