El último omega

Hace mucho tiempo que los omegas desaparecieron.

Sí, tal cual se lee en esa frase un día simplemente dejaron de haber nacimientos de bebés con el segundo género omega.

Caso contrario pasó con el nacimiento de alfas. Lo que en un comienzo significó una alegría, ya que nacer Alfa es sinónimo de un buen futuro, a diferencia de nacer omega que solo eran considerados como maquinas fecundadoras y sin otra utilidad. Poco a poco la baja natalidad de omegas se convirtió en una alerta mundial.

Se criticó el maltrato hacia los pocos omegas que nacían, cuyos padres incluso subastaron a sus propios hijos, como si fuesen solo mercadería, a alfas desesperados por tener parejas. Aun así, los alfas que los compraban tampoco se salvaban de las acusaciones, muchos omegas murieron en sus manos a causa del maltrato físico o acababan con sus propias vidas ante la violencia psicológica.

Hasta que un día no nació ningún bebé del genero secundario omega. De días pasaron a meses, de meses a años.

Ante la falta de omegas los alfas intentaron procrear con los betas pero los pocos hijos que lograban sobrevivir nacían como betas. Muy pocos casos lograban un alfa pero era procrear a otro alfa más condenado a la extinción.

Se dice que en unos años más los alfas terminaran también por desaparecer.