¡Que viaje!

Siento tranquilidad, nada parece moverse, me levanto de golpe asustada, la camioneta está estacionada y el conductor no está, por la ventanilla no veo más que una pared, el miedo me está invadiendo, ¿Habremos llegado y no fue capaz de despertarme?, Decido bajar calmadamente, al mirar el estacionamiento noto que hay muchísimos autos está prácticamente llenó, comienzo a caminar al elevador cuando las puertas de este se abren y veo a Elías con una chica de cabello negro cortado casi al ras, su atuendo en negro lo que consiste en un pantalon jeans clásico, campera de cuero y borcegos negros bien atados. Ambos me miran, ella con intensidad que proviene de la curiosidad y Elías con burla en sus ojos, no digo nada espero que pasen y al girar para darles espacio veo la entrada del estacionamiento por lo que me dirijo sin decir nada, dejándolo a los dos hablando de sus cosas.

Llego a una avenida está de noche, ¿Cuánto dormí?, El estómago me pide comida por lo que voy a llenarlo con algo, ajusto la mochila a mis hombros y me abro paso en la acera, no hay mucha gente pero la que hay va demasiado rápido por lo que si te frenas te golpeas con alguien seguro, camino dos cuadras cuando veo un pequeño bar no muy amplio pero si muy iluminado, esa es la mejor forma de llamar a mí estómago. Entro y el olor a las especias invade el ambiente es tan delicioso que se me hace agua la boca, tomo asiento en la parte del fondo, estoy lejos de la vista de los otros comensales del lugar y puedo vigilar la puerta por cualquier cosa, se acerca un mesero trayendome el menú.

_ Hola linda, hoy voy a ser tu camarero, por lo que te dejo el menú, ¿Querés algo de beber? - no entiendo si está coqueteando o no, soy malísima en esto.

_ Hola, si tráeme una coca por favor. -miro su rostro y es lindo, no muy lindo pero si destacan sus dientes blancos y súper prolijos que noto porque no a dejado de sonreír desde que me senté.

_ Por supuesto, ya te traigo. - y con eso me deja en la mesa.

Miro el menú y está lleno de delicias, hay para todos los paladares.

_Toma tu coca linda, ¿Cómo te llamas? - se para justo a mí lado, es alto casi como yo.

_ Gracias, me llamo Leyla, ¿Y vos? - miro sus ojos y son de color marrón oscuro.

_ me llamo Luca, tienes unos hermosos ojos, son de un violeta muy lindo - no se en que momento se tomó el atrevimiento de apoyarse en la mesa casi a la altura de mí cara estaba la suya - de verdad eres preciosa.

_ Gracias. - no se qué más decirle, cuando siento que la silla frente a mí se mueve, ya no me sorprende se que es Elías y que al parecer a mí camarero no le a gustado la forma en que se a acercado.

_ ¿Que vas a comer? - el patán me mira a mí nomás, veo que sus ojos se han oscurecido, parece peligroso pero a la vez es atrayente.

_ Unos ravioles rellenos de ricota con nuez - decir eso me costó bastante ya que se me había secado la boca.

_ Pues me parece genial, dos órdenes - le dice a Luca quien lo mira de una forma que si sus ojos pudieran lanzar lásers lo hubiera partido, este asiente y se va.

_ ¿No puedes ser más amable con la gente de vez en cuando? - lo miro reprochando su accionar - No fue buena la forma que trataste a Luca

_ Vaya ahora se conocen - su voz suena más áspera que de costumbre como si se le hubiera secado la boca o estuviera tensando todos los músculos de su cuerpo.

_ A sido la única persona amable que me eh cruzado y no lo conozco solo se presentó cuando vino a buscar la órden. -no sé porque le doy explicaciones pero me doy cuenta tarde.

_ Pues yo no vi que la estuvieras pasando mal la verdad - su mirada es en gran manera intensa sus ojos casi parecen de un verde peligroso, como un león a Punto de saltar sobre su presa.

_ Mira Elías no quiero discutir, se que empezamos con el pie izquierdo y es por tu culpa -miro su rostro y veo que relaja la mandíbula- aunque tampoco yo hice algo para cambiar eso, pero por favor, podemos comer en paz, después si me seguís gritando y enojandote, pero me duele la cabeza no está siendo fácil esto.

Veo que me mira con empatía, el chico coraza de patán no es tan patán, asiente sin decir nada cuando van llegando nuestras órdenes, la verdad se ve delicioso, el aroma es cautivante y la forma en que está colocada la pasta en el plato quedó hermosa. Ambos damos gracias y empezamos a comer en silenció, llevo el primer bocado de ravioles a mí boca y la verdad son exquisito.

_ ¿Que eras lo que me querías preguntar en el auto? - Elías corta mis pensamientos de gorda feliz para preguntar aquello.

_ en realidad quería saber ¿cómo conoces a mí madre? 

_ De verdad no sabes nada de nosotros - niego con la cabeza y el repite el acto - cómo bien sabes somos Yirus, capaz que no entendés todavía la responsabilidad de eso, todavía. Bien, Alexa es una de las 3 líderes que tenemos junto a mí padre y a mí. Nosotros somos los más fuertes, nuestros poderes destacan, incluyendo nuestra formación, somos los que mantenemos el orden. Luego están los Yirus jefes, no se si lo sabrás pero en la actualidad hay solo dos y uno de ellos desaparecido. Tu madre se enfrentó a Becca al tiempo que naciste y huyó para protegerte.

_ ¿Quienes son los Yirus? 

_ En la antigüedad nos llamaban los poderosos o dioses, pero nuestra realidad es diferente. Nosotros nos dedicamos a trabajar con nuestros poderes, sacar lo mejor de ellos, cada vez son menos los que en nuestra comunidad tienen poderes destacados, solo tienen 2 o 3 poderes cada uno, pero según la leyenda hay gente que puede tener más de lo que se imaginan.

_ ¿Hay más gente como nosotros? - era la primera vez que pensaba esa posiblidad

_ Si Leví, somos 3 comunidades grandes. Mantenemos la paz entre nosotros.

Continuamos comiendo en silencio me dio tanta información que me sorprende lo abierto que es para hablar cuando no es un patán. Tomo un sorbo de mí bebida y lo miró.

_ Elías ¿Que poder tenés? - esta pregunta hizo que se atragante con la comida, lo que me causo gracia y por primera vez reí con ganas desde que nos conocemos.