Ellos Están Aquí

Se ha ido para siempre

Capítulo: 19


07 de noviembre de 2022.
Andrea.

- Andy él... se ha ido.
Y es tu culpa.
- La apuñalada lo hizo perder mucha sangre y él no resistió luego de aquel día.
Es tu culpa.
- Lo sepultamos para que no se lo llevaran...
Gracias a ti sucedió esto.
Eres la causante de su muerte.
De no haber nacido seguiría con vida.
Deberías dejar de existir.
El mundo estaría mejor sin ti.

- ¡Eres la puta razón de todo!
Deberías quitarles el dolor y sufrimiento, termínate de ir.
Perdiste a tu otra mitad...

- ¡Basta! –Grito tapando mis oídos con fuerza- No es cierto, no es cierto –susurro tapándome más.
Es tu maldita culpa.
Se ha ido y no lo veras de nuevo.
- ¡BASTA! Basta –Grito y lloro intentando callar las voces en mi cabeza.
Mañana cumpliría sus 20 años, pero ahora no... por tu culpa, no.
Nuestro hermanito se ha ido.

- Ya no más, ya no más –susurro- ¡ya no más! –Exploto.
- Cielo... -La mano de mamá me hace saltar en el suelo tirándome lejos de su toque, cosa que la hiere y me hace sentir aún más culpable.
Hasta a tu madre hieres ¿puedes dejar de lastimarla?... oh cierto, no puedes porque solo causas dolor y perdida a los que te quieren.
- Cariño escúchame.
- No puedo –murmuro- son muchas, quiero que paren –lloro.
- Eres fuerte cielo, tú puedes hacerlo.
Eres nada, no puedes con estos. Eres débil.
- Sabes que puedes con esto y mucho más hijita.
No mereces que ella sea tu madre, le quitaste a su único hijo.
- ¡Ya basta! –grito y veo a mamá cerrar de golpe su boca a la vez que salta sobre exaltándose. Algunas lágrimas caen y eso me parte mas- no mami, no llores por favor –murmuro y niego continuamente.
Solo le generas lágrimas y tristeza.
No te volverla a querer cuando sepa que Jesús murió por tu culpa.
- Todo está bien cielo, solo respira, tu puedes –Dice mamá en medio de los susurros.
- No me veas así –Digo- no quiero que me veas de este modo mami, por favor –susurro- Por favor –repito y asiente con algunas lágrimas.
Eres una hija de mierda.
No mereces una madre como ella.
- ¡Paren! –Grito y golpeo el armario a mi lado. Golpeo una y otra y otra vez, siento el escozor en mis nudillos nuevamente, pero realmente no le presto demasiada atención.
Sigue, siente al menos algo del dolor que sintió Jesús.
Siente lo que él ya no puede.

- ¡YA! –continuo golpeando y el dolor no se va de mi pecho.
Siento unos brazos a mi alrededor y no me detengo, continuo golpeando; cosa que hace que esos mismos brazos me sujeten con mayor fuerza y guié sus manos hacia las mías sujetándolas entre ellas.
- Déjame –grito y me sacudo- déjame –lo golpeo- déjame Sep.
- No –murmura bajito- no te dejare caer... tu eres más fuerte que esto, eres más fuerte que unas simples voces.
- Déjame Josep –repito y no lo hace- maldita sea déjame- grito y lo golpeo a la altura del muslo.
Eso hiérelo...
Y lo hago, muevo el rostro hacia un lado y clavo mis dientes en su brazo, siento el sabor metálico en mi boca a la vez que el quejido de Sep llega mientras mueve su brazo alejándolo sin llegar a soltarme. El sabor metálico característico de la sangre aumenta y me doy cuenta de que realmente no es suya, es mía.
¿Qué es un poco de dolor?
- Drea, tu puedes superarlo –Dice apretándome.
Sus emociones me llegan con fuerza y me retuerzo aún más. Preocupación, angustia, amor y dolor, uno muy fuerte y no, no es físico, si no sentimental...
- Déjame- repito- no quiero, no quiero sentirte cerca, no quiero... no te quiero aquí.
Sigue hiriéndolo, tú puedes. 
Su dolor crece, pero no me suelta. 
Puedes hacerlo mejor.
- Vete a la mierda y déjame -grito retorciéndome- Aléjate de mi, aléjate de mi.
- No –murmura- se lo que intentas, pero no te dejare... nunca te dejare porque me importas –dice y me abraza con fuerza- no te dejare caer, Andrea –completa y yo lloro dejándome caer hacia atrás. Siento la sangre salir de mis labios y caer por los brazos de ambos.
- Se ha ido –susurro- se ha ido y es por mi culpa –Lloro aceptándolo en voz alta. Sep se deja caer y me atrae consigo al suelo de nuevo- fue mi culpa...
- Shhh, no es así. Todo está bien –dice con suavidad- tienes que descansar, por favor.
- dame la eszopiclona –digo al fin- no puedo mas.
- todo estará bien, lo prometo -murmura y veo a Cam de reojo con la inyectadora y lágrimas contenidas fuertemente en sus ojos.
- No me dejes –susurro y siento la presión en mi cuello previamente mojado por el alcohol.
- Nunca lo haré...
*******
08 de noviembre de 2022.
Josep.

Hoy ocho de noviembre es el cumpleaños de Jesús Rodríguez, hermano menor de Andrea, único hijo varón de la Sra. Della y mi gran amigo.
Ayer en la mañana luego de sedarla la Sra. Della aseguro que no despertaría hasta hoy, por lo que fui mi departamento a "descansar" cosa que no hice en toda la noche, razón por la que a una hora bastante temprano voy camino a la casa de Andrea quien ya  despertó y esta un poco más tranquila, por así decirlo.
Son las 2pm y no ha querido hablar con nadie solo ha llorado todo el día en silencio en la habitación de Jesús. Lleva puesto su suéter favorito y sus pantalones de la "suerte" mientras esta acostada en su cama.
La Sra. Della lloro también durante todo el tiempo que quiso, sin embargo ahora solo está muy callada mientras Júpiter la abraza con algunas lágrimas en su rostro.
Camilo esta en la cocina preparando te ara que ambas sigan en calma y no se pongan peor.
Me levanto despacio y lo intento una vez más. Camino escaleras arriba y abro un poco la puerta de la habitación de Jesús y ahí está, Andrea sigue llorando abrazada a sus sabanas y almohadas, exactamente igual a como la vi hace unas horas.
Ella capta mi movimiento y espero el "Quiero estar sola" que me ha repetido desde el momento en que llegue, pero no es así, esta vez no es así... llora aún más cuando me ve y hace un espacio a su lado. Capto la indirecta y camino hacia ella, me siento a su lado y rápidamente sus brazos me rodean con fuerza mientras entierra su rostro en mi cuello sollozando.
- Cumpliría 20 y se graduaría el siguiente año –escucho su voz ronca y un poco disfoníca por todos sus gritos- quería ser un gran doctor como papá –continua y yo acaricio su cabello mientras ella habla desahogándose- quería salvar vidas... -dice y su voz se quiebra- yo le quite eso... -susurra.
- No es así –la interrumpo con suavidad tomando su barbilla haciéndola verme- harás que regrese y cumplirá su sueño –digo y llora negando- harás que salve vidas y...
- No... -me corta en un susurro- no será así.
- ¿por estas tan segura? Hay que ser positivos, tener fe de que haremos que regresen –susurro acariciando sus reventados labios, arrebato de su mordida.
- Sep, no les he dicho algo importante –murmura y sus ojos se cristalizan a una velocidad impresionante- Jesús... él... -suspira cerrando un instante sus ojos- él se ha ido para siempre –completa abriéndolos de nuevo mientras lagrimas caen rápidamente.
- No... dijiste que seguía vivo, que lo sentías, tu... no Drea –murmuro sin soltarla.
- Sí, yo lo dije, pero el día del psiquiátrico regrese a ese lugar y él no sobrevivió, él se fue... lo enterraron en una plaza o algo así. Él se ha ido –completa y algunas lágrimas más caen sin que ella pueda evitarlo.
- ¿viste el cuerpo? –pregunto y me ve confundida- si no viste el cuerpo no lo creeré, no pudo haber muerto, me niego a creerlo –completo con un nudo en la garganta.
- Vi su tumba, fui ahí con Leandro. Él me dijo que...
- Pero no viste el cuerpo, ¿o sí? –niega- pudo ser una alucinación, producto del lexapro y el alucinógeno que te dieron. Él puede no puede estar muerto, lo sabes –digo un poco alterado.
- No lo fue, yo ya no lo siento y era el mismo lugar, el mismo ambiente, era Lean –Asegura llorando, cosa que me hace sentir culpable.
- A veces pasa y lo sabes, Drea. Sabes lo fuerte que son ambos componentes juntos, todo pudo salir de tu imaginación, pudo venir de tus recuerdos... lo sabes, no seas terca, no hoy.
- Aun así no lo he sentido de nuevo –insiste.
- Porque te niegas a ello, pero sabes que está vivo.
- No lo sé –murmura- no quiero ilusionarme.
- No será así, regresaran –o eso quiero creer.
- ¿Cuándo invertimos papeles? –interroga y sonrió.
- No lo sé, pero no me importa. Te quiero, Drea.
- Y yo a ti Sep –dice y me abraza aun con algunas pocas lágrimas en su rostro.
- Haremos que vuelvan.
- Así será –murmura y deja un beso en mi mejilla que la hace hacer una mueca de dolor.
- No me gusta que te hagas eso... -murmuro con suavidad acariciando sus labios.
- No quería hacerte daño –susurra de regreso.
- Lo sé, pero yo no quería que tú te hicieras daño... -digo de regreso y saco un bálsamo hidratante con antibiótico que recomendó el doctor Steven aplicarle. Lo compre de camino y hasta ahora estoy teniendo suerte- ¿puedo? –pregunto dudoso.
- Está bien –susurra girando completamente su rostro hacia mí. Aplico con el mayor cuidado que puedo y agradezco que sea bastante líquido, puesto que me da mejores resultados y la lastimo poco aplicándoselo.
- Listo, ya está.
- Gracias por no dejarme, Sep, aun cuando te he dado motivos para hacerlo...
- Sabes que no lo haría jamás –respondo y se acerca de nuevo.
- Gracias –murmura y deja de nuevo un beso en mi mejilla, aunque solo un poco más cerca de mi comisura- lo siento te deje labial –sonríe un poco.
- Puedo soportarlo –respondo simplemente y toma mi mano entre las suyas.
- ¿por qué están hinchados? -susurra refiriéndose a mis nudillos.
- Digamos que Camilo y yo tuvimos un desacuerdo nada amigable y ambos terminamos alterados.
- Pelearon -afirma y asiento lentamente- ¿por qué lo hicieron? -duda y niego.
- No tiene importancia -susurro intentando que lo olvide. 
Miento al decir es porque fue por ella y ella es lo más importante que hay en mi vida.



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En el texto hay: misterio, dones, misterio y suspenso

Editado: 27.10.2019

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