El bosque se sentía extraño para ella, aún no había llegado a la manada del Lobo pero aún así; veía todo con tanta curiosidad y ansiedad que quería llegar rápido. La aldea de los lobos se encontraba a unos pocos kilómetros; una vez en la aldea, ella veía todo con cuidado, sonrió con ligereza mientras miraba las persona ir y venir de un lado a otro, los niños jugando con la nieve tan abrigado como sonrientes.
—Son muy unidos en tu manada.... ¿¡Cómo se llama tu manada!? — el lobo no para en ningún momento pero bajo la velocidad, ella miro un cartel en la mansión dónde estaba entrando. — ¿¡Rebel Moon!?
Pronunció el nombre con tanta familiaridad mientras miraba la mansión que parecía una casa que una mansión, le encantaba, el lobo detuvo su paso. Ella se bajó de su lomo con la manos se tapó los ojos, para que él pudiera tomar su forma humana, sabía de ante manos que estaría desnudo.
—Señorina, ya puede destapar su hermosos ojos.— se escuchó una voz cerca de su rostro era profunda y suave, se sentía que era tan amable.
Ella aparto la manos, encontrando un chico joven como unos 17 años, sonreía con calidez, poseia unos ojos cafés claros, su cabello castaño brillante, piel bronceada y un poco alto que ella, a pesar de estar fuera de su supuesto hogar, seguia siendo tan enana.
—¿¡Cómo te llamas!? — le pregunto con confianza, ella miro a su alrededor.
—Me llamo... Nieve Scarlett. — respondió con una sonrisa, el joven de nombre desconocido le señalo el interior de la casa.
—Debes tener frío, por cierto; me llamo Daniel, gusto en conocerte. — le entendío la mano, Nieve entrelazó su mano con las de Él en modo de saludo. — este lugar es el hogar de los Alphas, bueno nuestro actual Alpha está de viaje pero aquí vive su familia y la familia de su Luna.
—¿¡La Luna está en casa!? — Daniel negó con firmeza.
—No, nuestra Luna fue secuestrada hace tres años con otras Lunas de diferente manadas. — Daniel susurraba misteriosamente. — las demas manada encontraron sus Lunas pero ninguna volvió hacer la mismas, nuestra Luna no aparece.
—¿¡Porque dice que no volvieron hacer las mismas!? ¿!su Luna no aparecido!? — le pregunto con curiosidad, Nieve sentía cierta curiosidad por la Lunas de la manada ya que ella se iba a convertir en una.
—Las Lunas... Pues, cuando la encontraron era como una persona sin vida, sin chispa. — un suspiro provino de Daniel, mirando la escalera mientras caminaba a la sala del comedor. — Nuestra Luna, no la encontramos a pesar de que volvieron las 11 lunas a sus manadas, nuestro Alpha no volvió a ser el mismo y nuestros actual Alpha cambio radicalmente, no se deja ver por mucho y siempre está fuera de la manada.
Hola chicos.
Segundo capítulo, aun no me creo que esté por mi primera saga. Gracias por seguirme y comentar en Rebel Moon.
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