El último abrazo

Dopamina

Javier ya estaba desesperado. Miró la hora en su celular y era la siete de la noche. Se había tomado dos gaseosas y estaba seguro que en cinco minutos más se tomaría la tercera. No se atrevió a llamar a Luis para no parecer desesperado, ya no sabía que hacer. El nerviosismo se lo comía por dentro quería irse, huir de esa incertidumbre pero... Unas manos se posan en sus hombros, Javier trata de voltear pero las fuertes manos lo inmovilizan y una voz conocida le dice:

_ Sabes que no soy bueno para esto de las citas a ciegas. Estoy full nervioso. Había pensado regresarme como un cobarde pero el valor y esto que siento por ti me hizo quedarme. Pana espero todo esto valga la pena_ la manos de Luis temblaban y estaban frías. Javier sabía que era su Luis, el olor al perfume lo percibió. Javier habló con su voz suave a diferencia la de Luis que era aguda pero hermosa.

_ Te entiendo. Yo también estaba casi por irme, como no quiero más suspenso, ¿podrías sentarte?_ Luis se sienta. Javier pudo identificar de inmediato el torso de la foto, la camisa verde que traía Luis lo delató. Luis era un joven hermosamente diseñando, un metro ochenta y cinco, ojos miel profundo, piel dorada, labios medianos y una exquisita sonrisa. Estando frente a frente sentados en la silla, se miraron con un no sé qué lujurioso, la espera había concluido.

_ Yo creo que hay que empezar desde cero. Básicamente somos unos extraños_ habló Luis

_ Ok. Mucho gusto, me llamo Javier Sánchez y ¿tú?

_ Yo soy Luis López, un placer.

_ Es todo mío... ¿Por qué tardaste en llegar?

_ Llegue puntual. Es solo que te observaba de lejos

_ Mentiroso.

_ De pana. Desde el piso de arriba se ve todo aquí, vi cuando llegó el roquero dándote este volante vi tu cara de pocos amigos.

_ Eso es trampa. ¿Y como supiste que era yo?

_ Nuestro encuentro sería frente a esta heladería y si no la ha notado eres el único cliente, así que deduje que eras mi loquis.

_ Eres muy astuto

_ Copia para que aprendas del mejor_ presumió Luis ya entrando en confianza_ ¿Y tus padres?

_ Mi mamá está bien haciendo un encargo de bufandas y el gruñón de mi papá trabajando, nunca para.

_ Y qué, ¿vamos a la fiesta?

_ Tuve que rogarle el permiso a mi mamá pero lo logré y claro que voy. Puedes creerlo un chamo de 23 años rogando un permiso

_ ¡Perfecto! Un chamo juicioso que no anda haciendo locuras como si el mundo se fuera a acabar. ¿Hasta qué hora es tú permiso?

_ Una de la mañana.

_ ¡Chévere! Entonces no perdamos el tiempo que la noche es joven y terminara pronto_ se levantan, Luis toma la delantera, Javier puede apreciar el trasero de Luis que era perfecto como lo soñaría en un príncipe, el pantalón ajustado así lo permitía. Luis se detiene frenándole el paso a Javier_ Una última cosita, mi amigo el cumpleañero, mi amigo César tiene una especie de enfermedad o psicosis; así le digo yo, aunque él tiene su novia no repara en tener sexo con el primer chico que le presentan

_ ¿Es bisexual?

_ Si. Pero entiende el punto, si les presentan a un chico y él intuye que es, es-s ga-...

_ ¿Gay?

_ Si, entonces César activa dopamina y ¿cómo? no sé, pero tiene sexo con esa persona, nadie se le escapa.

_ ¿Dopamina?

_ Si do-pa-mi-na_ Luis separa las sílabas para que la palabra no salga de su cabeza.

Así salen al estacionamiento donde suben en una moto y colocándose los cascos se van rumbo a la fiesta.



#46403 en Novela romántica

En el texto hay: sexo, jovenes, amor

Editado: 16.02.2019

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