El trono de Inglaterra

4. Obligación

 

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Cuando me entere de la noticia de que aquel hombre tatuado era de la banda de uno de los hombres de Aleixandre sentí como si me hubieran dado una puñalada en el corazón. Todo estaba perdido, la organización, el FBI y la CIA estaban ya investigando el caso. Lo que había temido al enterarme de que ese hombre tenía conexión con Aleixandre se hizo realidad, Aleixandre tenía mucho que ver con el secuestro de mi familia, al final uno de mis enemigos me tiene ahora entre sus manos.

Como dice el protocolo, hay que tratar de negociar con el secuestrador y eso era lo que haría una vez que el imbécil se pusiera en contacto conmigo el imbécil el cual aún no lo hacía. No sabía que quería lograr con eso, ya paso dos semanas desde el secuestro y ellos no daban señales de vida.

Me estaban desesperando ya, quería respuestas, no, lo que quería más bien era poner una bala en la cabeza de ese hijo de perra.

—Señora— escuché la voz de Bonnie atrás de mí.

— ¿Qué? —conteste fríamente dando la vuelta a la silla para verla juguetear con la punta de su cabello. Eso era una señal de que estaba nerviosa. Siempre hacia eso cuando estaba nerviosa y asustada. Alce una ceja.

—Victorele Lebrox ha venido a verla—dice temblando le la voz.

La puerta se abrió y la sonrisa de arrogancia de aquel hombre que pondrá mi vida de cabeza me puso en alerta, era un tipo alto de tez blanca y cabello castaño claro de ojos color oliva con una sonrisa arrebatadora. Llevaba un elegante traje negro se paró al lado de Bonnie mirándome con la cabeza en alto retándome con la mirada.

Resople— ¿Qué haces aquí?—pregunté sabiendo la respuesta.

—Él me envió—respondió—no ha acudido a ninguna de sus llamadas por lo que...

—Envió a su perro faldero—dije interrumpiéndolo mientras lo miraba seriamente.

—Somos amigos desde la infancia, que eso lo veas de otra manera es tu problema— responde volviéndose serio por un segundo para después sonreír—es hora de irnos— dijo y la puerta vuelve abrirse entrando hombres de la guardia real.

Estaban bajo mi mando, pero supongo que hoy no lo están, ya que tenían sus armas de fundadas muy atentos a cualquier movimiento que pudiera hacer.

Los miré a todos de arriba abajo lentamente hasta levantar la mirada mirando a Victorele con una ceja alzada—son ocho hombres... —dije algo divertida.

—Lose—responde de la misma manera—por eso vino él—dice y Eliot entra con una carta en las manos. Se acercó a mí lentamente y me la entregó.

Lo mire por unos segundos y respire profundamente abriendo la carta "no los mates, son lo ven. Es por el bien de tu familia y el tuyo, loca ATT: Daniel."

Rodé los ojos, me conocía muy bien.

Levante las manos al aire mientras me levantaba de mi silla mirando con mala cara al estúpido que no dejaba de sonreír con suficiencia, uno de los hombres armados se acercó a mí por detrás agarrando mis manos esposándome para después guiarme a la salida.

Toda la organización no dejaba de mirarme sorprendidos y cuchichear entre ellos, llegamos al auto de Victorele el cual era un Lamborghini azul marino, el que me tenía sometida por mi voluntad me guio hasta él y luego se fue a la camioneta negra en donde estaban entrando todos al igual que Eliot.

—Oh este será un gran día—habla divertido Victorele— ¿Cómo te sientes al saber que verás de nuevo a tu primer amor Evangeline?

Resople mientras empezaba a retirarme las esposas lentamente—como si tuviera un grano en el culo—respondí rodando los ojos.

—Oh vamos, si hasta se escapaba del castillo para ir a verte—dice poniéndose en marcha—lo recuerdo claramente, su hermana y yo lo cubríamos, hasta los guardias.

— ¿Y qué quieres que haga con esa información?—dije mirándolo seriamente con una ceja alzada.

—Su amor fue del tipo... prohibido y peligroso.

—Peligroso será cuando te lance afuera del auto si sigues hablando mierda—dije dejando caer las esposas enfrente de él asustándolo.

Fue mi turno de sonreír.

— ¿Cómo...?—dice nervioso.

— ¿Ya no tan valiente Victorele?—dije con una risita haciéndolo tragar saliva—soy un agente de alto rango imbécil, nunca olvides eso—me crucé de brazos mirando por la ventana.

Luego de un largo rato de silencio llegamos al palacio de Buckingham. Los guardias nos dejaron pasar en seguida, Victorele estaciono el auto enfrente del palacio, vi a los guardias salir de la camioneta rápidamente hacia mí. El que me había esposado abrió la puerta para ayudarme a salir, su sorpresa fue la misma que el imbécil, quería golpearlo, pero Eliot me miro y suspire rodando los ojos y seguí en silencio a Victorele y Eliot, al lado de mí iban dos guardias y enfrente dos también y atrás el resto.

El palacio estaba en movimiento, los guardias estaban en alerta, lo sabía porque los veía comunicarse entre ellos por los auriculares, de seguro anunciando mi llegada. No sabía cuál era tanto el drama, al final de cuenta si quisiera escaparme lo hubiera hecho y ya, solo vengo porque Dani me lo pidió, que no se confundan.

Nos detuvimos en una gran puerta blanca con diseños dorados muy bonitos, el guardia que estaba parado a un lado abrió la puerta y Victorele y Eliot fueron los primeros en entrar, luego los dos hombres que estaban al frente de mí y después yo captando la atención de todos los presentes.




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