"Solo existen dos errores en la búsqueda de la verdad: no llegar hasta el final y no empezar." Siddhartha Gautama.
Conduje en el silencio, las luces eran tenues, pero era una noche clara, reveladora.
Pensaba en los momentos previos que me condujeron a esto ¿iba a creerle? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿de qué tiempo venia?. La respiración de Y37 parecía mecánica, distinta a la mía, o quizás esa era mi percepción.
Lo miraba de vez en cuando para reconocer sus facciones, pero soló podía ver sus ojos mirando la carretera delante nuestro, sus manos cortadas y todo lo externo, pero ningún rasgo de su genética.
No habló, yo tampoco.
Sentía muchas cosas, pensaba en preguntarle tantas otras. Temía que mi corazón se escuchara, me latía con fuerza. No quería quedar como un imbécil, pero ¿y si acaso lo soy?.
Cualquiera podía conocer mi nombre, no hay muchos Ranser, ademas todos saben de donde vengo, ¿y si realmente estaba llevando a un desconocido?... Bueno, realmente lo estas haciendo, que sea un viajero del tiempo no lo vuelve un conocido.
Me molestaba que no emitiera ruido, ¿qué tanto pensaba?¿acaso pensaba en alguna historia?¿era realmente un vago?
-Estoy a tu lado y puedo jurar que me estas denigrando con creces.- dijo
-No...yo nn-no...-
Me miró, frenamos en un semáforo.
-No soy una persona de muchas palabras, las condiciones no me lo permiten. Soy del futuro de tu linea temporal presente pasado, soy del futuro de tu linea temporal si otra cosa hubiese sucedido hoy, y soy del futuro de tu linea temporal que estás creando. En tú presente, para ti y ahora, yo soy tú futuro. En mi presente, aquí y ahora, tú eres mi pasado y mi futuro.
Hace unos momentos dejamos el pasado y nos adentramos en este presente que hace unos minutos era un futuro, cuando lleguemos a tu departamento, esta conversación habrá quedado en el pasado y eso que es el futuro, será nuestro presente.
No tienes que preguntar cuando sino porqué. Y la verdad va a salir en su momento.-
Bajamos del auto en silencio y entramos en la sala, mi gato rápidamente se frotó sobre mi. Quise prepararlo para la visita pero, por primera vez, no se asustó del visitante, de hecho, parecía hasta conocerlo.
-¿Seguro no te conozco?
Y37 negó con la cabeza. -Los animales y yo nos llevamos muy bien...- dijo.
-Bueno... Bienvenido a mi humilde morada.- dije -...¿quieres una cerveza?-
-Paso- dijo.
Una idea muy especulativa de la astrofísica moderna son los agujeros de gusano y sus posibilidades teóricas. Según las teorías matemáticas de Einstein, los agujeros de gusano pueden existir en nuestro universo.
Mientras que el viajero iba por la sala reconociendo el lugar, yo habría una lata.
No tomaba por nada en particular, sino que lo hacia para llenar ciertos vacíos.
La idea siempre fue encontrar al viajero del tiempo. Lo había intentado por años, pero jamás pensé que el momento era ese, que ese debió ser la raíz. Algo tan básico como una fiesta....
-¿Hay otros como tú?- le pregunté
-¿Cómo yo?- dijo mientras observaba una foto con determinación.
-Si... ya sabes... con tus peculiaridades...-
-Lo ignoro. ¿Hay otros como tú, Freed Ranser?-
-¿Cómo yo?- repetí su pregunta.
-Sí... solitarios. ¿Hace cuanto murieron?- dijo señalando la foto.
Allí estaban Lily y Shashal, mi esposa y mi hija de seis años.
Shashal con su mota de rulos incontrolables y sus hoyuelos bien marcados, con esa mirada que derrite el alma de cualquier persona, de cualquiera que pueda existir.
Lily estaba con su camisa azul claro y el cabello recogido, podía sentir sus perfumes, el ruido del carrusel y las burbujas de detergente estallar en mi nariz. Sentí la cintura de Lily sobre mis dedos y su respiración calurosa.
Trataba de no mirar las fotos, pero ahí estaba él, con sus botas, su cubre boca y su pregunta tan aniquilante como un disparo.
Las vi y sentí el peso de sus años fallecidas, del día que traje eso a la casa y como tuve que ver su deterioro hasta que las cremaron.
Recordé ese día, solo, en la playa con cenizas, la de mi esposa y mi hija que en prontas semanas hubiese cumplido 8 si yo no hubiese sido tan imbécil...
Sentí mi pecho abrirse y como la mano de Y37 arrancaba lo que restaba de mi corazón, tomé un largo trago de cerveza.
-8 años, 3 meses, 78 horas, 4 minutos y contando.
Él me miró, yo seguía mirando la foto en su mano derecha.
La luz apenas iluminaba a manos, pero yo los veía con rayos láser.
Por primera vez, alguien no me dio su pésame falso, su consuelo inútil. Y37 dejó la foto en su lugar y tomando la mochila se la colgó sobre un hombro y dijo
-Ocuparé la habitación de la niña, si no te molesta.- su voz sonaba quebrada, pero muy varonil. Intenté mirarlo pero no había suficiente luz.
-Es la segunda puerta de la izquierda.
-Estate levantado a las 8, comenzaré a explicarte a lo que vine.-