Capítulo: 25
29 de noviembre de 2022.
Andrea.
- Oye no es justo era mi helado –digo haciendo un puchero bastante infantil.
- Oh vamos no hagas eso –dice Sep y da un corto beso en mis labios- te ves adorable –murmura. Llevamos saliendo de manera formal varios días, realmente no los cuento ni nada solo dejo que fluya y ya.
Ahora con el tema de los chicos es diferente, he estado entrenando, en exactamente veintiún días ellos volverán y debo tener buena salud y resistencia física para ello, por eso las visitas al gimnasio son mas seguidos.
- ¡No es cierto! –exclamo y ríe- basta –murmuro.
- Está bien, tratare de controlarme, pero no prometo anda.
- No es justo –repito- te comiste la parte con más gomitas –digo. Mi labio sobre sale y mis ojos se cristalizan.
- Y estaban deli... ¿Estas llorando? –pregunta y asiento.
- Te robaste mis gomitas –digo y sin poder evitarlo comienzo a llorar por eso, Sep simplemente me ve bastante confundido.
- Mierda, no... -murmura luego de unos segundos- Drea, linda, ¿Qué día es hoy? –interroga frustrado.
- No, no es mi periodo, es... es lo otro. –sorbo.
- ¡joder! –exclama bajito, pero aun así logro escucharlo- ¿tu mamá? ¿Dónde está?
- Salió temprano a una conferencia y llega mañana por la mañana –murmuro y él niega mientras yo sigo llorando.
- Te comprare gomitas, espérame y ya regreso.
- ¿te vas y me dejas? –lloro aún más y el maldice.
- No, no, no nena. Iré por gomitas... para ti.
- Ya no quiero gomitas –digo llorando- te quiero a ti.
- Y yo a ti también te quiero muchísimo –murmura. Tiro de él y se sienta de nuevo a mi lado. Me dejo llevar por la película rato después de que me dio mi medicamento y me lave la cara.
- ¿todo en orden? –pregunta de nuevo.
- Prometo que estoy perfecta... gracias por no huir.
- Lo considere –dice y rio.
- Tonto –murmuro- te amo –digo y detiene la papa que llevaba a su boca para verme con la sorpresa plasmada en su rostro.
- ¿Qué? –es todo lo que dice y sonrió. Me muevo de lugar y ahora estoy sentada con mis rodillas a cada lado de él, ve todos mis movimientos y traga.
- Que –beso- yo-beso- te –beso- amo... te amo –digo de nuevo y sale de su sorpresa para besarme de regreso con la misma energía que yo.
- También te amo –dice y sonrió.
- Quédate conmigo –murmuro contra su cuello.
- No pensaba dejarte sola –responde con simpleza.
- Hablo de conmigo, conmigo. No en el cuarto de invitados –respondo y él lo entiende.
Esa noche expresamos con cuerpo, alma, mente y corazón que tan cierto y que tanto realmente nos amamos...
Que tanto lo amo.
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06 de diciembre de 2022.
Superior (Damian)
- ¿Cómo nos estamos preparando? –pregunto y veo Tenebris moverse de un lado al otro acomodando lo que sea que acomodan.
- Van bien, han avanzada bastante en poco tiempo –responde Darius- Creo que lograremos que ninguno salga de aquí el veinte –informa y sonrió.
- Perfecto –respondo- no lo esperara, además nadie le informo que si ella adquiere más fuerza ese dia, yo la adquiero el doble. –sonrió un poco, pero igual el remordimiento aparece en mi cabeza. Suspiro.
- ¿Qué ocurre? –pregunta Darius.
- Nada, quiero que todo siga perfecto y sin ningún error. ¿Alguno se ha negado a dejarlos vivos? –pregunto nuevamente.
- Dos exactamente, pero un poco de vieja escuela los hizo cambiar de opinión rápidamente -rie y hago una mueca intentando reír.
- Excelente. Necesito tomar un poco de frió... Realmente lo necesito.
- De acuerdo –Dice asintiendo. Paso por su lado y con su brazo me detiene rápidamente –no te vayas sin avisar –Dice serio y bufo.
- No lo haré. –respondo serio- volveré -aclaro.
- De acuerdo –dice y me suelta- Damian –llama de nuevo y ruedo los ojos- me puedes decir que ocurre. Lo sabes.
- Ni siquiera yo sé que me ocurre, Darius. –Soy honesto.
No responde nada y aprovecho eso para salir a caminar. El 29 de noviembre mi puente lo supo todo y ahora tiene la fantasía de que ella y su gente saldrán de obscurial, pero está muy equivocada porque nadie sale de aquí. Nadie.
Me preocupa que se vuelva inestable, Darius cree que realmente le tome cariño, pero no lo veo así.
O eso quieres creer... -susurra mi consciencia y la odio, porque creo tiene razón.
- ¡Mierda! –Exclamo y golpeo un árbol haciendo que se destroce enseguida.
Nada tiene sentido para mi ahora.
Ella, todo es ella y siempre lo supe, sería mi bendición y mi tormento, mi loura y mi cordura, mi puta fuente de vida... me lo advirtieron. Me lo advirtieron y me negué a creer que podía ser cierto, por eso ahora estoy aquí como un jodido imbécil.
- Ella podrá regresarnos... -escucho y me camuflajeo en la oscuridad.