LUKE
A lo largo de mi vida me he cuestionado muchísimas cosas y entre ellas, el porqué de mi existencia. Veía cosas que Larry no, y las cuales en la gran mayoría yo me encargaba de que él no las notara. A pesar de que solo era mayor que él por cinco minutos, desde ese momento tomé el rol de hermano mayor, me encargaba de protegerlo de absolutamente todo y, entre ello, de nuestros padres.
Larry ama pasar ratos con ellos, pero ellos no tienen ninguna intención de pasarlo con nosotros. Ante los ojos de nuestros padres somos simplemente una carga extra, para ellos siempre será el trabajo sobre cualquier cosa, así nos estemos muriendo o tengamos un problema en el necesitamos de su ayuda, solamente nos ignorarán y yo tendré que solucionarlo y si no sé, tengo que hallar la manera de sacarnos de ahí.
Prefiero poner la felicidad de mi hermano sobre la mía si eso me asegura que no se sentirá mal por existir o se culpará por todo. Yo puedo lidiar con esas cosas y honestamente, no me importa que mis padres me golpeen cuando se molestan entre ellos o que me griten insultos sobre mi aspecto o cualquier cosa hiriente que se les venga a la cabeza. Yo estoy acostumbrado a lidiar con las grietas, con los colores opacos que pintas las paredes, por lo que jamás me arrepentiré de poner primero a mi hermano antes que a mí si su vida pinta bien.
Y aunque la chica que tengo enfrente hace que toda esa mierda se diluya, soy consiente en que ella también tiene que lidiar con grietas mucho más profundas que la hacen derrumbarse a pesar de que finja que todo está perfectamente bien. Ella no lo sabe, pero realmente la admiro mucho, se ríe y es amable con las personas, a pesar de estar luchando internamente para que sus muros no se derrumben y colapsen absolutamente todo lo que ella ha creado.
Ambos vivimos en distintas burbujas, uno lo hace para proteger al alguien más y la otra para protegerse a sí misma de todo el daño que le provocan las personas que ella ama.
Continúo acariciando su cabello, intentando calmar su respiración. Madd inclina su cabeza hacia mi hombro y muevo un poco mi cuerpo para quedar a su nivel sin necesidad de que ella se tenga que alzar. Los chicos están haciendo ejercicio en alguna parte de la casa de Conan mientras que nosotros nos relajamos en las escaleras de la entrada del gimnasio.
Mi hermano y yo podemos ser idénticos, pero ambos tenemos pasatiempos muy diferentes. Mientras él ama ejercitarse, yo prefiero estar en mi habitación leyendo algún libro de misterio o escuchando música tranquila para enfocarme en las cosas que en ese instante estoy haciendo. Sigo pasando mi mano hasta que Madd se reincorpora y con una de sus manos toma mi rostro.
Sus ojos dorados hacen contacto con los míos y antes de que le preguntara qué me quería decir, su mano libre echa para atrás mi cabello seco. Una sonrisa contornea sus labios y, por primera vez, no supe descifrar lo que sus ojos me gritaban.
—Eres un buen amigo, Luke —pongo mi mano sobre la suya y de inmediato mi ceño se frunce—. Eres una persona increíble, eres gentil con personas que a veces no se lo merecen, y tienes un gran y maravilloso corazón. Muy pocas personas cuentan con todas esas cualidades.
Mi corazón se calienta y los latidos los comienzo a escuchar en mis oídos. Contengo por un instante el aire antes de soltarlo por la nariz de manera despacio. Le sonrío antes de que la preocupación se me instalara en el cuerpo. La última vez que me dijo algo similar desapareció por un año entero y el simple hecho de volver a pasar por aquella angustia y desesperación por saber que está bien, me aterra.
—¿Suceda algo? ¿Te pasa algo? ¿Por qué dices todo eso de repente? ¿Volverás a irte?
Me es imposible ocultar mi preocupación, pero al ver que negaba consecutivamente un destello de tranquilidad exploto dentro de mi cuerpo.
—Simplemente, me di cuenta de que debo de decirle todo lo que siento a las personas que quiero. No quiero arrepentirme por no haber dicho las cosas en ese momento solo para que no se sintieran incómodos o se preocuparan.
—Realmente no te pasa nada, ¿verdad?
Y ella vuelve a negar.
—Estoy bien, solo quería decir eso —deja un pequeño beso sobre mi mejilla para después volver a sentarse a mi lado—. ¿Crees que nuestro castigo sea muy severo? —Alzo mis cejas al notar lo rápido que ha cambiado de tema. Y entonces la preocupación deslumbró en sus ojos dorados, la emoción que tenía en ellos hace un instante se esfumó por completo.
Un leve sonido llega a mis oídos, de inmediato mis ojos se van al móvil que descansaba al otro lado de mi cuerpo, sin mucho interés enciendo la pantalla y al ver que eran dos mensajes de mi padre, un nudo se instala en mi estómago provocándome dolor. Tomo el móvil como si de él salieran llamas, me meto en el chat que mantenía con nuestro padre nada amoroso y, al leer el primer mensaje, la molestia consume todas las emociones que había estado sintiendo.
Black Mayor: ¿Me puedes explicar que es esta puta mierda? ¿Qué mierda se les cruza por la estúpida cabeza como para hacer algo así de idiota?
Black Mayor: Estamos trabajando en algo sumamente importante, Luke. Y si no puedes mantener la puta promesa que nos hiciste, es mejor que vayan preparando sus jodidas maletas, porque no pienso tolerar cada uno de sus desgraciados caprichos, ¿entendido, idiota?
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Editado: 16.01.2025