El último invierno

Primer contacto

Ya había salido el sol y Talan estaba terminando de ordenar su tienda de campaña cuando escuchó una voz firme.

-Buenos días Talan – dijo Abrax cruzándose de brazos.

-Buenos días líder Abrax – respondió Talan sorprendido.

- ¿Por qué has venido? – preguntó Abrax mirándolo a los ojos

- ¿Perdón? – dijo Talan con incredulidad.

- ¿Qué haces acá? - insistió Abrax

- Lo mismo que todos, supongo– dijo Talan dudando de su respuesta

-No eres como todos, piensa bien la pregunta y cuando tengas clara tu respuesta seguiremos conversando – respondió Abrax sonriéndole mientras se iba – Termina con tus cosas, partiremos pronto.

Talan, incrédulo y medio avergonzado después de esa conversación con el líder de cazadores, se dispuso a desayunar cuando llegó Arlis.

- ¿Qué te ha dicho el líder? – preguntó Arlis.

- Solo me ha preguntado qué hago acá – respondió Talan con pesar.

- ¿Qué haces acá? ¿En qué sentido? – dijo Arlis con extrañeza.

-No lo he entendido al parecer – dijo Talan pensativo.

- ¿Que no estas acá para cazar mamuts? – Dijo Arlis con tono burlesco – que más vas a estar haciendo – añadió riendo

- Ya apresúrense o nos quedaremos atrás – los apuro Hender que acababa de llegar con su mochila en la espalda – Arlis ve a buscar tus cosas.

- Ya voy, ya voy – respondió Arlis mientras se apresuraba a buscar su mochila y su lanza.

- Arlis es un muchacho curioso y a veces se entromete de más, en cosas que no le incumben, pero es buen chico, tenle paciencia - le indicó Hender - ¿Ya comiste?, vamos a continuar, al otro lado de esta colina deberíamos ver mamuts - señaló la colina detrás de ellos.

-SI, ya comí y si lo entiendo, no me molesta Arlis, me intriga el líder Abrax – respondió Talan pensativo.

- A veces el líder Abrax es así, debajo de todo ese semblante alegre y confiado hay una hombre muy serio y sabio – dijo Hender con seriedad – Trata de aprender lo máximo que puedas de él.

Talan solo asintió con la cabeza y fue a buscar sus cosas. Emprendieron la marcha por la colina escarpada, todos los cazadores se apoyaban en sus lanzas para poder realizar el ascenso, el líder Abrax iba a la cabeza del grupo y ya había sacado varios metros de distancia, Talan observó sorprendido que subía casi sin dificultad por la colina mientras él y los demás quedaban sin aliento, al verlo recordó la conversación que tuvieron esa mañana, en que habrá querido decir con que no era como los demás. Se detuvo, bebió agua de su bota y observo el camino recorrido, atrás de él alcanzaba a observar a Arlis y aún más atrás, casi de los últimos, Hender se le notaba que se le hacía dificultoso el paso, le invadió la nostalgia al darse cuenta de que no se alcanzaba a ver el mar. Pensaba en que estarían haciendo Syra. No se distrajo más en sus pensamientos y continuo con el ascenso.

Cuando llego a la cima, ya había varios cazadores recuperando el aliento, todos con la frente empapada en sudor al igual que él, el líder Abrax se le acercó. 50 kilómetros recorridos, 10 de la mañana

- ¿Qué tal?, me alegra ver que estas en forma – le dijo con su característico semblante alegre.

- Estoy bien, pero ha sido bastante difícil – respondió, encorvado con sus manos apoyadas en sus rodillas.

- Toma – le tendió su bota de agua – bebe.

- Gracias – dijo Talan y mientras bebía, observó que el líder Abrax no tenía ni siquiera una gota de sudor.

- Mira, ven – le ordenó caminando hacia el borde de la colina – desde aquí se ve nuestra presa – dijo señalando hacia abajo.

Talan se acercó, le devolvió la bota de agua y observó hacia donde le indicaba el líder Abrax y contemplo con admiración el paisaje, a su izquierda, hacia el oeste y hacia el norte, se veía, imponente, la cordillera que había levantado el padre Manek para proteger a los Sedna del resto del mundo y ahí, en el cordón montañoso, nacía un rio que, atravesaba toda la región y llegaba a mar abierto en el este. Finalmente, en el terreno llano, una manada de doce mamuts, a esa distancia era imposible apreciar el tamaño real de las bestias, pero Talan ya se dio cuenta de su imponencia.

- Que no te intimiden, Talan – dijo Abrax tocándole el hombro- Ese que ves ahí, el más grande, es el macho de la manada, nuestra presa mayor, tiene que medir por lo menos tres metros y medio, pero ya se los dije el primer día, juntos somos poderosos, hemos cazado y seguiremos cazando mamuts hasta que el padre Manek nos acompañé.

- Espero poder estar a la altura – respondió Talan.

- Lo estarás, cuando estes frente a la presa te convertirás en un verdadero cazador – y se alejó diciendo – esperaremos a que lleguen todos y continuaremos.

Talan continúo trabajando en su roca mientras esperaban a los demás, debía terminar su lanza ahora, comprendió que era lo único que podía separarlo de la vida o la muerte. Se sentía asustado. Aterrado ahora que había visto las bestias que se disponían a cazar. La roca ya tenía forma de punta de lanza, ahora solo faltaba que sea afilada, así que se decidió a ubicarla en el asta, ya después podría continuar trabajando en convertirla en un arma de verdad.

Puso la roca en la muesca del asta y la untó con una resina que fabricaban los Sedna con grasa de morsa y polvo de hueso. Realizó el amarre con tendones de mamut y ya estaba lista. Su lanza, con la que debía dar sustento a su pueblo, ahora se sentía un verdadero cazador.

-Muy bien hecho – le dijo Arlis – has sido el primero en terminar tu lanza.

-No quiero estar desarmado cuando nos enfrentemos a un mamut.

-Muy listo de tu parte.

Había pasado más de una hora cuando llego el último cazador, Hender con el rostro rojo, empapado en sudor y sin aliento, de desplomo sobre la escasa nieve que había en el suelo, los demás le ofrecieron agua y se rieron.

-Así dice que no está viejo – dijo Arlis golpeándole el brazo con el codo a Talan.



#1704 en Fantasía
#2270 en Otros
#179 en Aventura

En el texto hay: fantasia épica, hielo y fuego, cacería

Editado: 02.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.