Ellos te juzgarán de cualquier manera

Prólogo

Los recuerdos atormentan, trituran tu vida feliz hasta que te llevan a un estado de agonía recurrente. Mi subconsciente asociaba todo lo que pasó la noche anterior con las cosas buenas que me pasarían en un futuro incierto.

 

Ropa desgarrada colgaba de mi cuerpo; una fuerza sobrenatural hizo que mis pies se movieran. Torpemente tropezando con las hojas y ramas partidas que se achacaban en el lodo. Había perdido todo en horas, mi inocencia, mi amor hacia mi madre, la confianza hacia las personas. Mi valentía y sentía la necesidad de ahogarme en una bañera, para salvar a mis demonios o a mi misma. ¿Pero y si la muerte no resuelve nada?

 

Colocaba mis manos en los árboles, mi cuerpo se sentía pesado. Bajé la vista a mis piernas y ellas se teñían de un chorro de sangre que salía de mi entrepierna. Grité y mis manos volaron hacia mi cara, raspé mis manos contra las mejillas. Cuando tuve la oportunidad de llegar a la casa donde era la fiesta de mi cumpleaños. Cerré los ojos y una serie de imágenes de la noche anterior atacaron mi mente.

 

Yo tomando coca-cola, las escaleras, mi madre engañando a mi padre con mi ex manager. Los chicos con las máscaras; mis gritos, yo adormecida. Me habían drogado.

 

Me sostuve de la baranda y ahogué un chillido, las lágrimas corrían por todo mi cuerpo. Entré a una de las habitaciones, cerré con llave. Una botella de vodka vacía se asomaba detrás del escritorio, la agarré sin examinarla y en el baño la rompí. Viendo como los pedazos se esparcen por doquier. Tomé temblando el pedazo de vidrio más completo, accedí a la bañera y abrí la llave, me senté dentro y esperé a que se llenara.

 

Cerré el grifo y mi corazón palpitaba a una velocidad irreversible, el vidrio se adhirió a mi mano derecha y acerqué la punta filosa a la parte central de mi antebrazo. El corte inició desde las arrugas que parecen aros en la muñeca, siguió su recorrido hasta terminar en mitad del antebrazo. Extendí el vidrio a la otra mano donde ya la sangre se esparcía por todo el agua y la pared. El corte del brazo derecho fue más pequeño y horizontal. Igualmente perdería más sangre del lado izquierdo.

 

Quise recostarme y así morir en una forma cómoda. ¿Pero estoy segura de que moriré?



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En el texto hay: drogas, secretos, problemaspsiquiatricos

Editado: 14.04.2018

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