Pasan varios días desde que partiste.
Miras como el perro saca su cabeza por la ventana disfrutando del viento.
Te distraes pensando en si el mundo estaría así, vacío y sin personas o hay talvez un refugio allá en los Ángeles.
El motor falla lo que hace que pierdas el control y te estrelles contra un árbol.
Ibas a velocidad por lo que se vuelca el transporte y quedas de cabeza.
Tú visión es borrosa y ves sangre goteando de tu cabeza. Comienzas a ver mejor pero ves al perro tirado en la carretera sin moverse.
Estás mareado y te paras con mucha dificultad.
*Continúa en la página 27*