“¡La Mejor hechicera del pueblo ha llegado! Ellie Martin ha conseguido derrotar al terrible mago Joilee y ha traído la paz una vez más a nuestros hogares. Cuéntanos Ellie, ¿Cómo te sientes luego de haber vuelto victoriosa? (claro que si no hubiese vuelto, no sentiría nada) ¿Qué puedes contarnos de tu expedición peligrosa, temerosa y honrosa para tu gente?”
Parada junto al pregonero se encontraba una chica con mirada exhausta y casi perdida, sus piernas aún temblaban por su cansancio y sus brazos no podía levantarlos, pero luego de tomar aire y sacar pecho para expresarse dijo:
“Me siento bien, exhausta, pero bien, fue una lucha muy larga y dura, pero al final el amor que siento por mi gente, mi pueblo y nuestra vida hicieron que la justicia y la verdad prevalezcan ante el mal una vez más. Mi viaje estuvo lleno de altibajos que entorpecieron mi camino pero que a su vez me fortalecieron y me enseñaron a combatir el mal de una manera diferente y eficaz. La lucha contra el temible mago Joilee fue tenaz, dura, pero cometió un error en cuanto decidió meterse con mi pueblo y fue entonces cuando firmó su sentencia, y quiero que corra la voz de que en el tranquilo pueblo de Yeris hay un héroe que acabará con…”
Brrr. Brrr. Brrr.
La alarma del despertador sonaba acabando con un grandioso sueño de una joven de pura inocencia y mucha imaginación. Ellie Martin era una chica recién salida de secundaria que tenía la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del país con una beca completa en leyes, pero su verdadera pasión era escribir historias fantásticas en la que era la protagonista y la heroína que derrotaba a todos los villanos que acechaban y amenazaban a su pueblo en el cual vivían todos los personajes de sus libros que nunca había publicado por vergüenza y miedo al rechazo.
“Muy bien, otro capítulo llegado en sueños que debo agregar a mi próximo libro. Mejor será que comience a trabajar.”
Al finalizar con su siguiente gran éxito personal, Ellie quiso salir a caminar y a tomar un café en un bar que quedaba cerca de su casa. Caminaba un par de cuadras saludando siempre a sus vecinos (en los cuales se basaban sus personajes) y a los que trabajaban en las tiendas (que ya conocía a todos), pero en una tienda había una joven que nunca había visto y que parecía estar trabajando. La tienda era de ropa y el dueño era un señor bien posicionado pero amable y con gran humildad, siempre le tenía un regalo a Ellie, su nombre era John Green, que en sus historias era el que equipaba a Ellie con el mejor armamento y las mejores telas que una heroína podía desear, pero en la vida real él siempre tenía cuadernos, lápices, anotadores, marcadores y todo lo que Ellie necesitaba para sus historias, pero lo único que él pedía a cambio era poder ser el primero en leerlas. Al entrar a la tienda Ellie saludó cordialmente a la joven.
“Muy buenos días – dijo Ellie – es la primera vez que te veo por aquí y quise pasar a saludarte. Me llamo Ellie Martin, es un placer. ¿Cómo te llamas?
La joven la miro con una mirada poco cálida y dijo:
“Buenos días, si no hay algo en lo que pueda ayudarte, será mejor que no me molestes porque tengo mucho trabajo por hacer. Muchas gracias”
Ellie quedó en silencio mirándola pasmada porque no estaba acostumbrada a ser tratada tan fríamente, dio media vuelta y siguió su camino. Y así siguió saludando a todos sus conocidos hasta que llego al bar en donde ya tenía lista su mesa habitual ubicada frente a la ventana principal del local en donde podía ver a todos los que pasaban e imaginarse sus historias, o lo que podrían ser sus historias dentro de sus cuentos.
Saludó al mozo como todas las mañanas.
“Buenos días Antoine ¿Cómo estás hoy? (Antoine Jarie era uno de sus mejores amigos y en sus historias era su escudero, al que mayor confianza le tenía y el que la ayudaba con su preparación antes de cada viaje y cuando regresaba de ellos) ¿Sabías que hay una joven trabajando en la tienda de John? Es un poco malhumorada y fría, no he podido conocer su nombre.
“Buenos días Ellie, a decir verdad no lo sabía, debe haber comenzado estos días y no la he visto pasar por aquí. ¿Has probado preguntarle a John? Él seguro te cuenta todo, siempre lo hace.”
“Tienes razón. Esta tarde iré a visitarlo y a preguntarle, además tiene que leer el último capítulo de mi nueva historia.”
“No olvides que nosotros también leemos tus historias y que siempre estamos esperando que salgan nuevas (la miró con una sonrisa cálida y suave mientras le servía el café). No nos dejes esperando.”
“Nunca lo haría, sabes que eres mi mejor amigo, pero John es el que más invierte en mis historias (soltó una risa inocente y vivaz).”
Mientras contemplaba las calles de la ciudad, imaginó nuevos escenarios para sus viajes y enemigos a los que podría enfrentarse. Su imaginación la hizo pensar en la joven de la tienda de ropa y así comenzó a imaginarse una nueva villana que amenazaba su pueblo y la felicidad de sus habitantes.
“Mmm. ¿Cómo debería llamarla? Mmm. ¿La innombrable? ¿La silenciosa mortal? ¿Corazón de piedra? Mmm. Esto es muy difícil (pensaba mientras bebía su café). Mmm creo que ya sé, le pondré “La Misteriosa Dama Demoníaca Corazón Helado” aunque sea largo y cueste recordar (sonrió mirando su reflejo en el vidrio).”
Al terminar se levantó y volvió a su casa. Al entrar fue a saludar a su madre y a su gatito Gerald.
“Hola madre, ya regresé. ¿Cómo estás hoy?”
“Hola mi princesa, hoy estoy bien, días como hoy sienta ganas de bailar y cantar como hacíamos cuando eras una niña (la madre de Ellie padecía una enfermedad que le limitaba el movimiento y hacía que su cuerpo doliese días enteros, lamentablemente no existía medicina o tratamiento que la ayudase a sobrellevar el dolor más que unas hierbas medicinales que plantaban en su casa). ¿Qué tal tu pase de hoy? ¿Surgió algún nuevo personaje para tus historias?”
Editado: 29.03.2024