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Un año más tarde

Los flashes de las cámaras no dejaban de dispararse en una sola dirección, los periodistas rodeaban la escena sin dejar de lanzar preguntas como flechas en un campo de batalla. Los guardias de seguridad trabajaban incansablemente para crear un camino transitable para que la estrella de la noche pudiese pasar, y allí, a medio camino de bajar de la limusina azul, diseñada y creada solo para ella; se encontraba con su brillo característico Ela Schäuble. Portaba el vestido perfecto para la ocasión, con un pálido color rosa, de cuello alto y un escote en forma de rombo en el centro del pecho, mangas largas y vuelos con satén al final de ellas, con una longitud que superaba su estatura y la de sus tacones rosados pastel, por lo que arrastraba un poco por el suelo; y de falda suelta y caída.

Tres palabras: hermoso, elegante y formal, tal como ha sido su imagen de modelo.

Sin embargo, a pesar de que fuese la acaparadora de todas las miradas, su acompañante, quien se bajaba en ese mismo instante y se posaba a su lado, procedió a robarlas. Un caballero de mirada tan oscura y profunda como un pozo abandonado, con sus cabellos teñidos de blanco y acomodados prolijamente en una coleta, al contrario que su comapañera. Portaba un traje blanco con detalles en dorado hecho a medida en conjunto con unos dorados y elegantes zapatos que tenían un poco de tacón.

Estaban en presencia, nada más y nada menos, que de Dorian Columbus, el futuro del mundo de los negocios, el mejor estudiante y graduado de Harvard’s Buisness School y el más joven de su generación en estar a punto de terminar un doctorado.

Los medios los tenían como la pareja perfecta. Ela desde que debutó como modelo y se lanzó a la fama, nunco escatimó con la información de su vida privada. Mientras estos no se metiesen con temas como su casa, su familia y acosarla, todo estaba bien. Nunca ocultó lo felizmente comprometida que se encontraba, o lo dedicada que era con sus seres queridos, ni dejaba de llevarlos a eventos importantes, como era aquel al que se encontraban asistiendo.

La famosa empresa de comsméticos U & I cumplía sesenta años de su fundación y decidieron celebrarlo a lo grande, lanzó una nueva campaña e invitó a las celebridades más impactates del momento. La idea de este evento, además del obvio festejo, es decidir entre todas estas para que sean los rostros promocionales de la campaña.

Ela camina tranquilamente enganchada del brazo de Dorian por la alfombra roja, hacen una pequeña parada para fotos y dos o tres preguntas indiscretas de los periodistas.

-Señor Columbus, una pregunta para usted- musitó uno más de aquellos carroñeros llamados entrevistadores, Dorian dirigió su vista hacia la voz y asintió a modo de aceptación- Romir Äsher de Berühmtheitenzeitschrift ¿nunca pensó usted en seguir los pasos de su prometida y modelar?- dejó caer la pregunta, y al ser algo por lo que todos se encontraban curiosos, la atención estaba concentrada en él para cualquiera que fuese su respuesta.

Dorian tomó un momento para reírse con entusiasmo y pasarse la mano por el filo del ojo, como si se limpiase una rebelde lágrima humorística. Deshizo el entrelace de brazos que tenía con Ela, y la tomó por la cintura con gracia.

-Solo tengo dos cosas que decir sobre esto,- suspiró aún evitando hacer muecas de risa- la primera: eso es un nombre muy largo para un periódico...- no pudo terminar de hablar porque un codazo en las costillas lo cortó.

-Es revista y alemana- le susurró entredientes su prometida mientras lo miraba fijamente con instintos asesinos.
Dorian tragó saliva y respiró hondo, se volvió a concentrar en los medios.

-...resvista, perdón mi confusión,- continuó, aunque al periodista parecía no haberle afectado mucho, a Ela sí, se tornaba violenta en ocasiones cuando existían altercados con su idioma- lo segundo: aunque soy consciente de que poseo la complexión y el rostro perfecto para este negocio, mi lugar está dirigiendo empresas y encargándome de lugares que ustedes puedan disfrutar, las cámaras y posar no son mi mundo- terminó respondiendo finalmente a la pregunta.
Todos asentían y anotaban.

-Señorita Schäuble, pregunta para usted- alzó la voz alguien más, Ela asintió al igual que había hecho su prometido anteriormente- Glory Phantom de Gossipy, ¿tiene usted alguna expectativa en ser elegida esta noche?- directo y conciso.
La cuestionada sacó su típica sonrisa ladeada hacia la izquierda.

-Mentiría si te dijese que no, a todos nos gustaría ser seleccionados esta noche. Igualmente tengo que admitir que soy demasiado reciente y es probable que busquen a alguien con más experiencia u otro estilo. Aún así, me mantengo firme, todo puede pasar- expuso sinceramente.

Nuevamente todos asentían y tomaban nota.

Una joven vestida de negro y con auriculares se les acerca por el fondo.

-Una última pregunta e ingresan al edificio, la próxima celebridad debe pasar en 3 minutos- avisó de forma clara.
Dorian y Ela asintieron.

-Señorira Schäuble, una para usted- y sin siquiera presentarse arrojó lo siguiente- ¿está usted al tanto de uno de los invitados especiales de esta noche?- el bullicio que le siguió a esa pregunta no se hizo esperar, soltando sílbas, palabras y pequeñas frases que solo comunicaban lo mismo: saber de alguien.

Aunque a Ela le hubiese gustado fruncir el ceño y cuestionar porqué desperdiciar una pregunta en algo tan absurdo, pero se aguantó. De manera relajada borró cualquier tipo de emoción o expresión que pudiese haber en su rostro y pronunció:

-No tengo ni la más mínima idea de lo que usted habla-
En ese momento, justo en el que la prensa más preguntas quería formular, llegó otra vez la joven y les hizo una seña para que se marcharan.

Dorian aún con la mano en la cintura de Ela, la dirigió a la entrada del edificio.

-¿Tienes alguna idea a lo que se refería ese carroñero?- preguntó Dorian en lo que entraban por el edificio y un hermoso e inmenso salón perfectamente decorado.