Regresar al reino humano.

Lósif está despierto y listo para partir, lo que dijo la princesa Hanao sobre dormir con ella fue falso.

En realidad ella se refería a dormir en la misma casa no a la cama, una decepción para el reencarnado, pero no mucho el tenía cosas importantes que hacer.

Ahora empezando el día y listo para partir y dejar este reino. Donde habían pasado muchas cosas malas, asesinatos, traiciones de los nobles e invasiones de necromantes.

Todo en uno en la noche fría y desolada de ayer, ahora caminando por las vacías y destruidas calles del reino animal puede sentir esa extraña sensación de opresión en el pecho qué siente desde ayer que se enteró qué la loba fue al reino de Tosiff.

Sin prestar más atención a las calles solitarias avanzó a paso rápido y logrando llegar a la puerta principal donde está fuertemente custodiada por muchos guardias y caballeros todos listos con una aura de cansancio en todo el ser al estar toda la noche de guardias.

Lósif paso la puerta como si nada, el ahora mismo está vestido con una armadura completa de hierro y una espada de dos manos nueva e igualmente de hierro, todo esto pesa mucho y apenas puede caminar a paso rápido.
También le regalaron ropa entre otras cosas más para el viaje de regreso y al estar acercándose en los árboles donde estaba parada Kayla observó a una silueta familiar esperándolo.

Lósif — ¿Erika qué haces aquí?—

Pregunta muy sorprendido por la repentina aparición de la semihumana que tiene la cara muy sombría.

Erika— Quiero ir contigo—

Hablo fríamente a la pregunta formulada de Lósif.

Lósif — No, es peligroso el reino humano está lleno de corrupción entre otras cosas—

Erika— No importa, quiero ir contigo—

Lósif — Aquí estás bien, La princesa Hanao te va a dar trabajo y puedes obtener ingresos para vivir de ello y después tener una familia feliz—

Erika— No, no quiero quedarme aquí, quiero ir con Lósif—

Lósif empezaba a molestarse por la testaruda chica y el tiene mucha prisa por llegar al reino humano, no puede quedarse aquí más tiempo.

Lósif — ¿Por qué quieres ir?—

Pregunto enojado y sin ocultarlo en la voz, Lósif quería que está chica se diera cuenta de que no está jugando y quiere regresar ahora mismo.

Erika se sorprendió al escuchar el grito del caballero y se asustó un poco con los ojos algo llorosos respondió.

Erika— La princesa Hanao me amenazó directamente para que no me acerque a Lósif o me matara—

Lósif se calmó y no volvió a enojarse el sabe de antemano qué está princesa es de dos caras o más y debe de creer lo que dice Erika.

Lósif — Bien entonces, sígueme—

Lósif continuó avanzando sin voltear atrás para verificar si la chica lo seguía.

Erika rápidamente observó la espalda del niño y avanzó rápida atrás del niño.

Ambos avanzan por el sendero lleno de vegetación y caminan durante un largo tiempo.

Lósif estaba agotado al caminar con toda esta armadura en el cuerpo y se la quito directamente dejando solo la pechera y listo.

Se sentó abajo de un árbol sombreado donde estaban a salvo del fuerte sol y observo a su acompañante qué parece más agitada qué el mismo.

Lósif solo se dio cuenta de que ella aún no había comido o tomado agua, se dio un golpe mental por no verificar la condición de Erika.

Lósif se acercó a la niña sentada en el sol y por lo visto no puede caminar más por lo cansada además de solo vestir un vestido hecho harapos y sin calzado donde deja ver los pies qué igual a sus manos son de gato.

Lósif de la mochila saco directamente el saco de cuero donde almacena agua y dos frutas para acercarse a la niña.

Lósif le puso todo en las dos manos o patas de la chica y cuando vio que los recogía tomo en los brazos a la niña flaca al estilo nupcial la recogió para llevarla al árbol.

Erika abrió los ojos al ver como el niño la cargaba para dejarla con cuidado bajo el árbol.

Lósif— Toma agua y comer, estaremos un rato más y partiremos, veo que no tienes calzado te daré los míos—

Lósif le entrego los dos pares y los abrió un poco para qué entrarán correctamente en las patas de gato de la niña.

Lósif se sorprendió un poco al ver un ser de esta forma y aún no se acostumbra.

Erika desde los dedos de los pies hasta las piernas son patas de gato y lo demás excepto las palmas de las manos y dedos son humanos, se veía algo extraña además de ver una pequeña cola negra qué parece fue cortada con las orejas negras saliendo de su cabeza y se ve extraña.

Erika al sentir la mirada escrutadora de Lósif inconscientemente trata de esconderse en ella misma, pero no logra hacerlo y se sonroja al escuchar la pregunta de Lósif.

Lósif — Erika... ¿Cuánto hace que te bañaste?—

Pregunta directamente sin rodeos al cargar a la niña noto un aroma fuerte y peculiar en ella, además también sabe que desde que la conoció le entro el aroma solo que no es tan fuerte como el de ahora mismo.

Erika se sorprendió demasiado y sonrojo a más no poder al escuchar la vergonzosa pregunta del chico que le gusta, ella aun siendo una semihumana o lo que sea es una niña y ella igual que otras piensa en su imagen.

Con la cara en llamas voltea la mirada y Tapándose la carita tierna responde.

Erika— Llevo sin bañarme dos semanas—

Bajo la voz al decir las semanas que lleva sin lavarse.

Lósif se sorprendió él mismo lleva apenas unos días sin lavarlo y siente una incomodes máxima, el siempre estaba acostumbrado a bañarse hasta tres veces al día y ahora solo lo hace una vez cada que puede.

Lósif — Ya veo… sabes no te sientas mal por esas cosas, la princesa Hanao tenía un olor peculiar más fuerte que el tuyo—

Erika se sorprendió al escuchar qué alguien se atrevió a decir que la princesa Hanao tenía un olor feo.

Ella siempre escuchaba al guardia toro decir tonterías de que la princesa Hanao no podía olor feo por ser una princesa y hada, ella cuando fue atrapada hace tiempo por robar el guardia toro la asustó y mencionó qué la usaría como recipiente y ella no sabe que es eso.