Me siento en el borde de mi colcha y empiezo a sentir dolor en mi espalda debido a los bultos que se sienten en ella pareciera como si en vez de algodón o retazos la hubieran rellenado con piedras o trozos de madera es bastante incomoda; pero para el sueño y un cuerpo cansado de tanto caminar no existe lugar incomodo solo dolor al dia siguiente, empiezo a escuchar voces por todo el pasillo y un tac tac tac que se repite de forma cortante pero un poco consecutiva y cada vez se va a acercando mas, derrepente se asoma una guardia que nos grita de manera absurda que debemos pasar al comedor, la reja se abre y me dirijo por pasillos guiada por las demas reclusas y seguida por las señoras vestidas de azul oscuro, en ese momento no se ni para donde me dirijo, cuando la multitud ya se dispersa un poco veo varios mesones en los que se encuentran variadas mujeres consumiendo sus alimentos del dia me dirijo hacia donde veo reparten las bandejas, una anciana me pasa una y al dar vuelta hacia los comedores quedo totalmente aturdida, el ruido es agobiante varias voces al tiempo, gritos, risas para mi es un caos y no veo un sitio donde sentarme cuando por fin a lo lejos encuentro un sitio al lado de una rubia, alta de un aspecto un poco peculiar esta me recibe diciendo a sus colegas de mesa con un tono un poco grotezco y familiar " otra manzana que se hecho a perder".
Me siento en silencio pero el interrogatorio que comienza justo cuando voy a probar algo despues de un dia largo sin comer absolutamente nada, me aturde ¿ por qué estas aqui?¿ ya que hizo la princesita para terminar aqui? Son solo algunas de las preguntas que hacían parte de un interrogatorio que parecia no iba a terminar y al cual yo no estaba dispuesta a responder, o almenos no hasta no terminar con la guerra que desde el dia anterior llevaba con mi estómago.
Al terminar solo pronuncie lo que yo ya sabia "no soy una criminal ".
Seguido de mi respuesta, el comedor estalló a carcajadas y las miradas se clavaban en mi como puñales que no hacian mas que juzgarme, ese fue un momento atemorizante, ver como todas esas mujeres me miraban y murmuraban pero era de esperarse ya que nadie llega a un reclusorio porque si; ya que hasta el inocente llega con un crimen encima y ahora venia yo de la noche a la mañana y resulta que no tenia nada que pagar valla ironía la mia.
Trataba de convencerme a mi misma de que no era una criminal cuando la realidad eratotalmente distinta, en ese momento una azulada se me acerca y me informa que tengo una visita de gran importancia, me levanta bruscamente casi sentí que me arrebataba el brazo y de igual manera me gira con vista hacia la rubia que me dice en voz baja:
- le creo muñequita... ¡qué!
¿Qué era eso de muñequita y comó que me creía?si por su culpa todas se habían burlado de mi, pense rápidamente mientras me esposaban para ser dirigida a la sala de visitas...