El Último Aliento

10. Molestia.

CONAN.

Madd ha estado últimamente muy metida en su celular y eso me molesta demasiado. Aparte de que al director se le ha ocurrido la maravillosa idea de separarnos (o por lo menos a Madd de nosotros) porque a los gemelos los tengo en todas las clases, pero a Madd solo la veo en el descanso.

Estar sentado durante tanto tiempo me está inquietando, ya no veo la hora en la que salgamos de aquí. No estoy poniendo nada de atención a lo que la maestra está explicando sobre unos cuadros que tenemos que realizar, suspiro lentamente y veo el lapicero que se movía con agilidad sobre mis dedos, giro mi cabeza de un lado a otro para ver a los gemelos que estaban sentados a mis lados.

Una de mis comisuras se alza un poco en una sonrisa al ver a Larry que estaba mucho peor que yo, su mirada estaba apuntando directamente a la ventana donde se encontraba un grupo del último año (al igual que nosotros) practicando algún deporte, por otra parte, estaba Luke quién si está poniendo atención a la explicación de la maestra incluso está tomando apuntes, ¡Toma apuntes! Por algo es que en todas las materias le va de maravilla mientras que a nosotros dos tenemos que rezar para sacar por lo menos la calificación mínima para aprobar.

Me estiró un más para ver lo que tiene tan entretenido a mi mejor amigo, pero no veo nada interesante solo un montón de chicos y chicas jugando voleibol, al instante que se da cuenta de que lo estoy mirando gira su cabeza con velocidad quedando a escasos centímetros de mi rostro. 

—¿Qué es lo que te tiene tan entretenido, Larry? —Inquirí, entrecierro mis ojos como si pudiera saber lo que está pasando por su cabeza ahora mismo.

—Na-nada —tartamudeó y fue cuando enarqué una ceja, porque no le creí en lo absoluto—. Está bien, me aburre esta clase y me distraigo mejor viendo a las personas jugar —mintió descaradamente, pero lo deje pasar. 

Me volví acomodar en mi asiento, con los ojos clavados en el pelinegro que estaba nervioso. Al parecer no quiere que descubran de quién está obsesionado está vez. Vuelvo mi vista a mi cuaderno que está completamente en blanco, pero al ver de reojo veo la libreta de Luke, y esa está llenada de apuntes, carajo. ¿Tanto explicó? Después le tomaría foto a su hoja, pero estaba muy seguro de que jamás pasaría esos apuntes a la libreta, tenía una sección en la galería de mi celular designada para todas esas fotografías que tenia de apuntes y tareas que jamás llegaron a mi libreta.

Golpeo mi libreta con el lapicero con aburrimiento y entonces siento como el aliento caliente de Luke golpea en mi oreja.

—¿Ahora qué le pasa a esté? — susurró provocando que mi piel se erizará.

—Según está viendo a las personas jugar porque le gusta —dije mientras guardaba mis cosas en mi mochila, ya no falta tanto para que salgamos.

—¿De quién se trata está vez? —sus ojos pasan por un lado de mi hombro para ver a su hermano que estaba con sus brazos cruzados sobre la paleta de la silla mientras recargaba la mitad de su rostro en ellos. Tenia sueño.

—No tengo idea —me encogí de hombros.

Era muy difícil descifrar cuando alguien nuevo le comenzaba a gustar a Larry, siempre se mantenía callado cuando se trataba de ese tipo de cosas o a la que le contaba todo eso es a Madd.  

Luke chasqueó la lengua y se volvió a su lugar. Y una parte de mí se comenzaba a preocupar. Porque esto no está bien para nada bien, no queremos que Larry vuelva a sufrir por alguien que no lo valoró por quién era.

Al sonar el timbre agarro mi mochila con rapidez y me pongo de pie, pero antes de salir palmeó la espalda de Larry que se quedó completamente dormido, se queja por unos cuantos segundos, pero abre los ojos con pesadez y se pone de pie. Empezamos a caminar por los grandes pasillos de la escuela que se ven mucho mejor desde que los pintamos, al pasar por el casillero de Madd algo dentro de mí se alegra de que en menos de tres minutos la veré... bueno todos la veremos.

Al entrar a la cafetería lo primero que mis ojos captan es esa melena dorada, estaba sentada sola. Apresuro mis pasos rebasando a las personas que iban delante de mí y en cuanto llego Madd sube la mirada para verme, pero no quita el hecho de que estaba otra vez metida en ese maldito chat con aquel tipo que ni siquiera conoce.

 —¿Otra vez él? —Eso no era lo que le quería decir, sin embargo, las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera siquiera procesarlas.

—Thierry —alza su celular y me muestra el chat que estaba abierto en donde todo lo que se escribían estaba en francés.

Asiento y recorro la silla que estaba enfrente de ella, unas cuantas personas pasan por nuestra mesa y nos saludan, pero toda mi atención estaba en la chica que de repente sus mejillas se sonrojaron. Estaba más que claro que no estaba hablando con su padrastro. Desde el incidente de la piscina me prometí que me controlaría y eliminaría toda esa toxicidad que se desprendía en mi cuerpo cuando se trataba de Madd, todos mis celos que siempre mantenía a raya se descontrolaron cuando vi los mensajes que le estaba mandando aquel tipo.

—¿Puedes parpadear? Me comienzas a asustar —Madd presiona una uva sobre mis labios y lentamente los abro para comer la fruta que me estaba ofreciendo—. Hoy me iré sola —me avisa, pero lo único que hago es negar consecutivamente con la cabeza. Estaba muy equivocada si creía que la dejaría ir sola cuando ya le había dicho a su madre que yo la llevaría a casa.




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