EL BIEN Y EL MAL (parte 2)

Andrés camina por una ruta, tiene puesto un pantalón jeans, camiseta verde mangas cortas y zapatillas deportivas blancas. Lleva su mochila azul en la espalda. Se sienta en un tronco caído al costado del camino cuando de pronto un hombre de piel pálida, ojos grisáceos, vestido con un traje negro se sienta a su lado y dice: -Tanto tiempo... Es bueno verte de nuevo.

El joven lo mira y no responde nada, al parecer lo conoce pero prefiere no  responder. 

Se coloca de pie cómo para  irse, pero el misterioso hombre le dice: -Que extraño que quieras huir de mí... No puedo creer que me tengas miedo.

Emmanuel: -No tengo miedo, debo seguir mi camino, tú sigue el tuyo.

-Mi camino... Tu camino, vaya... Somos tan parecidos, pero... Tan diferentes a la vez. Realmente no entiendo porque sigues la voluntad de tu Dios a ciegas ayudando a la humanidad... ¿quien te lo agradece? Mientras tú ayudas a unos otros siguen sufriendo... El mal nunca se cansa de destruir y tú un pobre ángel que cree que hacer lo correcto vale la pena pierde tiempo, porque todo es en vano.

Emmanuel: -Si es en vano... ¿por qué pierdes tiempo conmigo? Si lo que hago no sirve para nada entonces... No te preocupes, haz tu vida...o lo que sea.

-_Te lo digo para que no sigas haciendo el papel de tonto... A ver ¿Realmente crees que Tu Dios te recompensará por lo que haces? 

Emmanuel: -Él ya me recompensó, hago parte de su ejército del bien... ¿que más podría pedir? Soy un ángel que fue elegido para ayudar a las personas... Mezclarme entre la humanidad y guiarla por el camino de la fe y la esperanza... Yo soy luz mientras que tú eres oscuridad, un ángel del mal enviado por el enemigo para apartarme de mi Dios, pero nada haz logrado porque mi unión con Él es en inseparable.