Elfos Tierra

SOY ERIKA NO PRINCESA

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Gandal rejuvenido tiene una cabellera larga, blanca y brillosa. ¡Qué clase de champú hace esas maravillas al cabello! Se convertiría en el elfo más millonario si vendiera su formula en el mundo humano. Las mujeres matarían por tener una cabello así de majestuoso y brillante. Yo sería la primera...

Lo malo es que me esta mirando como un total acosador. Sus ojos me recuerdan a dos cubitos de hielo. ¿Qué tipo de Elfo será? Yo no me dejo intimidar y le sostengo la mirada. Hasta que regresa la atención a la reina. Estoy tentada a preguntar que tanto me ve, pero me aguanto.

Me concentro en el elfo de armadura negra. A pesar de verse como un chico de play boy gótico, es que tiene unos extraños tatuajes negros en su piel blanca. Lastima por esa expresión de viejo estreñido. Su espada en su cintura resalta en su armadura. Esta dando vueltas de un lado a otro que ya casi va abrir un hoyo.

¡Se siente el ambiente tan liviano! ¿Y ahora qué señores? Al menos no tuve que hablar y aclarar quién era. Mi supuesta ¡Madre tierra! ó ¡Reina tierra! Se ha dirigido a su trono... Camina tan elegante... Hay un tipo de silla con ramas que sube hasta el techo formando una enredadera o la simulación de un gran árbol. ¡Linda decoración!  

-¡Reina Tierra! ¡Esto no puede esperar mucho! ¡Pon fecha para el concilio!- Demanda el caballero negro...

-¡Rey oscuro! ¡Module sus palabras!- Responde ella con voz de hierro.

¿El tipo estreñido es el Rey oscuro? ¡Pobrecita su gente!... Con ese humor que se carga. Me apiado de los que tienen que vivir con él. 

Hemos dado una oportunidad ante sus pérdidas! ¡Yo tambien espero el concilio!- Dice Gandal. Si pudiera describir su voz la palabra sería sublime.

Cuando dice pérdidas, creo que se refiere a las otras hijas, sin embargo no le veo ni una pizca de dolor en la expresión de la Reina. Al ver que somos totalmente ignorados me tomo el valor para dirigirme a el soldado Nórdico que me trajo aquí.

-¿Estás seguro que yo...?- murmuro

Me quedo cortada al mirar de nuevo a la chica hermosa del fondo. ¿Soy su hija? ¡Seamos realistas! ¡Esa mujer deslumbra en la habitación! ¡Todos lo hacen! Este mundo no es para mí. De eso estoy segura... Es como si pusieran Jennifer Lopez con Paquita la del Barrio. ¡Por favor!

Aren continua con su pose de soldadito de plomo sin mirarme. Sé que me esta escuchando y ha entendido la pregunta que quise hacer, pero la voz de la reina de nuevo resuena en la habitación...

-¡El concilo se llevará en la próxima Luna! ¡La princesa estará lista para recibirlos a todos! Además será el momento adecuado para unir la alianza entre los reinos.-

¿Qué madres dijo? ¿La princesa? Esperen... ¿Se refiere a mí? ¡Tengo un título! ¿Acaso estoy pintada o qué? No me han preguntado nada. Regreso mi mirada fulminante hacia Aren y por supuesto me ignora. Sigue sin mover ni un pelo. ¡Tu y yo tenemos cuentas pendientes amigo! Lo apunto mentalmente en mi lista negra de asuntos por arreglar.

Ok -No voy a decir nada por el momento. Esperaré que los espantapajaros elfos se vayan para dejar claro muchas cositas con mi ¡Supuesta madre! 

El elfo oscuro parece muy renuente a su respuesta pero afirma y desaparece por una de las puertas del lugar. En cambio el Elfo blanco camina  directamente frente a mí. Otra vez me mira como buscando algo.¿Qué diablos le pasa?

-¿Tus ojos? ¿Siempre han sido de ese color?-

Me pregunta ¡Esa voz hace que mis piernitas quieran doblarse! Pero soy Erika y aunque tenga la voz más sublime del universo no voy a dejar que domine mis pensamientos... ¡Concentraté mujer! Así que respondo con otra pregunta.

-¿Tiene algún problema con ellos?-

Le respondo con vos neutra, porque no tengo obligación de contestar si no quiero. Mis ojos son un tema tabú desde niña. Se burlaban mucho de ellos... Es tan horrible no ser agraciada pero peor aún sufrir bulling por mi problema de heterocromía... 

Cuando tuve los medios a mi alcance compre lentes de contacto especiales para que el color fuera lo más normal del mundo. ¡Uno de los grandes secretos de mi vida! Por tal motivo cuando preguntan por mis ojos sacan lo peor de mí al tocar ese tema. 

-¡Erika!- Murmura Aren en advertencia.

-Espero que seas más respetuosa en el concilio.-

Me dice Gandal pero su vista aún hace un último repaso antes de irse. Cuando ya solo estamos nosotros tres Aren deja su pose de estatua de piedra y me dirige la palabra.

-¡Por los vientos del norte! ¿Alguna vez mides tus palabras?- Pregunta Aren

-Alguna vez lo hice! Pero te lo voy a recordar hoy y siemrpe ¡Eso es pasado!-

Le respondo cruzando los brazos mirandolo fijamente. Nuestra lucha de miradas es interrumpida por la voz congelando de la reina tierra.

-¡Aren, hijo del viento! ¡Tu padre estará complacido por el triunfo de tu misión!¡Pronto mi querido niño tu condición será rebocada!-




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