Ella es del Rey

Capítulo 3

No había nadie en todo el mundo sobrenatural que no conociera a Dietrich Blake Wrigth, el famoso y antiguo Alfa Rey, no sólo era guapo y el líder de todos los Alfas, también era un hombre frío sin una pizca de piedad, su sola presencia hacia temblar a cualquiera y solo una mirada bastaba para que más de uno saliera corriendo. Su presencia era imponente, nadie apelaba las órdenes del Alfa, muchas cosas se decían de Dietrich, el rubio de bonitos ojos verdes....... 

Siglos y siglos liderando a todo tipos de Alfas... Orgullosos, crueles, infieles, traidores, tenía una larga lista de ellos, unos era peores que otros, a esos no los dejaba vivir por mucho tiempo, claro a sí era él, certero, orgulloso y egocéntrico, una alma solitaria dispuesta a destruirte en cualquier momento en el que lo deseara. 

Su bonita apariencia lo hacia ver como un hombre bueno e inocente a los ojos de muchos, pero, en realidad era una arma letal. Tenía unos atractivos ojos verdes bosque hipnotisantes que hacían un gran contraste con su cabellera rubia y piel blanca, sería el clásico príncipe azul de muchas, media casi los dos metros, era un hombre de mirada penetrante, podría decirte que si, Dietrich era definitivamente el hombre ideal de muchas, y así lo fue por siglos. 

Aparentaba treinta años, pero, sólo era en su físico, pues el apuesto rubio tenía ya siete siglos sobre esta tierra, era una vida muy solitaria para alguien que había perdido a su Mate, aunque, eso había sido lo mejor para él, porque, de no haber muerto hace muchos años, él la habría matado, por qué? Solo el lo sabe, ni siquiera el mismo Henry sabía lo que había sucedido, así era él, discreto y misterioso, se puede decir que si, era cruel, pero eso era lo más atractivo en este hombre. 

Una gran cicatriz atravesaba su ojo derecho, alguien se había atrevido a poner sus garras sobre el gran Alfa de Alfas, en esos siglos era obvio que había ganado una gran cantidad de enemigos, y si, vivir tantos años conllevaba acumular muchas heridas viejas de cada una de las peleas que había ganado, provocado o terminado, porque si, Dietrich Blake nunca perdía. 

Carente de sentimientos su único amigo Henry, o se podría decir, hermano, aunque no lo fuera de sangre, ese chico pelirrojo era tal vez solo un siglo más joven que él, llevaban casi el mismo tiempo siendo la compañía del otro, Alfa y Beta, ellos eran quienes mantenían en bajo control a cada Alfa y a cada manada. 

Aunque no tuviera Luna, Dietrich no era de aquellos de disfrutaban de tener pasarelas de mujeres desnudas en su habitación, claro, tampoco te voy a vender la mentira de que aún era casto y puro, pero en siete siglos tal vez no se había acostado ni con 40 mujeres, porque? Por qué era una pérdida de tiempo lidiar con ellas, lidiar con quienes después de una noche ya se creían la luna de su manada, no le temía al matrimonio, pues sin compañera destinada nada le impedía buscar una mujer que le diera herederos, pero, no pensaba dejar que ninguna de las mujeres con las que se había acostado fuera la madre de sus cachorros. 

Ese último año nada le había salido bien, pues una de sus muy antiguas amantes había regresado, aunque ni siquiera recordaba haber tenido algo con ella, esa mujer se había convertido como en su sombra, no lo dejaba por ningún motivo. 

— Busca a alguien... — Fue la idea de Henry. Buscar a alguien que se hiciera pasar por amante de Dietrich. 

— Sabes que todas están locas... — Respondió muy seguro el rubio, pues lo que menos quería era sumar a otra psicópata al barco. 

— No busques a una loba.... — Si.. Tessa tenía razón allá iba otra vez la idea de lo libertinos que eran los vampiros, uno de ellos eran la mejor solución pensó Dietrich, seres fríos los cuales no necesitaban amor, no habría problemas a futuro, dándole completamente la razón a su pelirrojo amigo. 

... 

Esa noche no se había arreglado excepcionalmente, solo iría por quien alejara a la loca que tenía tras de el desde hacía años y no esperaba impresionarla, pues pensaba pagar por ello si es que la afortunada hacía bien su trabajo. 

Claro que esa noche no esperaba encontrar a esos hermosos ojos miel, era la única chica en todo el lugar que no lo miraba como a una cuenta bancaria andante, así que le pareció la mejor opción para ese trabajo, estaba dispuesto a pagarle lo que fuera, claro que no esperaba que la mujer tuviera agallas y golpeara a su amigo en su parte más sensible, eso solo había hecho que la curiosidad de Dietrich aumentará, necesitaba a esa castaña, era simplemente perfecta para el trabajo...




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