SBWALTER

Finalmente, la empresa de Charles lanzó su primer producto el día anterior, y en tan solo 24 horas, logró posicionarse en el primer lugar de su categoría. El lanzamiento fue un éxito rotundo. Todas las noches de insomnio, estrés y dedicación valieron la pena, ya que las ventas de este único producto se agotaron en un solo día, con una demanda masiva.

Los altos ejecutivos, junto con sus respectivos asistentes, se reunieron en la sala de juntas para celebrar este gran logro. Habían organizado un buffet exclusivo para el equipo, acompañado de bebidas no alcohólicas. Al final de la jornada, Charles propuso realizar un breve reconocimiento para recompensar el esfuerzo colectivo.

Mientras Charles se ausento momentáneamente para atender una llamada telefónica, Rayla se acercó a Lucy, la directora de marketing. Lucy, con una presencia imponente, lucía su cabello rubio y piel bronceada, complementados con unos ojos azul cielo.

—Debo reconocer que su propuesta publicitaria fue excepcional; el video fue verdaderamente impresionante. El diseño y la dedicación con los que se representó el producto, sin omitir el más mínimo detalle, son dignos de elogio. Excelente trabajo, compañera —comentó Rayla con una sonrisa cordial en su rostro mientras extendía su mano hacia su colega.

Lucy se encontraba acompañada por su asistente y dos compañeros de trabajo cuando Rayla se acercó para hacerle ese comentario amistoso. Sin embargo, a pesar de que Rayla extendió su mano hacia Lucy, esta no correspondió al saludo. En cambio, con un tono de arrogancia y superioridad, expresó con evidente desdén por la presencia de Rayla:

—Por supuesto que mi estrategia iba a dar resultados; soy una mujer especializada en mi campo. No necesito recurrir a medios cuestionables que utilizas tú para obtener mi posición y pertenecer a la clase alta —concluyó en voz alta, seguida de una risa burlona mientras se alejaba de Rayla.

La asistente de Lucy susurró con desdén: —¿No temes que el señor Charles Walter te despida por tu comportamiento hacia su novia? — La joven, conocida como Mina, sentía temor de perder su empleo debido a la actitud despectiva y humillante de su superior.

Ella respondió con desdén: —Charles no hará nada; simplemente se está divirtiendo con ella. No creo que la considere su novia en serio. Evidentemente, no la tomará en cuenta de ninguna manera.

Este intercambio fue presenciado y escuchado por los demás presentes, algunos de los cuales soltaron risitas, mientras que otros murmuraban al respecto. Rayla se quedó atónita ante la forma en que fue tratada, ya que no había tenido interacción alguna con aquella mujer, a pesar de haber estado trabajando allí durante aproximadamente dos semanas. No era una persona sociable y, además, no trabajaba de cerca con Lucy, por lo que nunca habían intercambiado ni una sola palabra.

Sin lugar a dudas, se sintió avergonzada y humillada ante sus compañeros de trabajo. Era la primera vez que experimentaba una situación de tal índole; aunque había enfrentado momentos difíciles en empleos anteriores, nada se comparaba con esta experiencia. Su mano cayó a su costado y su cuerpo se tensó ante la mezcla de enojo y tristeza. Sus ojos ardían, evidenciando su deseo de llorar, pero antes de ceder y exponerse al ridículo o convertirse en objeto de comentarios, reprimió esas emociones, levantó la cabeza y, con una postura erguida, se volvió hacia todos, demostrando que la situación no le había afectado en absoluto.

Rayla aún no contaba con asistentes, ya que consideraba que tenía la capacidad suficiente para desempeñar su rol laboral de manera independiente. Quizás por esta razón no había cultivado amistades cercanas en el trabajo. Sin embargo, había colaborado estrechamente con el director de tecnología, con quien había establecido una buena relación. Por lo tanto, él se acercó a ella junto a su asistente.

— No prestes atención a las palabras de una persona tan despreciable. Ella no te conoce en absoluto; quienes han trabajado de cerca contigo son conscientes de tu capacidad. No le des importancia a sus comentarios. Eres mucho más competente que ella, aunque prefieras mantener tus habilidades en reserva y no actuar con la arrogancia que ella exhibe.

— No te preocupes, Zane, sus palabras no me afectan en absoluto. Si me permites, me retiraré, ya que este ambiente se ha vuelto tóxico para mí en este momento. Mañana será un nuevo día y debemos estar preparados para continuar con nuestro trabajo, — dijo mientras se excusaba y abandonaba el lugar.

Charles aún se encontraba en una llamada telefónica, por lo que no había sido testigo de los acontecimientos que se desarrollaban. Rayla se había acercado a él y, mediante un gesto rápido, le indicó que se marchaba. Esta situación le pareció extraña a Charles, quien mantenía el teléfono pegado a su oído; sin embargo, no permitiría que ella se fuera sola, ya que ambos habían acordado salir juntos.

—Espera, ¿por qué me estás diciendo adiós? Se supone que nos iremos juntos —dijo, cubriendo el micrófono de su teléfono.

—No deseo interrumpir tu llamada, cariño. He solicitado un Uber porque no me siento bien —se excusó ella.

—Un momento, por favor —le solicitó a Rayla mientras la sostenía de la mano y trataba de concluir rápidamente la llamada. Al finalizar, la miró con una ceja arqueada—. ¿Sucede algo? Tú y yo tenemos planes esta noche, y sabes bien que no trajiste tu automóvil porque me encargué de traerte. Es inusual que desees irte con tanta prisa. ¿Te gustaría compartir conmigo lo que te preocupa?

—No es nada, querido. Siento que me va a dar un dolor de cabeza y no quería interrumpir tu llamada, además de que estás en medio de una celebración. Eso es todo.

—La celebración es lo de menos. La única persona con la que realmente deseo celebrar eres tú. Además, la celebración puede continuar tanto conmigo como sin mí. Dado que no tenemos nada que hacer y mi mujer se siente indispuesta, no tengo razón para quedarme aquí. Así que, vayamos a casa —dijo mientras la rodeaba con sus brazos y le dejaba suaves besos en el cabello.