Creí que el destino me uniría con otra persona.
Por ejemplo, el chico que siempre me mandaba mensajes de amor.
El pudo haberme robado y llevarme con él.
Además era lindo.
— ¿Acaso yo no soy lindo? — preguntaste con el ceño levemente fruncido y con un puchero en tus labios.
— No, no lo eres. —dije mientras negaba con la cabeza.
Que gran mentirosa era.
Estaba consciente de lo hermoso que era mi chico, mi novio, mió.
Aún así quise jugar un rato con el.
—¿Entonces porque estas enamorada de mi?
Uh, no podía contra eso.
Pero su impresionante belleza no era razón suficiente para explicar el porque de mi amor hacia el.
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Editado: 01.08.2020