Krocork, Urano y Cyan se escondieron detrás de unos arbustos solo para mirar como el capitán se hacia el tonto “buscándolos”, pero sabía perfectamente donde estaba.
─¿Por qué se está el tonto? ─Cyan gruñe.
─Seguramente las dos horas aun no terminan.
─O tal vez quiere jugar con ustedes ─acoto Krocork ─como un cazador que caza a su presa.
─Me da asco ─dijo Urano.
Los tres comenzaron a caminar, Cyan y Urano guiados por Krocork directo a las entrañas del bosque.
Ninguno de los dos sabia a que se enfrentaba con esa enorme bola de fuego que mató a la enorme criatura en el rio, Cyan no quería confiar en Krocork, pero los había ayudado atrás y no podía ser mal agradecido con él, miró a Urano hablando tan despreocupadamente como si hace unos segundos atrás no hubieran visto al capitán cazándolos, se sostenía el hombro con dolor, al parecer Urano no se había percatado de la herida que tenia en el hombro y estaba mejor no decirle para no preocuparlo.
Krocork se detuvo de repente haciendo que Cyan choque con su espalda y fue ahí cuando pudo sentir la piel seca de la criatura amorfa, era rígida y escamosa con unas protuberancias saliendo de la columna, de color verdoso como la de un caimán y como no; era un hombre con la piel y la cabeza de un caimán, aunque su apariencia era un tanto grotesca su interior parecía ser bastante cálido cuidando a una enorme criatura como a un bebé, salvando a Cyan de ser aplastado por su propio poder y la manera tan desesperada que lloró cuando vio a Butch morir.
─Siéntate aquí ─le ordenó a Cyan.
─¿Qué ocurre?
Urano miró a Cyan obedecer.
Krocork se acercó con una daga en la mano que había sacado de su pequeño morral, Urano se alarmó un poco al igual que Cyan, pero prefirieron esperar a ver que hacía, rompió la ropa de Cyan a la altura del hombro descubriendo una mancha de sangre que brotaba de la herida de bala que tenia en el hombro, Urano abrió los ojos como platos al ver que estaba herido al tiempo que Krocork le pasaba un pedazo de raíz a Cyan.
─Ten, muerde.
Cyan asintió. Para este punto ya estaba claro que haría.
Krocork se aseguró de que todo estuviera preparado y luego de decirle a Cyan que le iba a doler mucho, pero que le ayudara para no morir de una infección clavó su daga en la herida del hombro, y grito desgarró la garganta de Cyan que fue aplacado por la raíz en su boca que si pudiera la partiría a la mitad, Krocork enterraba cada vez más su daga hasta tocar la bala que se había alijado en el interior del hombro de Cyan, Urano miró para otro lado con dolor, se podía sentir como sufría su amigo por ello.
─No te preocupes, ya lo encontré ─dijo Krocork ─ahora no te muevas.
Cyan sudaba sin parar, no pudo reprimir sus lagrimas de dolor, el hombro estaba entumido como respuesta de su cuerpo para soportar el dolor que le estaba propinando, pero al menos la bala estará afuera y no correría el riesgo de infección como Krocork dijo.
Un nuevo grito salió de la garganta de Cyan, apretaba con fuerza la mandíbula, encajaba los dientes en la raíz y se aferraba a la roca donde estaba sentado con las uñas, sus dedos sangraban por ello. Krocork aplicaba un poco de fuerza para sacar la bala y pareciera que no le importaba matar a Cyan del dolor porque no paraba, aunque Cyan estuviera casi muerto del dolor.
─Ya casi sale ─dijo Krocork ─daré un tirón fuerte, a la cuenta de tres respiras hondo.
Cyan asintió.
─Uno… ─comenzó la cuenta─ dos… ¡TRES!
Krocork hizo presión con la daga en la herida haciendo que la bala saliera expulsada, no como un tapón de cidra, pero si con la fuerza suficiente como para volar unos cuantos milímetros lejos de la herida de Cyan, por su parte; Cyan grito tirando la raíz al suelo y esta vez su grito fue tan sonoro que fácilmente pudo haberlo escuchado el coronel bajo tierra, la sangre salpicaba por todas partes y con una pomada envolvió la herida en una hoja que parecía ser de palma.
─Descuida, esta pomada la he usado por años ─dijo Krocork ─ yo mismo la hice, tiene diferentes plantas que yo mismo cultivo.
─¿Seguro que eso ayudará a Cyan? ─Urano preguntó.
─Seguro.
Urano por primera vez hizo algo que Cyan no pensó que pasaría, lo abrazo y empezó a llorar.
Krocork no lo veía, pero Urano derramo unas cuantas lagrimas en el hombro descubierto de Cyan, Cyan le acaricio la cabeza.
─Estoy mejor.
─Pudiste haber muerto por eso ─sollozo Urano.
─Pero no lo hice ─Cyan sonrió.
El cariño lo sentían los dos, pero no era un cariño como el que Cyan le tiene a Peter, sino más bien era uno fraternal que solo había sentido con Dianna, poco a poco sentía que se estaban haciendo amigos muy cercanos.