Camino (2)

La escena qué observaron fue una trágica, al estar más cercas vieron con claridad los restos de los familiares cortados y decapitados además del fuerte olor a descomposición esto está  muy fuerte y todo esto es una escena muy triste y traumática para dos niños.

Lósif—no es el momento de estar triste Ana, vamos a investigar el lugar y siempre tengamos cuidado al momento de entrar a las casas, aún existe la posibilidad de que haya uno de esos caballeros todavía  escondido—

Después de explorar con una lentitud y mucho cuidado toda la aldea y estuvieron seguros de que no había nadie, rápidamente fueron a la primera casa y así sucesivamente en cada de esas cosas observaron qué solo había granos de frijol y no había nada de utilidad alimentaria para comer rápido, cuando llegaron a la casa de Agustín se sintieron mucho mejor en el había comida y agua lo tomaron todo junto a la ropa igualmente lo tomaron junto a todo el calzado entre otras cosas que serían muy útiles para continuar con el viaje qué estaban apuntó de enfrentar.

Lósif—Ana caminemos al bosque, ¡mira! Esta de aquí es la espada qué dejó uno de los caballeros parece ser que no la quisieron está encajada en el cuerpo de mi tío Agustín—

Dijo Lósif para proceder a desenterrar la espada de hierro pesada y llena de sangre con restos de tripas de Agustín, él ignoraba deliberadamente el cuerpo sin cabeza de Agustín, sabía que si no lo hacía de esta manera se puede derrumbar y Ana ocupaba a alguien fuerte.

Logró sostenerlo con dos manos y utilizando toda la fuerza qué un niño de 10 años puede usar, aunque gordo estaba musculoso no mucho pero esos días de trabajo en el campo sembrando ayudaron, logrando meter a la gran espada en vuelta en un trapo para que no haya accidentes en el camino, lamentablemente el trapo fue cortado limpiamente y toco qué Iósif se la llevara con el filo para arriba sosteniéndolo en los hombros tratando de balancearla con una mano para que está no se moviera de una manera que pudiese cortarlos.

Lósif volteó a ver a Ana y vio que ya estaba lista, antes de irse querían hacer unos posos para enterrar los restos de sus familiares y amigos para que descansen en paz, desafortunadamente no había tiempo el día había terminado hace una hora y estaba la noche en sus cabezas no se veía nada aparte de la oscuridad en el camino ambos decidieron ir al árbol hueco para dormir.

Al entrar al árbol se abrazaron y durmieron esperando que el día siguiente llegará rápido y escapar de esta aldea donde habían sufrido mucho al ver este infierno.

Al día siguiente amaneciendo después de hacer la higiene básica y necesidades del cuerpo humano, estaban listos para retirarse, con eso en mente se embarcaron al camino qué lleva al gran bosque, supuestamente ese extraño bosque está maldito según contaban los padres de Rosita y Laura, mi madre nos comentó que nunca fuéramos a ese bosque, ya que nunca saldríamos vivos de ese lugar, hace mucho los abuelos de Laura estaban peleando y el abuelo salió enojado rumbo al bosque entro y nunca se volvió a saber de él hasta la fecha todo estaba sin una noticia, la esposa de mi abuelo estaba llorando todos los días afuera del bosque esperando la llegada de mi abuelo.

Por el camino tierroso se puede ver a dos niños, una niña flaca y una gran joroba y linda cara y el otro niño más alto y algo gordo con una piel morena y gran espada de hierro sostenida con una mano en los hombros, ambos niños tenían en sus espaldas una mochila de cuero con lo que tenían varios suministros para el viaje.

Ana—Lósif estoy cansada y mis pies se sienten raros, Lósif podemos detenernos un rato para descansar—

Lósif—Ana, ya casi llegamos al inicio del bosque observa(señala adelante el inicio de un gran árbol verde) solo avanzamos hasta ese árbol y descansamos, caminamos mucho, la aldea ya no se ve para volver debemos de caminar otras 7 horas y contando los descanso como ahora sigamos Ana—

Ana—está bien Iósif, yo seré fuerte, ya casi llegamos puedo hacerlo, además tú estás cargando la mayor parte de la carga. ¿Soy una molestia Lósif?—

Lósif—¡No!, Ana no eres una molestia,  jamás lo serás para mí, eres mi única amiga y te protegeré con mi vida, viste ya llegamos al árbol ahora descansemos—

Hablo Lósif y aceleraron el paso para entrar en la sombra del gran árbol al llegar observaron con deleite como había muchos árboles atrás de este árbol de inmensa magnitud con lo que parecía ser mangos o alguna fruta extraña.

Lósif—Ana ahora que lo pienso caminamos por el sol durante mucho tiempo y el sol ya está por ser opacado entonces saldrá la luna anunciando la noche, descansemos y tengamos una comida además mira este árbol nos servirá para un refugio temporal, sabes espero que no haya cocodrilos o algo así—

Ana—Lósif ¿qué son los cocodrilos?—
Preguntó la niña al niño mayor, ella a veces escuchaba a Lósif hablar y mencionar cosas raras, nombres muy extraños qué no conocía.

Lósif—son garrobos muy grandes qué comen carne de cualquier criatura qué se mueva, algo así como un tío Agustín solo que el tío Agustín le da a todo lo que se mueva—
mitad bromeó el niño y sonrió la última parte.

Lamentablemente, la niña no captó la indirecta y se quedó observando al niño qué estaba sonriendo como un tonto por contar un chiste malo.

Ana—Lósif entiendo, entonces puedo dormir abrazado contigo, me da miedo dormir sola.
¿Lósif te gusto?—

Preguntó la niña algo tímida y bajando la cara de reojo estaba observando al chico con cuidado y viendo la reacción del niño.

Lósif—Ana si me gustas, eres una buena chica y serás una hermosa dama, por cierto si podemos dormir juntos—

Losif no captó la indirecta de la niña el pensó que se refería a gustar de querer como amigos y no caer mal, con eso en mente Ana se metió en la colcha de Losif y lo abrazo como un pequeño koala para después quedar dormidos.