El Último Aliento (regresa el 25 de febrero)

12. Caos

MADDISON

Estas cenas se han postergado por tanto tiempo, que ya no recordaba aquel sentimiento que me invadía cada vez que mis dos padres se sentaban en la misma mesa junto con mis abuelos paternos. A pesar de la muy mala relación que tengan mis padres, mi madre se sigue hablando con mis abuelos y, aunque a muchos no les guste esta rara relación. Mi madre tiene una mejor relación con mis abuelos que con sus padres, a los cuales no les habla desde hace muchos años.

Muevo mi dedo por la pantalla táctil de la computadora para deslizar al siguiente capítulo del libro que me encontraba leyendo, pero antes de que pudiera siquiera leer la primera letra, una notificación se asoma en la parte superior y de inmediato me meto. Con ayuda del mouse presiono dos veces para meterme y ver de lo que se trataba.

Al ver que se trataba de un artículo de la revista Celebrity News, dudé por un momento. Esta revista, a pesar de que se trata principalmente de darle al mundo a conocer las noticias de su celebridad favorita, ya también implementó una nueva sección en donde los hijos de estas supuestas estrellas llaman más la atención que sus padres o, en todo caso, sobre los líos en los que se meten.

Afortunadamente, no he aparecido en ella. Pero mi hermana mayor, sí.

Sin pensarlo más, ingreso a la página y al leerlo, mi corazón inicia a bombear más sangre. La boca se me seca y le doy hacia abajo para leer lo que estas personas han escrito esta vez.

«El nuevo escándalo del hijo mayor de Manuel Brown».

«La única hija del famoso chef japonés, Sue Hamilton, anuncia su nueva relación con el hijo mayor de la familia Brown».

Le doy en leer más y mis ojos comienzan a arder conforme avanzaba con la lectura.

«Esta tarde, Conan Brown y Sue Hamilton, salieron del famoso restaurante de su padre. Ambos agarrados de la mano. En ese momento no sé sabía si era porque ya estaban en una relación o porque simplemente eran buenos amigos que se llevaban bien. Sin embargo, Sue confirmó la relación unos minutos después de que fueran vistos públicamente, mediante una serie de fotografías en donde se les puede ver a ambos muy felices.

Fuentes cercanas a ambos chicos, comentan que desde las vacaciones pasadas fue que su relación comenzó a fluir…»

Imposible.

Mientras más seguía leyendo, menos me lo creía.

¿Sue? ¿Sue Hamilton? ¿Relación? ¿Pareja? ¿Novios? ¿Los dos se conocían? ¿Se conocían desde las vacaciones pasadas? ¡Ellos se conocen desde las vacaciones pasadas!

Me pongo de pie mientras me muevo de un lugar a otro sin saber qué hacer o qué pensar. Paso mis manos por el cabello e intento tragarme el nudo que se me ha instalado en la garganta. Conan me lo diría. Conan me contaría algo sobre ella. Conan me hubiera explicado todo, absolutamente todo. Conan me comentaría sobre su nueva amistad. Conan me hubiera dicho que la conocía. Me hablaría de ella si es que pensaba en tener una relación.

Así que lo que dice ese artículo no es cierto.

Nosotros no nos guardamos secretos, nos decimos todo sin excepciones.

Yo sé todo de él y él sabe todo de mí.

Me apresuro a buscar el móvil en la bolsa de colgar que me llevaría a la cena y, al ver cómo mis manos me temblaban, me detengo. Necesito tranquilizarme, y si lo llamo y atiende, ¿qué le diré? ¿Qué le preguntaré? ¿Está bien que me enfade? Se supone que nos contamos todo, pero porque todas las personas saben sobre esto y yo no.

¿Su círculo cercano sabe sobre esto? ¿Quiénes? ¿Luke? ¿Larry? ¿Quiénes son esas personas de su supuesto círculo cercano que sabían de esa relación desde el año pasado? ¿Yo no lo era? ¿Yo quedaba excluida?

El solo pensar en eso, las tripas se me revuelven dentro del estómago.

En todos estos años que llevo con vida, siempre me he esforzado por encajar, por pertenecer en un sitio y que las personas me aceptaran. En muchas ocasiones tuve que cambiar algo de mí, ya fuera mi personalidad alegre o mi forma de pensar solo para no estar completamente sola. Y después de eso, siempre me abandonaban, hiciera lo que hiciera, fuera como fuera, pensara como pensara. Para las personas se les hace muy fácil alejarme sin decirme una palabra o sentir algún tipo de lástima y eso me rompe.

Prefiero a que me lo digan, a que se vayan como si nada. ¡Como si yo no valiera la pena!

Muchas inseguridades me invadieron después de todo eso, ya no sabía quién era o qué era lo que quería. Inicié a sentirme insatisfecha por mi aspecto, por mi voz, por mi forma de ser. Por absolutamente todo. Y después, cuando creí que había vuelto a tomar mi rumbo, que me sentía un poco mejor estando dentro de mi piel. Pasó lo del año pasado. Personas señalándome, riéndose de mí mientras lloraba, suplicando para que pararan de tomar fotografías, pero nada de eso los detuvo de hacerme ese daño.

Desde que llegué a Cleveland y los conocí, me escondí detrás de sus espaldas como si ellos fueran grandes armaduras irrompibles cuando, en realidad, eran mucho más frágiles que yo.

—Maddison.

La voz de mi madre me saca de mis pensamientos. De inmediato alejo mis manos del interior del bolso y me dispongo a salir de la habitación.




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