-¿ Y ahora que harás? ¿Ir sin más a lo del tipo y luego por la coordenada?.- me preguntó Lemmos. No lo sabia, tampoco creía que él no ignoraba el hecho de que se acababa de quedar sin empleo y tenia una familia que alimentar. Hay cuestiones primarias en la vida de una persona pasados los 20.
-No iré contigo esta vez, mi amigo.- agregó tras mi silencio -... hay ciertas cosas que tienen su limite. Tengo a mi familia y tengo que velar por ellos. Tú, ya eres lo suficientemente apto para todo. Te han tocado cartas tremendas y ahí estás, sin inmutarte tras ver un pedazo de cráneo, la pierna de un compañero o el estallido que casi te mata. Si esto fuera un libro juzgaría tu suerte al del ser el personaje principal, después de todo tus cartas de infortunio son muy altas y tu desinterés por destacar, por pertenecer, es notorio. Pero sin embargo, si fueras un personaje principal, harías actos mas heroicos como venir conmigo y ayudarme, pero se lo que te depara, mi amigo, porque siempre lo supe. Tú buscas esto en el fondo. Ésta es una clase de suerte poco original y paradójica, se que iras allí por un motivo muy grande y distinto al que todos tuvieron, tu ansias ver a tu familia, casi son tan altas como las mías.
No quiero que interpretes esto como una falta de lealtad, sabes que siempre te he admirado. Quiero que entiendas que, si bien el mundo cae, el mio está en mi departamento, espero que intacto y hagas lo que hagas ya nada puede arreglar el mundo de afuera de mi departamento, o empeorarlo.
Si esta es la ultima vez que nos vemos, o quizás la única vez que lo hacemos, quiero que sepas que fue un honor haber sido tu colega, haberte nombrado padrino de bodas y haberte coronado como el padrino de mi hija.
Eres un hombre por demás extraño, Freed Ranser, pero eres mi mejor amigo, no importa las paradojas en tiempo o los mundos que rodean en paralelo, en este momento, al nuestro, tú, infinitamente, seras eternamente, mi mejor amigo.-
EL silencio duró poco mientras nos abrazamos.
Adoraba a Richard, así como a su esposa y mi ahijada.
Quizás tenia razón, quizás iba a ir en busca de ver a mi familia pero cuando lo vi correr en dirección a su casa supe que tenia que ir por las coordenadas para evitar que esto pasara en nuestro presente.
De nuevo estaba en la carretera, iba lento, el tiempo ya era una cosa sujeta a otras que no me interesaban.
Sabia, porque la tarjeta lo decía, que el sector de George quedaba a cuatro edificios lejos del mio.
Recordaba las instalaciones de X, esto seria un asunto de entrar y salir, si nada fallaba.
Pude divisar el humo, las sirenas de bomberos y la prensa, mucha prensa, así que, en vez de entrar por delante, entré por el lateral de la base.
El suelo era increíblemente pantanoso y yo rogaba no quedarme estancado, pero sabia que de esta forma, no tendría que ir caminando mucho rato a mi destino, conté los galpones. Yo era galpón siete fila uno.
Pasé el primer galpón, las paredes tenían manchas de sangre.
Pasé el segundo galpón, el fuego ardía.
El tercer galpón, estaba abierto y en los laterales de las puertas, los cadáveres se alzaban apilados.
En el cuarto y quinto, quemaban a los difuntos en una hoguera inmensa. Me imaginaba como iban a explicarles esto a sus familias.
Pasé el sexto galpón, sus puertas estaban con agujeros de balazos.
Llegué al séptimo galpón, fila cuatro. Eureka.
Aparqué, todos los alambres que cubrían la base estaban abiertos, así que entré por el agujero de alambre.
La puerta estaba abierta, escuchaba pasos lejanos, pero eran calmos, suponía que debían de ser los del ejercito y los bomberos, así que entré en cuclillas.
El lugar estaba peor que, de lo que recordaba, mi galpón.
Las paredes no tenían el tinté carmesí, pero el suelo sí y el olor a oxido de la sangre y de los cadáveres, se impregnaba en mi nariz, taladrando mi cerebro.
No sabía como era el interior de este sector, jamás había entrado. La tarjeta de nada ayudaba, hasta que pensé que, si se guiaban por el mismo código que el que se usaba en mi galpón, las primeras letras derivan en los pasillos o pisos al cual corresponde la persona. Por ejemplo, yo soy GP lo que significa que soy "gran piso", lo que se traduce en: el piso de arriba, pasillo 3, según el numero que continua mi matricula.
George era PDK9.... PD, PD.... PD..... ¿pasillo derecho?
Seguí mi corazonada y no me falló.
La ultima letra y el ultimo numero indican tu puesto. En mi caso, mi cubículo era el Y37. Así que, si mi sentido detectivesco no había sucumbido en un extraño sueño, el K9 debe ser su cubículo.
Lo vi al fondo del pasillo, las luces eran azules y apenas funcionaban, el lugar estaba prácticamente a oscuras y los pasos se oían a la distancia. Si los militares estaban aquí y me hallaban así, seria el final de mi historia, pero es curioso como Lemmos siempre termina teniendo la razón... no me tocaba morir hoy, puede que mañana, pero no hoy.
Corrí al cubículo y vi la computadora. Busqué algún pendrive para poder guardar las coordenadas que estaban en la maquina, pero al no tener uno a la vista, agarré un lápiz y me puse a escribir absolutamente todo lo que vi.
En lo que pensé fue siglos, ya me encontraba de nuevo en el agujero rumbo a mi auto, lo encendí y aproveché cuando los bomberos encendieron otra llamarada para poner en marcha el motor y salir del lugar.