Capítulo: 18
Cierro con fuerza mis ojos y tomo fuertes respiraciones, intento no entrar en pánico rápido si no que espero que nada suceda. Mejor dicho: ruego que nada suceda.
Ciento un impactante aire en mi rostro y lo poco que quedaba del agarre de Júpiter desaparece por completo de mi brazo. Respiro de nuevo e intento mantener calma, aunque esta se está yendo cada vez más rápido a la mierda.
- Esto va estar bien, voy a estar bien... -Murmuro- Estoy con Jup y Cam y vamos a casa, solo...
- ¿Andy? –una voz familiar me interrumpe y solo en ese momento corto mi pequeño mantra y abro los ojos lentamente. - ¿Qué haces aquí? –Llevo mis ojos a la voz y Leandro esta frente a mí con su cara aun golpeada y llena de bastante confusión.
- ¿Lean? –interrogo y asiente. Veo a mi alrededor y estoy de nuevo en ese lugar, estoy con ellos- Dios... ¿en serio eres tú? -dudo.
- Claro que lo soy... ¿por qué no lo seria? –interrogo aún más confundido.
- Algo paso en casa y yo pensé lo peor... -le explico y se acerca a abrazarme cuando ve algunas lágrimas caer.
- Shhh todo está bien –murmura abrazándome con fuerza.
- ¿Dónde están todos? –pregunto recuperándome levemente- ¿Cómo estás? –interrogo- ¿te duele? –Digo haciendo un poco de presión en su pómulo.
- Auch –Se queja alejándose de mi toque- duele si lo tocan, pero estoy bien... solo algunas pequeños moretones y una costilla lesionada, pero estoy bien.
- ¡Dios! –Exclamo- ¿y Juan? ¿Jesús? ¿Cómo están?
- Bien, Juan quedo con un pequeño golpe en su cabeza, algunos morados, realmente nada grabe. Esta con los demás –se corta y siento por completo sus nervios y su dolor crece rápidamente.
- ¿qué ocurre? –Hablo bastante preocupada- ¿Dónde está Jesús? –Pregunto y evade mi mirada. Su dolor aumenta todavía más- Leandro dime que ocurre –Perdida y sufrimiento- No... -murmuro.
- Andy, él... -suspira y sus ojos se cristalizan- se ha ido –Completa y mi mundo se tambalea. Me suelto de su agarre sacudiéndome y caminando hacia atrás negando.
- No... no, no –niego repetidamente- no, tu estas mintiendo –digo y sus lágrimas caen en silencio; siento las mías propias bajar con fuerza una detrás de la otra mientras yo solo sigo negando.
- La apuñalada lo hizo perder mucha sangre y él no resistió luego de aquel día, Andy –susurra- lo dejamos en un parque... lo sepultamos para que no se lo llevaran –Completa y mi dolor se hace mas grande.
- No es posible, mi hermanito es fuerte y yo lo sient... -Me corto y respiro hondo para enfocarme y nada viene a mí- no lo siento –Murmuro y lloro más- no, no, no...
- Andy, se ha ido... -susurra de nuevo y trata de abrazarme, pero aun en medio de todo soy más rápida y me alejo no dejándolo abrazarme.
- ¿Dónde está? ¿Dónde lo dejaron? –pregunto alterada y lo veo lamentarse- necesito verlo, Lean... -susurro llorando de nuevo- llévame con él, por favor... -suplico y suspira.
Asiente derrotado y toma mi brazo comenzando a caminar. Todo el lugar es exactamente igual a aquel día: frío, gris, húmedo, oscuro y con esa vibra que no te deja respirar bien. Vamos por una calle llena de restos y cosas como desperdicios que realmente no me dan en la cabeza saber que son.
Leandro se sale del camino entrando a una plazuela rodeada de muchos árboles sueltos y arbustos altos; toma luego un rato un fuerte suspiro y se detiene haciéndose a un lado. Mis ojos van directo al suelo y solo noto un pedazo de corteza de árbol clavado con algo tallado en él...
"Jesús Alejandro Rodríguez
Amado hijo, hermano y amigo.
Siempre vivirás junto a nosotros... héroe.
(2002-2022)"
Termino de leer dando apenas dos pasos cayendo al suelo de rodillas. Algunas lagrimas caen libremente empapando por completo mi rostro y cuello al momento en que bajan. Acaricio el tronco lentamente y el tallado da en mis dedos.
Fue tu culpa, Andrea.
- ¿Por qué me dejaste? –susurro- ¿Por qué tenías que hacerlo? ¿por qué hacerme caso y entrar al hueco? –murmuro- ¿por qué no salvarte? Esto es mi culpa... -digo a los restos de mi hermano- ¡Todo es mi culpa! –Grito al fin- ¡Tendría que ser yo...! Todo es mi culpa, es mi maldita culpa y ahora tú... t-tú...
- Lo lamento tanto –Escucho que Lean murmura y segundos después sus brazos me rodean mientras sollozo sin control alguno. Siento sus lágrimas también y me apego aun más a su pecho llorando libremente- No es tu culpa...
- Si lo es, de no haberle dicho que era un cobarde y luego no haberlo retado él estaría aquí. Si no lo hubiera sugerido ninguno estaría aquí –lloro aún más recordándolo.
- "Deberíamos hacer algo muy loco y genial para mi cumpleaños 21 –Sugiero con energía.
- ¿Cómo qué? –habla Sus.
- Como un ritual –Sugiero- Seria algo muy de nosotros –completo y todos asiente de acuerdo.
- Seria increíble -murmura Jesús de acuerdo.
- Como si tu tuvieras los pantalones para hacerlo -le reto y bufa.
- ¿No me crees capaz?
- Lo dudo mucho hermanito"
Si fue tu culpa, acéptalo de una vez.
- Elegimos hacerlo y ahora lo estamos pagando –Responde Lean con suavidad sacándome de mi pequeño recuerdo.
- Pero, Jesús... mi hermanito –Me suelto de su agarre y me tiro sobre los restos de mi hermano en el suelo –No pudiste dejarme –sollozo golpeando el suelo- prometiste quedarte... prometiste no irte como papá –lloro- Maldita sea ¡lo prometiste! –Grito y golpeo el suelo continuamente- lo prometiste...
- Andy –Logro escuchar, pero yo solo repito una y otra vez que no pudo dejarme.
Pero lo hizo como todos lo hacen...
Jesús prometió no dejarme y nosotros nunca rompemos las promesas... sin embargo él lo hizo y eso es algo que no quiero aceptar.
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05 de noviembre 2022
Júpiter.
Desde el momento en que los chicos desaparecieron hicimos todo lo que estuviera a nuestro alcance para evitar que Andrea tuviera un ataque o sobre dosis de Lexapro, medicamento de toda su vida (o la mayoría de ella) para la depresión y ansiedad.
Andrea fue diagnosticada con bipolaridad tipo1 cuando tenía seis años de edad. Lograron enterarse cuando su padre falleció. Estuvo en un estado en que los médicos llaman maníaco. Sus ojos se volvieron de un amarillo miel y comenzó a golpear cosas autolesionándose, incluso llegó a matar un pobre pajarito porque le dio satisfacción y gusto sentir la sangre caliente en sus manos.
incluso golpeo a un chico cuando este quiso tomar su mano en el parque y eso la molesto en demasía porque el niño dijo que eso era normal, ella se frustro tanto que lo golpeo.
Comenzaron los tratamientos y no tuvo de nuevo una recaída, ni llego a ese estado de manera tan descontrolada. Todos a su alrededor mediamos nuestras palabras, incluso la Sra Della cuando debía regañarle, puesto que cuando estaba en sus días de depresión más profunda algunas palabras u oraciones la hacían sentirse más miserable o más mierda.
Todos lo sabíamos y no nos pareció algo malo, al contrario, con las chicas íbamos incluso al gimnasio con Andrea cuando tenía mucha ansiedad o ganas de "golpear personas o cosas" o por necesidad de gastar energías y no pasar la noche o llorando demasiado o pensando mucho.
Andrea estuvo todo el día de ayer sedada porque al llegar al auto (aunque aplique el contrarresto) estaba mal y balbuceaba en lo que ahora creo era latín porque la grabe. Repetía una y otra vez que era su culpa y que todo estaba pasando por ella.
Estando en casa tuvimos que explicarle a la Sra. Della (inventándole que quería conocer a su tío) y ella de inmediato llamo a la clínica y descubrimos que "Alejandro" el "enfermero" que la inyecto no trabajaba ahí si no que soborno a los otros dos y a la recepcionista para que lo dejaran deambular ese día, por eso la enfermera solo dejo que uno entrara, porque los dos seria mucha presión para ella. El paradero de Alejandro es desconocido, sin embargo, policías lo buscan a lo largo de todo el estado.
Para mala suerte nuestra, Andrea estaba en sus días oscuros y darle una sobre dosis la hizo caer muy fuerte luego de casi catorce años sin dejarse ir tan a fondo. Despertó dos horas luego de estar en casa y comenzó a llorar, gritar y golpear todo a su paso; su habitación la destruyo por completo, mesita de noche, espejos, armario... todo, hasta que corrió hacia la habitación de Jesús y lloro tirándose sobre su cama; tuvo un lapso de cinco minutos de calma en el que pidió ser sedada para no lastimar a nadie ni a ella misma...
"para no sufrir por un momento" Fueron sus palabras exactas.
Josep apenas se enteró corrió a casa de Andrea y al ver que estaba sedada se fue a los golpes con Cam por no evitar esto.
- ¿cómo demonios la pudiste dejar sola sabiendo su estado? -grito enfurecido.
- ¡Solo dejaron entrar a uno solo y pensé que Júpiter era la mejor opción! -le devolvió cuando se separaron un poco
- Pensaste mal imbécil.
- ¡¿Con que derecho me reclamas?! -grito nuevamente Cam- ¿tu dónde demonios estabas cuando ella te necesito? ¿por qué no estabas allá? ¿Ah? -grito Cam y fue momento de Josep de callar- Eso pensé, así que no me reclames nada por la decisión que tuve cuando tu ni siquiera te dignaste a estar con ella en algo tan importante.
- Pensé que no creías en esto...
- Y no lo hago, pero ella me importa y soy su amigo, prometí apoyarla siempre y eso hago, ¿dónde estabas tú?"
Veo desde el sofá como Josep acaricia los nudillos morados, hinchados y rotos de Andrea, mientras soba su cabeza con demasiada delicadeza... me pregunto si en algún momento Andrea dejara su terquedad de encontrar primero a los chicos y le dará la oportunidad a Jos, él realmente la quiere.
La Sra. Della salió hace exactamente cinco minutos a cambiarse y hacer café, cosa que le agradecemos mucho ya que ninguno ha dormido más de una hora por miedo a que despierte alterada y haga algo arriesgado.
Froto mi frente para intentar aliviar el fuerte dolor de cabeza que tengo, gracias a la falta de sueño, cansancio y estrés acumulado supongo, además del no saber qué va a suceder, lo que hace que suelte un gran suspiro...
- Es mi culpa –habla Jos en un susurro que me saca de mis pensamientos- Debí ir con ustedes, debí faltar al trabajo y acompañarlas, yo...
- No –le corto- fue mi culpa y asumo la responsabilidad –Digo firme- nunca debí dejarla sola por más que lo insistió, no debí. –murmuro y mis ojos se ponen aguados- no debimos seguir su juego, Josep. -digo y veo el ceño de Cam fruncirse.
- Realmente no creo que sea un juego -murmura de regreso y lo veo con mis ojos abiertos realmente asombrada.
- ¿de verdad le crees? –comento sorprendida.
- Desde la noche que tuvo la pesadilla nada ha sido un juego para mí.
- ¿eres tú o tus sentimientos hablando? –no puedo evitar preguntar, cosa que lo hace verme con el ceño fruncido- lo siento fue muy agresivo –murmuro.
- Soy yo hablando –responde al fin- quiero tener esperanza de que aun mis amigos están vivos y regresaran, ¿tú no? –pregunta y evito su mirada.
- Quiero que vuelvan tanto o más que tú, pero no sé si podría sobrellevar la decepción de saber que ellos no regresaran –respondo bajito y el nudo en mi garganta crece y unas pocas lágrimas caen por mi mejilla.
- Ten fe –dice simplemente- podremos lograr algo y si no es así, al menos lo intentamos ¿no?
- Están malditamente locos -susurra Camilo y se sienta al otro lado de Andrea y con cuidado toma su pulso.
- No quiero intentarlo y fallar –murmuro viendo ahora por la ventana retomando el tema- quiero intentarlo y conseguirlo, creo que fallar no va en mis planes. Si vamos hacerlo hay que conseguirlo Josep... y no solo por Andrea –Digo viéndola aun dormida- hay que hacerlo por nosotros y por los chicos –termino decidida y él asiente de acuerdo.
Haremos que vuelvan... de eso estoy segura.