MALA LUNA DE MIEL
- Desgraciado, pero algún día me vengare, eso espero – entre molesta a la casa
- ¿Dónde estabas? – pregunto Augusto serio – hubo asesinatos afuera y no contestaste el celular
- Yo, lo tenían en silencio, justo por lo que paso allá afuera, estábamos en el sótano del museo de la princesa Diana – respondí rápidamente
- ¿Qué hacías allá?
- Como no estuviste en toda la mañana salí a dar la vuelta, por cierto ¿Dónde estabas? Creí que íbamos a desayunar juntos Augusto
- Salí a correr – respondió rápidamente
- Pude haber ido contigo, hacer ejercicio me hará bien, tienes razón, estoy gorda y necesito bajar de peso
- Tú no necesitas hacer ejercicio eso de nada te ayudara
- Entonces...págame una operación, te lo juro que no te vas a arrepentir – dije besando mi mano persinandome en mi boca, pero Augusto vio algo que no le agrado
- ¿¡Qué es eso!? Es horrible – tomo mi mano viendo la muñeca
- Yo me caí y fui al hospital, creo que me quedara una cicatriz – hable algo triste, pero solo así él me haría caso
- No me refiero a tu estupidez, me refiero a ese tatuaje
- No es un tatuaje Augusto – quite mi mano – es una marca de nacimiento, como la de mi tío Caden, la cual siempre la oculte con maquillaje, pero con lo que me paso bueno, me lavaron la muñeca
- ¿Tu tío? El que te abandono y nunca te quiso
- Mi tío Caden si me quiso, algo me dice que si me quiso y me gustaría que me ayudaras a buscarlo
- Mejor te pago un tratamiento para quitarte esa horrible marca, toda tu familia me ha dicho que no es un buen señor – cambio de tema
- No, no me la voy a quitar, es el único recuerdo que tengo de él
- Pues no dejes que otras personas vean esa horrible serpiente, ahora si me lo permites tengo mucho trabajo que hacer
- Mejor hagamos algo divertido – lo abrazo y lo comencé a besar apasionadamente, quise quitarle la camisa, pero Augusto rápidamente me aparto
- Tu mano está herida, ve a tu recamara
- Entonces, ven a cenar, antes de irme te prepare tu comida favorita
- Cene afuera, si me disculpas me voy
- Entonces al menos prueba tu postre favorito también lo hice – me interpuse para que no se fuera
- Entiende no tengo hambre – hablo molesto
Augusto se fue, me quede sola en la sala “¿ahora si le importaba mi accidente?” pensé, apenas era mi primer día de luna de miel y salía mal, molesta me fui a mi recamara y me acosté, empecé a tener comezón en mi herida, por suerte el médico me dio una pomada especial para esos casos, con las yemas de mis dedos curaba mi herida, pero cada vez que la veía, recordaba la voz de aquella bestia. “no mancharía de sangre este palacio de la bella princesa Diana, estoy fascinado por su historia y guardo ciertos rencores, si yo estuviera en esa época les hubiera cortado la cabeza los que la hicieron sufrir”
- Vaya bestia – murmure – y lo peor es que esa esclava le pertenece a su madre de mi esposo, si no la ve me va a despreciar más de lo que hace, a menos que... vuelva al museo mañana y él ataque
Sabía que podría ser una mala idea, pero tendría que negociar para recuperar esa esclava
- Buenas noticias hermanito – entro Starla al despacho de su hermano con su gran tableta tecnológica con noticias – supongo que ya sabemos dónde está Jezabel
“La boda del año, Augusto Demir y su esposa Jezabel Leal de Demir, pasan su luna de miel en una lujosa ciudad, con una esperada luna de miel de tan solo un mes, el joven rico se casó con una bella dama de clase y esperan pronto tener un heredero, sin embargo no se dejan ver”
- Starla – hablo su hermano a punto de llorar – te debo un favor muy grande, el abuelo ya me quiere matar
- Lo sé, y créeme no ah estado de humor, anda ya no estes en este país, ve inmediatamente a la ciudad Lonwai, no pares de buscarla y dile toda la verdad y que se tiene que divorciar de Augusto
- Es mejor esperar, me encontré a Alyssa, te aseguro que pronto se divorciaran– menciono – Starla, tú estarás a cargo mientras yo esté ausente, ire a ver al menos a lo lejos que Jezabel no haga ninguna estupidez
- Suerte, hermano – dijo Starla dándole un abrazo a su querido hermano mayor
Por fin Skyler encontraba paz y es que su abuelo lo ha castigado y él ha sufrido bastante, ha decidido que está vez no lo dejara pasar y le va a contar toda la verdad sobre él y su familia y que él quiere que ella sea parte de esa familia
- Creí que desayunarías lo que hice ayer – mencioné triste
- Lo siento Jezabel, pero no acostumbro a comer eso en las mañanas, puedes tirarla
- Muy pocos tienen la oportunidad de tener un alimento sano y justo en este planeta y tu simplemente la desperdicias
- ¡Entonces regálala y deja de molestarme! – grito eufórico Augusto