Tesoros

Rozmarín hizo un conjuro para revisar el estado de Gülmeri, se dió cuenta que aquella dragón azul estaba enferma de una profunda tristeza, tenía tanta tristeza que cayó en un sueño abismal, observó que Gúlmeri en su sueño veía a Ümid, viajaban por las aguas del rio Negro, eran felices, pero se dió cuenta que la dragón azul tenía un huevo.

Después de revisar a Gülmeri, Rozmarín aconsejó a Ümid:

Rozmarín - Ümid, hay una profunda tristeza en tu corazón, se disfraza de íra, quizas no hayas estado presente en la guerra, muchos de tus familiares y amigos han muerto, tu corazón se siente en soledad, por és cuando escuchaste cantar a Bulud, no la mataste, las frecuencias de su magia conectadas a su voz, poco a poco fueron sanando tu corazón, ahora es tu turno, con tu magía y amor, debes ayudar a Gülmeri.

Ümid al escuchar las palabras de Rozmarín sintió como de sus ojos amarillos, caían lágrimas, aquellas lágrimas cayeron al agua y esta se iluminó con destellos plateados, se formó un remolino en el agua y de ella emergío Gülmeri, en sus garras llevaba un huevo de dragón.

Gülmeri estaba radiante, Ümid se abalanzó hacia ella, se abrazaron muy fuerte, de repente una luz azul se expandió de ellos hacia el valle de Gilas, los árboles de cerezo empezaron a florecer, Bulud y Rozmarín estaban felices por lo que acababan de presenciar, la pareja de dragones se aceró a ellas dos, ofrecieron ser guardianes del templo, Rozmarín aceptó la propuesta de los dragones, fueron nombrados los guardianes del amor.

Ümid desde ése entonces reflejó en sus ojos bondad, por mucho tiempo protegió su más preciado tesoro, a Gülmeri, quien a la vez protegía el amor de los dos, el amor, el más profundo de los tesoros que se haya en lo profundo de nuestro ser, sale a flote cuando aceptamos la oscuridad que habita en cada uno de nosotros, éso somos en realidad, seres duales, mágicos e infinitos.