Capítulo 17: Christine, La Diosa Suprema De La Conquista

País: México

Ubicación: Nuevo León, Monterrey.

Horario: 21:50 pm

En un gigantesco parque turístico ubicado en Monterrey, México. Se logra apreciar a una pequeña niña enfrente de dos seres bastantes malévolos, alrededor de ellos se observa un gran edificio antiguo histórico que posee gigantescos tubos de fierro, tal parece que pertenece a una famosa fundidora.

Ambos demonios, observan completamente asustados a una pequeña niña que por su apariencia, parece que es indefensa y débil.

—¡Quiero que me devuelvas mi poder y con eso te vas a evitar problemas! —anuncia Satanás, observando enojado a la pequeña niña junto con Belfegor.

No recibiendo Satanás ninguna respuesta por parte de la pequeña Christine, ya que se logra apreciar que ella se observa sus manos seriamente.

—Ya veo, excelente. Con que esto es el poder del dios malévolo más poderoso de todos los universos —dice Christine, decidiendo dirigir su mirada hacia ambos demonios; seriamente—. Todo ha salido a la perfección y he cumplido con uno de mis objetivos principales.

Comenzando ambos demonios a verla confusos, pero Belfegor; empieza por retirarse lentamente sin bajar su guardia.

—¡No me abandones! —ordena Satanás, parándose Belfegor en su lugar—. Esa niña no es lo que aparenta, quizá sea algún demonio que está tratando de rebelarse contra mí.

Comenzando Christine a sonreír.

—Eso lo sabríamos desde un principio, pero los demás escaparon como cobardes al ver a Yahvé, realmente el asunto es demasiado grave —dice Belfegor, invocando un gran espontón oscuro por medio de sus dos manos, pudiéndose apreciar que el arma está elaborada de metal oscuro. En la parte superior, tiene una moharra de color dorado incrustado en el espontón, ya que tiene diferentes formas para poder dañar a sus enemigos.

—No me responde absolutamente nadie a mi llamado de auxilio, realmente todos piensan que Yahvé está aquí conmigo, esto es bastante malo, pero… —informa Satanás, siendo interrumpido por Belfegor; quien se acerca contra la pequeña Christine a gran velocidad.

—¡Escapa! —grita Belfegor, dejando a su líder confuso mientras que se acerca a gran velocidad contra la pequeña.

Dirigiendo él su gran espontón hacia un lado para dirigirlo con una gran fuerza  sobrehumana contra su objetivo, logrando segundos después; golpear a la pequeña en su rostro para enviarla contra el edificio antiguo cercano.

Causando este ataque un gran sonido de forma sorprendente; semejante a una gran explosión.

—¡Te la encargo! —suena el grito de Satanás, invocando con todas sus fuerzas un nuevo portal para seguidamente; dirigirse hacia él y desaparecer.

Logrando verlo Belfegor para darse cuenta que su líder está completamente agotado de forma aterradora.

—Ahora su fuerza es igual al de un demonio menor, maldita sea. Esta niña no es alguien normal —informa en voz baja Belfegor.

Logrando ver que Christine comienza a salir del edificio destruido.

Belfegor ve que su enemiga tiene pequeñas heridas en su rostro, pero de forma extraña; se comienzan a regenerar.

—Regeneración, está al rango de los dioses más malévolos y peligrosos de todos los universos —informa en voz baja Belfegor, descubriendo que su enemiga es bastante peligrosa.

—¿Eso es todo tu poder? —inquiere la pequeña Christine mientras que su enemigo se prepara nuevamente.

—No te confíes bastante por tu suerte, será mej… —responde Belfegor, callándose en ese momento, ya que observa que la pequeña se acerca a gran velocidad contra él.

Llegó la hora del contraataque de Christine y eso lo sabe Belfegor, aunque no sabe el demonio como actuar contra esa fuerte amenaza, mientras que Christine decide golpearlo con un fuerte puñetazo contra su abdomen.

Impactando dicho golpe contra el demonio para ser enviado fuertemente contra varios árboles.

—¡Wow, wow, jajajaja! —suena la voz de Christine, sorprendiéndose por el gran poder aterrador que tiene, añadiendo—. Así que este es mi nuevo poder, jajaja, excelente, ¡magnifico! aunque…

Callándose en ese momento mientras que se acerca lentamente hacia la dirección de su enemigo, pudiendo ella observar que Belfegor; se levanta lentamente.

Belfegor sabe que tiene a una enemiga bastante poderosa, solo espera que su líder le haya avisado a todos sus demás compañeros para que puedan ayudarlo, algo está bastante mal en ese momento, la fuerza de Christine supera fácilmente a Lius y a los demás dioses malévolos más peligrosos de todos los universos.

—Maldito trato que hizo —declara Belfegor, completamente agotado y herido.

Tal parece que esa niña es una gran amenaza.

 —Excelente, eso es lo que yo sentía cuando todos ustedes se burlaban de mí por ser alguien inservible, aunque… nunca mostré mi verdadero poder —informa la pequeña Christine, comenzando Belfegor a verla sorprendido.

—¡¿Quién eres realmente?!

Comenzando la pequeña Christine a agitar sus manos por unos momentos, para seguidamente; cerrar sus ojos y abrirlos rápidamente.

—Recuerdo que todos le tenían bastante miedo a muchos diferentes tipos de libros, enciclopedias, entre otras cosas que todos los dioses cuidaban bastante, pero yo nunca fui considerado como alguien importante —responde la pequeña niña dejando confuso al demonio, añadiendo—. ¡Yo soy ahora la nueva diosa suprema de la conquista, Christine!

Comenzando su cuerpo a brillar fuertemente de color amarillo en ese momento.

Asustándose bastante Belfegor, ya que la pequeña se desarrolla rápidamente de su cuerpo para ser una joven de aproximadamente veinte tres años de edad, destrozando ella con gran facilidad su vestido, pero de forma extraña; un nuevo vestuario comienza a cubrir su cuerpo rápidamente.

Pudiendo apreciarse que Christine, ahora posee unos jeans de color gris oscuro, una camisa de color blanca que es cubierta por medio  de un chaleco de color gris, tiene unas botas de casquillo color negras brillantes, su pelo es corto de color rojo brillante como el fuego, la iris de sus ojos están cambiando continuamente de diferentes colores además de que; en su cabeza comienza a aparecer un gran sombrero tipo pirata de color blanco con algunas líneas doradas en ese momento.