Jenna
No puedo creer todo lo que me ha contado Jasón. Mi padre, un hombre que solo le importaba su empresa, la ha dejado en la ruina, y lo peor es que ha hecho que un hombre inocente pierda todo su dinero.
―No puedo creer que mi padre haya hecho una cosa como esta― Jasón se encuentra sentado en su silla, mientras yo me encuentro al frente suyo. Él me acaba de mostrar los documentos donde comprueba todo lo que me ha contado.
―Te aseguro que yo también me hago la misma pregunta― Hace una pausa –Hice todo lo que estaba a mi alcance para salvarla, pero tu padre tomo préstamos de muchos bancos y no hizo ningún aporte a la empresa―
―Si ese dinero no fue destinado a la empresa, ¿Dónde está?― Jasón me observa.
―Lo mismo me pregunto―
―Entonces, ¿Qué piensas hacer ahora?― Jasón se levanta, camina al pequeño minibar que hay en la esquina de su oficina, sirviéndose un trago.
―Tengo que terminar de vender lo poco que me queda― Señala con la copa en la mano la oficina –Empezando por este departamento, para terminar de pagar a las últimas facturas y la liquidación de los empleados de la empresa―
―¡Dios!― escondo mi rostro en mis manos – ¡Esto no puede estar pasando! Tú no puedes perderlo todo― Jasón me da la espalada para observar el panorama que ofrece su ventana.
―Ya nada se puede hacer Jenna― Toma un sorbo de la copa. –Por eso quería hablar contigo―
―Siento tanto todo esto― Susurro con lágrimas en mis ojos.
―Mis abogados ya están haciendo, los trasmite del divorcio― Levanto mi rostro sorprendida. –Así que cuando estén los papeles listos, eres libre― Dice sin mirarme.
―¿Cómo así? No entiendo―
―No te voy a arrastrar a esta mierda, Jenna, pronto me declararé en bancarrota y...―Me levanto furiosa.
―¡Si tú piensas que te dejaré solo en esto! Estás muy equivocado― Jasón voltea haberme sorprendido. –Te recuerdo que has perdido todo por mi padre y tengo parte de responsabilidad en esto― Jasón me sonríe.
―Tranquila Jenna, de verdad puedo empezar de nuevo desde cero― Me acerco y tomo su mano.
―Pues empezaremos desde Cero―
―No puedo...― Pongo mi dedo en sus labios.
―Tú me apoyaste cuando te dije que quería viajar― El Asiente – Luego me apoyaste cuando quise venirme a vivir sola en la ciudad y siempre me ofreciste tu ayuda― Jasón suspira –También me ofreciste una amistad sincera, así que no se diga más― Le doy la espalda para salir de su oficina, pero Jasón me detiene.
―¡Vaya! Sí que has cambiado―
―¿Disculpa?― Jasón se sienta de nuevo.
―No solo cambiaste físicamente...― Señala mi cuerpo –Sino que...― Me cruzo de brazos y lo observo.
―¿Si no qué?―
―Ya no eres aquella joven que temblaba cada vez que me acercaba― Suspiro.
―No, ya no soy aquella joven insegura. Andar con las Damas te hace formar carácter si quieres formar parte de este mundo―
―A veces, para obtener algo, debes pasar por tropiezos― Le sonrió.
―Así es― Ambos nos observamos sin decir nada. –Voy a ver qué hay para desayunar― Me dirijo de nuevo a la puerta.
―Lo siento, pero ya no hay servicio― Hace una pausa –Tuve que despedir algunos, solo queda...― No dice nada.
―Tranquilo, mira, yo puedo preparar algo de comer y aprovechamos para hablar bien sobre lo que vamos a hacer― Jasón solo me observa para después asentir. Salgo de su oficina con mi corazón a mil.
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Editado: 06.09.2024