Capítulo 19: Enredados en el Destino

El aire fresco de la noche envolvía a Lyra y Orion mientras se separaban brevemente, sus frentes aún tocándose, respirando la misma energía que flotaba entre ellos. La chispa que había encendido su conexión ahora ardía con un fuego incontrolable.

“Lyra”, susurró Orion, su voz temblando ligeramente por la emoción. “No puedo dejar que este momento se acabe. Hay tanto que quiero compartir contigo”.

Lyra sintió cómo su corazón latía con fuerza. “¿Qué tienes en mente?” preguntó, intrigada y ansiosa por descubrir lo que él deseaba.

Sin esperar respuesta, Orion la atrajo hacia él nuevamente, esta vez con una necesidad palpable que hacía vibrar el aire a su alrededor. Sus labios se encontraron de nuevo, pero esta vez era diferente; había una urgencia en cada beso, cada toque. Las manos de Orion recorrían la espalda de Lyra, explorando cada curva mientras ella se entregaba al momento, sintiéndose viva como nunca antes.

Lyra se dejó llevar por la pasión que crecía entre ellos. Sus manos encontraron el rostro de Orion, acariciando sus mejillas antes de deslizarse hacia su cabello oscuro, tirando suavemente para acercarlo aún más. El mundo exterior desapareció; solo existían ellos y la magia de esa noche estrellada.

Orion comenzó a guiarla hacia una suave colina cubierta de hierba fresca. Se sentaron juntos, con Lyra en su regazo, mientras él la abrazaba con fuerza. Su piel se sentía caliente al contacto y una corriente eléctrica parecía recorrer sus cuerpos.

“Eres tan hermosa”, murmuró Orion mientras acariciaba suavemente su brazo. “No sé cómo he vivido sin ti”.

Lyra sonrió, sintiendo cómo las palabras de él resonaban en lo más profundo de su ser. “Y tú eres mi refugio”, respondió sinceramente. “Contigo me siento invencible”.

El ambiente a su alrededor parecía cobrar vida; los sonidos de la naturaleza se mezclaban con sus risas y susurros. Sin pensarlo dos veces, Lyra inclinó su cabeza hacia atrás, dejando que el viento le acariciara el rostro mientras disfrutaba del momento.

Orion aprovechó esa oportunidad para besar delicadamente su cuello, provocando un escalofrío que recorrió todo el cuerpo de Lyra. Ella cerró los ojos y dejó escapar un suave suspiro, sintiendo cómo una oleada de calor la inundaba.

“Lyra… quiero ser más que tu amigo. Quiero ser todo para ti”, dijo Orion en un tono cargado de deseo mientras sus labios seguían explorando la piel expuesta de su cuello.

“Yo también lo deseo”, respondió ella entre jadeos suaves, sintiéndose completamente atrapada por la intensidad de sus sentimientos.

Orion levantó la mirada y buscó los ojos de Lyra nuevamente, llenos de anhelo y complicidad. “Entonces dejemos que esta noche sea nuestra”, dijo antes de volver a besarlo con fervor.

Mientras el beso se profundizaba, las manos de Lyra comenzaron a explorar el torso musculoso de Orion, sintiendo cada contorno bajo sus dedos. La conexión entre ellos crecía cada vez más fuerte; era como si el universo entero estuviera conspirando para unirlos.

“Quiero sentirte cerca”, dijo Lyra con voz entrecortada mientras se separaban un momento para mirarse intensamente.

Sin dudarlo, Orion llevó ambas manos a la cintura de Lyra y la atrajo hacia él nuevamente. Sus cuerpos estaban tan cerca que podían sentir los latidos del corazón del otro resonar como un eco en sus almas.

La noche avanzaba y las estrellas parecían brillar más intensamente a medida que sus corazones latían al unísono. Se abrazaron con fuerza mientras compartían caricias suaves y miradas llenas de promesas no dichas.

“Eres mi destino”, murmuró Orion antes de volver a capturar sus labios en un beso apasionado que prometía un futuro lleno de amor y aventuras juntos.

Y así, bajo el manto estrellado, se entregaron uno al otro, dejando atrás cualquier duda o miedo; solo existían ellos dos en ese instante eterno donde todo era posible.

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