El universo de un poeta

Cómplice

CÓMPLICES

 

Se unían dos mundos

buscando una fusión eterna.

 

El éxtasis de tus dulces labios

se mezcló con los míos

y nuestras lenguas en guerra

luchaban por atravesar aquel

río de pasión.

 

Mis poros destilaban gotas  de excitación provocadas

por el imparable vaivén

de tus fervientes besos.

 

La noche era cómplice de cada embestida infernal,

Terminar dormido en tu cuerpo 

angelical era el perfecto final.

 

Se derretía como paleta helada

tu sexo, cuando mi lengua

saboreaba el manjar

del exquisito clítoris.

 

Temblabas fuertemente de placer

y en tus ojos llenos de antojos podía ver

las ganas que tenías de sentirme

dentro de tí.

 

Como loba voraz, te avalanchaste

encima de mí..

El miembro probaste

y en el cielo me mecí.

Nunca había viajado al espacio,

pero te aseguro que

a las estrellas subí

y observé el universo

con todas sus constelaciones.

 

  Experimenté mil sensaciones atrapadas,

locas por ser expulsadas al viento

en busca de algún amor sediento

que de ellas se enamorara.

 

Nuestras almas entrelazadas

no paraban de vibrar,

Tal pareciera que el penetrar

fue la llave perdida

que liberó  esas ganas obsesivas

de quererme dominar.

 

 

El mar y el cielo abrieron sus compuertas,

para por fín estallar de felicidad.

 

Ofni Lobaina


 




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