¿Blanca?

Lósif vio rojo solo avanzaba con un destino en la mente, directamente hasta la sede de caballeros.

Llego y entro sin importarle una mierda las diversas miradas qué recibía al estar alterado.

Lósif observó al capitán de los caballeros del sur sentado y tomando un café.

Lósif — ¿Dónde está Ana y Blanca?—

José al escuchar la intervención del chico campesino se molestó, pero al recordar que talvez ya sabía sobre su feliz matrimonio, responde.

Capitán José— Blanca es mi esposa desde hace 3 días y vivimos felices, por otra parte, Ana la campesina. Le gusto a algún noble y fue llevada al reino del norte—

Hablo de una manera arrogante y muy cínica al chico que estaba enojado como nunca antes.

Lósif — ¿Qué maldito noble?—

Lósif no está bien y no volverá a estarlo hasta recuperar recuperarlos a los dos y destruirá a todos estos malditos.

Lósif — ¿dónde está Blanca?—

Preguntó nuevamente y está vez miró seriamente a los ojos del caballero con su inicio ojo.

Capitán José— Blanca está en mi casa y puedo llevarte para que veas lo feliz que es ella, pero tienes una misión qué hacer—

A Lósif le importaba un comino la misión ahora lo primordial es verificar la seguridad de Blanca y el esperaba lo peor en todo caso.

Saliendo de la sede molesta con un gritón Capitán diciéndole qué va a expulsarlo definitivamente de los caballeros, algo que Lósif ignoró y avanzó más rápido para interrogar a los diversos transeúntes en el camino y caballeros qué envinada. Hasta que dio con la dirección de la casa del capitán y rápidamente fue al lugar mencionado.

Al llegar observo una casa grande color roja, es la mejor casa de todas aquí presentes, no presto atención y rápidamente toco la puerta.

Al ver que no salían la pateo logrando forzarla y entro directamente.

Al entrar observó el interior de la casa limpia y espaciosa de madera refinada de algún tipo.

Apresuradamente, avanzó por los lugares y habitaciones quedando solo la última habitación donde al abrir y entrar encontró a la chica que buscaba.

Blanca estaba en la habitación con la enorme cama y sábanas de algún material delicado.

Lósif veía empañado la vista que tenía adelante por alguna razón su único ojo estaba húmedo y lleno de agua, no había llovido y no está afuera, pero está cayendo gotas de agua salada.

Lósif se acercó hasta donde está Blanca y la vio.

Blanca colgada del techo con una soga en el cuello, estaba más fría que nunca y la piel pálida enferma a más no poder, ella estaba muerta en su cuerpo delicado desnudo muchas marcas de forcejeo y golpes entre otras cosas más. Todo lo observa con calma una calma mortal.

Lósif no lograba registrar lo que veía su único ojo en este momento la chica Blanca colgada desnuda de un travesaño de fierro y muerta.

Lósif— Blanca regresé, sabes por el camino me encontré a varias chicas raras y muy extrañas, pero me gustaría saber si sabes donde está mi amiga Ana—

Blanca seguía muerta y colgada sin moverse.

Lósif lo supo, Blanca está muerta y por alguna razón tenía golpes en el cuerpo desnudo.

Lósif se acercó al cuerpo y con cuidado corto la soga del cuello para bajarla con más cuidado y el peso no lo haga tirarla. Cuando logró acomodar a la niña muerta en la cama la observó con su único ojo, la niña tenía unas enormes rasguños de alguna bestia felina gigante y en la parte de atrás las nalgas cortadas hasta la espalda.

Lósif no sabía que decir o hacer, solamente quería seguir viéndola y llenarse más de odio en el ser.
Talvez el destino de cualquier necromante es este y por emplear la magia negra el karma se había bajado al extremo.

Lósif no lo sabe, pero lo que sabe ahora mismo son muchas cosas, debe de matar a Kayla aquí y ahora, pero debe de ir al reino norte.

Lósif escucho unos pasos y volteó solo para ver a José parado con una sonrisa en la cara.

Capitán José— Parece que viste a mi esposa, vez ella es muy feliz lleva dos días colgada y no quiere bajar—

Lósif — La torturaste y ¿quién más lo hizo?—

Capitán José — Ella no quería cooperar con lo de tener hijos y la obligué, sobre el otro fue una noble semihumana sirviente exclusiva de la princesa del reino semihumano—

Lósif — ¿Por qué no protegiste a tu esposa?—

Capitán José — Quería hacerlo, pero me entregaron una buena recompensa solo por dejar a esa chica a manos de la semihumana y como sea, ya está muerta—

Lósif asintió a las palabras dichas por el capitán de los caballeros y levantando la palma derecha.

Lósif— Mira mi palma derecha, creo que tiene algo extraño—

Lósif le mostró la palma derecha y se acercó unos pasos hasta llegar cercas de José y al estarlo líbero el hechizo de bola de fuego.

Lósif libero el hechizo en la cara de José, pero le bajo la intensidad a las llamas para darle sufrimiento.

Lósif observó la llama en la cara del capitán y este gritaba del dolor al sentir como la carne de la cara se volvía roja con ampollas y pus saliendo de la cara, los ojos quemados a más no poder.

Capitán José — ¡hahaha! ¡Detente! ¡Haahah! —

Lósif enojado por los gritos desvaino la espada de la cadera y corto el cuello del hombre gritando, haciendo que la cabeza ruede por el suelo salpicando manchas de sangre y pareciendo una fuente de chocolate.

Lósif— parece que mate al primero, que extraño sentí una sensación de adrenalina y extraña sensación hermosa en mi cerebro, talvez sea una señal de que debo de matar más seguido con mi espada, pero debo limpiar este desastre. Blanca te voy a ayudar, espero no te enojes cuando nos veamos—

Lósif libero la magia de nigromancia en el cadáver frío de la chica muerta y observo como se derretía en huesos, toda la belleza de la niña desaparecía como una vela derretida, después el sabe que ya tenía la invocación lista para usar.

Lósif haciendo una enorme bola de fuego quemo todo el lugar donde estaba y rápidamente salió, al estar afuera observo como la casa grande está siendo comida por las llamas fuertes.