El inicio

Todo empezó cuando mi padre se involucró junto con la familia Feitain y Carsesi en negocios que inicialmente empezaron a dejar ganancias impresionantes pero de los cuales no teníamos ni la más mínima idea de como funcionaban,  había sido un conocido del señor Feitain el que le propuso a mi padre invertir en el negocio que aparentaba ser legal y además dejaría una gran suma monetaria a los socios por lo cual él no dudo ni un instante y se involucró en lo que meses más tarde traería consecuencias para la familia, terminando el año mas productivo mi padre se entero que detrás de tanta maravilla se involucraban personas del occidente; los cuales operaban junto a una banda de narcotráfico que sólo se estaban aprovechando de la ingenuidad y deseo de tener más y más capital de los tres del norte y de paso sus familiares.
 

Despues de todo lo que se fue descubriendo lo que siguio fueron meses de múltiples interrogatorios para mis padres, mala fama para mi en el Instituto y para completar  el olvido del resto de la familia; por lo cual debido a ello y todos los trámites para limpiar el apellido Fermonzel la familia quedo al borde de la  quiebra y ni hablar de los otros dos inversionistas, es muy duro recordarlo aún parece que fue ayer cuando vi el desespero, el horror en persona pues todos le temíamos a quedar en la calle y cada vez estábamos más llenos de deudas nos ahogabamos en el dolor , fueron meses de desesperación y malas decisiones algunas tomadas a la ligera por el afán de recuperar lo perdido.


Una de las primeras y malas decisiones fue la de enviarnos a los siete hijos de las familias a estudiar al sur de la ciudad en un Instituto público, pues desde el primer día que pisamos esas instalaciones nuestras vidas cambiaron de manera radical pues de ser los chicos populares del norte pasamos a ser los esclavillos de una de las bandas del lugar.