El Vendedor De Pociones

EL VENDEDOR DE POCIONES Beer’s Y OTRAS MARCAS NO TAN COMERCIALES

Hoy es uno de esos días en los que Drina se siente incomprensiblemente inspirada por la llegada del otoño, uno de esos meses en la que los vendedores ambulantes han de buscarse el sustento vendiendo todo tipo de artilugios extraños y bebidas mágicas que hacen perder la razón a los aldeanos de Greenspek.

Un hombre de aspecto extrañamente atractivo llamado Argus se dispone a montar su puesto de pociones, como cada año escoge el mismo lugar, la esquina donde se encuentra la cantina que rige la Señora Fatigosa.

Los vendedores de Humo, mientras tanto, siguen peleándose por escoger el mejor lugar en la pequeña plaza del mercado, aún sabiendo de sus escasas posibilidades de venta , ya que no contaron este año con la presencia del vendedor de Sueños, que con sus ofertas y chollos de última hora se les hace imposible competir.

Drina paseaba curioseando entre los puestos de los vendedores ambulantes con la intención de adquirir algún objeto decorativo, con la esperanza que éste tuviera algún poder especial, como viajar en el tiempo o algo parecido.

A unos pocos metros de la pequeña gnomo, Drina, se encontraba el puesto de Argus, que se dedicaba con esmero a colocar cuidadosamente sus frascos de cristal en un estante de madera de nogal mágico; tenía por costumbre beberse las pociones del comerciante y éste andaba después quejándose de que no le salían las cuentas.

Drina se le acercó y le preguntó con gran entusiasmo. - ¿Alguna poción interesante? El año pasado compré el elixir de la juventud eterna, pero solo duró unas pocas horas.

Argus sonrió y le acercó un frasco diferente al resto, tenía forma de barril de hojalata y se podía abrir con una diminuta anilla en la parte superior, en los laterales y en gigantescas letras doradas aparecía la marca comercial Beer’s.

-Esta bebida está hecha con agua del manantial de los Dioses, cebada , lúpulo y otros condimentos que prefiero no mencionar, es capaz de contrarrestar cualquier mal. – responde éste afirmando con seguridad el efecto que provoca el brebaje.

-¿Cualquiera? ¿Estás seguro? ¿Y la psicología inversa también? - Drina prosiguió - Los duendecillos siempre andan con consejos absurdos para que luego definitivamente termine haciendo todo lo contrario, y eso amigo, suele desesperarme.

El Alquimista Thot, que siempre anda despistado apresuró sus pasos al ver a Drina hablando con el comerciante.
-Drina! Drina! -Gritó Thot a la pequeña gnomo que estaba sacando unas monedas de su bolsillo con la intención de comprar aquél producto. –Ese elixir te dará dolor de cabeza y te hará hacer cosas estúpidas.

Argus negó con la cabeza y respondió –No es cierto amigo, solo si te pasas de la dosis recomendada.

El estante de madera de Nogal mágico resopló y pensó en voz baja ¿Cómo podía ser posible que aquél individuo delgaducho y de sombrero puntiagudo conociera los efectos secundarios?

-¿Es cierto? –inquirió Drina mirando con cara de pocos amigos al vendedor.

-Ummm. Sí.. No.. solo a veces.., pero puedo hacerte un 2x1 – contestó Argus sonrojado y con voz temblorosa.

Drina pareció ofenderse y pensó que aquel personaje le había intentado embaucar de nuevo, sabía con certeza que los vendedores de humo y de sueños eran unos embusteros, pero, ¿Un vendedor de pócimas? ¿Cómo era posible?

Se despidió amablemente del comerciante, y caviló sobre lo sucedido mientras sus pequeños y lentos pasos, se dirigían casi sin hacer ruido a su humilde y cálido hogar a las afueras de Greenspek.




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