EL BIEN Y EL MAL (parte 3)

El angel del mal comienza a reir a carcajadas, luego levanta su mano y frente a ellos aparece una triste escena: la de niños y niñas caminando semi desnudos y semi desnudas totalmente en desnutrición por las calles sucias de alguna ciudad...

-Ves eso? Son la gente olvidada por tu Dios, gente que vino al mundo para sufrir...

De pronto la imagen cambia y se puede ver una guerra.

-Esto es lo que hace la gente... No, no necesitas ayudar a nadie porque no vale la pena...

Andrés mira horrorizado, sabe que la guerra, el hambre y más cosas malas existen en el mundo pero verlas hacen que se angustie.

-A quienes salvaste? A un pueblo... Oh... Sí, a una anciana, a un hombre y en cierta forma a su pareja... ¿a quienes más? Pero cuantos se quedan en el olvido? El mal existe y tú no puedes hacer nada para evitarlo...

La horrible imagen de una guerra sangrienta desaparece, Andrés se coloca de pie y dice: -Tienes razón...el mal existe pero el bien también... 

Esta vez es él quien levanta su mano y  aparece la imagen de personas ayudando en refugios y hospitales a niños y niñas en desnutrición.

Luego la escena cambia a personas voluntarias que ayudan a los heridos en la guerra y otras que recogen los cuerpos de los fallecidos.

Andrés: -¿Lo puedes ver? Hay mucha maldad pero también hay una fuerza poderosa llamada bien que no se cansa, que es esperanza ante lo que parece perdido...

Dios nos da libertad, algunos eliges el mal...otros el bien.

Yo ya elegí y por eso... ¡vete de aquí espíritu inmundo! Vete y dile a quien te envió que nada haz logrado conmigo porque jamás voy a dejar de amar y servir a mi Dios... Te lo ordeno... ¡En nombre de Jesús!

Un grito de horror sale de la boca del angel malvado y desaparece entre llamas, su misión ha fracasado.

Todo vuelve a lo normal.

Andrés comienza a caminar nuevamente de pronto se detiene  y mirando al cielo dice: -Gracias mi Señor... Ya estoy listo para regresar al cielo y también para cumplir más misiones en la tierra cuando lo creas necesario...

Y así la ropa del joven se transforma en una  túnica blanca y reluciente, de su espalda se despliegan dos hermosas alas blancas y sus zapatillas se vuelven sandalias doradas.

Una luz resplandeciente lo envuelve y el vajero desaparece en ella para realizar un hermoso viaje de regreso al cielo...

Fin...

Espero que les haya gustado, a mi me encantó escribirla... 

Un abrazo virtual y gracias por la oportunidad ☺

Que Dios les bendiga...