empezando desde Cero

9 parte

Jenna

Quedo en shock cuando siento la presión de sus labios sobre los míos. Son tan suaves que no demore en dejarme llevar. Pongo mis manos por detrás de su cuello hasta llegar a su cabello y lo acaricio, a la vez siento como el envuelve sus manos en mi cintura y me atrae más hacia su cuerpo.

Mariposas revolotean en mi estomago, es una sensación que jamás había experimentado. Pero así de rápido e inesperado paso, así mismo termino.

-Creo... Creo que debería ir a terminar de organizar los demás documentos- Digo un poco nerviosa. Jasón me suelta y sale de la oficina y me golpeo mentalmente por no haberme ocurrido decir otra cosa mejor.

No podía dejar de pensar en ese beso. Cuando Jasón volvió a la oficina, me sentía muy nerviosa y entre nosotros había cierta tensión. Solo hablábamos lo necesario sobre la empresa, así que para bajar la tensión que ambos estábamos decidí darle una sorpresa. Solo esperaba que todo saliera bien.

Le pedí que me acompañara a buscar algo que necesitaba, el no me replico nada y sin decir una palabra tomamos un taxi, ambos sumergidos en el silencio.

Mientras íbamos en el trayecto empecé a jugar con mis manos. Era lo que siempre hacia cuando estaba nerviosa, lo peor es que no podía dejar quieto uno de mis pies y empecé a moverlo como si tuviera un tip nervioso. Sentía la mirada de Jasón, pero lo ignore viendo por la ventana, cuando llegamos a nuestro destino pude sentir un poco mas de alivio.

-¿Qué es este lugar?- Jasón observa que nos encontramos en un taller, no digo nada solo tomo su mano y nos dirigimos a buscar al dueño.

-Señora Payner, veo que es puntual- El dueño del taller me recibe con un saludo de mano.

-Señor Rodríguez, le presento a mi esposo Jasón Payner- extiende su mano y Jasón la recibe.

-Un gusto señor Rodríguez- Jasón me mira sin entender nada. Sintiéndome un poco más relajada le guiño el ojo y tomo su mano y ambos seguimos al dueño.

-Déjenme decirles señores Payner, que me ha dado una satisfacción de haber tenido en mis manos esta maravillosa moto. No había mucho que hacerle ya que se encontraba en perfecto estado, por lo que usted me comento señora; es que la moto había estado quieta por mucho tiempo por ser de colección- En ese momento siento como Jasón aprieta mi mano.

Mi esposo ha quedado en shock cuando hemos llegado donde está la moto. No dice nada y empieza a revisar cada parte de ella, pasa sus manos y empieza acariciar la moto como si fuera algo frágil.

-¿Qué está pasando, porque la moto esta aquí?- Jasón se acerca y toma mi rostro para que lo pueda ver a los ojos.

-No fui capaz de venderla, lo siento pero no pude- Negué con mi cabeza. Ver la emoción en su rostro había hecho que empezara a llorar-

-Gracias... Gracias mi amor- Susurra esto último antes de volver a besar mis labios.

-Lo siento mucho no quiero interrumpir pero acá esta las llaves- Sentimos un pequeño carraspeo del señor Rodríguez.

-Gracias señor-

-Gracias a ustedes por confiar en mí y si necesita algo solo llámenme-

-Gracias- Susurro un poco nerviosa aun por el beso.

-Hacen una hermosa pareja- Siento mis mejillas arder, no digo nada y me monto en la parte de atrás de la moto ya que mi querido esposo no tardo en montarse y encenderla. Hace rugir el motor y ambos nos despedimos de mano del dueño y salimos del taller.

Me sentía libre. Mientras Jasón tomaba las curvas y aumentaba la velocidad, me sentía volar. Era una sensación indescriptible y sabia que a mi esposo le pasaba lo mismo.

Dimos un paseo largo por parte de la ciudad. Ya había caído la noche así que decidimos volver al departamento. Cuando llegamos sentía la adrenalina recorrer por mi cuerpo, no solo era la sensación de haber estado por primera vez montada en una moto o por ver la felicidad de Jasón de haber recuperado la moto.

Esto era distinto, ambos sentíamos que una fuerza de atracción y sabia que en cuanto llegáramos, ya no íbamos a parar.

Siento el corazón latir a mil cuando llegamos a nuestro departamento. Desde que nos bajamos de la moto, Jasón toma mi mano y me guía a nuestro hogar.

Mientras subimos por las escaleras, muchas cosas vienen a mi mente pero pronto dejo de pensar cuando siento que soy estampada contra la puerta de su habitación,  siendo besada con desesperación. ¿En qué momento llegamos al departamento?

-¿Estás segura de esto?- Jasón comenta mientras besa mi cuello. No soy capaz de pronunciar alguna palabra, se detiene y me mira a los ojos –Necesito que me digas que lo estas, después de atravesar esta puerta ya no abra marcha atrás- Acaricia mis labios –Muero por tenerte, por poseerte, hacerte mía- Susurra contra mis labios –Después de consumir nuestro matrimonio ya no abra divorcio- Dice mirándome de nuevo a los ojos.

-Me parece bien, la verdad es que yo no me quiero divorciar- Sonrió besando sus labios, mi esposo sonríe devolviendo el beso.

Jasón me carga llevándome hasta su habitación. Me deja al borde de la cama y empieza a besarme de nuevo pero esta vez se toma su tiempo.




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