Estando de pie en el borde de las vías del subte, miraba los raíles con una profunda tristeza. Levantando el pie escuché un tintineo en frente de mí y miré por curiosidad. Había un zorro blanco sentado que me observaba, tenía un collar con cascabel.
Lo observé hasta que noté el tren llegando. No tardé en hacer un paso hacia delante para tirarme. Pero de repente el zorro apareció delante de mí en el aire, como si se hubiera teletransportado. Apoyó sus patas delanteras en mí pecho y me arrojó al suelo, provocando que me golpeara la cabeza. Abrí los ojos y lo primero que vi fue un cielo azul hermoso. A mí alrededor vi pasto largo y verde. Sentía una pesadez en mí estómago, así que miré asustado. Era el zorro.
Lo empujé y me arrastré hacia atrás con miedo.
El zorro sacudió su cabeza y me miró.
-Oye. No empujes de esa manera. Pudiste dañarme.
-¿Qué...? ¿Acaso...?- estaba aterrado. -¿¡Cómo puedes hablar!? ¿¡Eres un demonio!?
-¿Demonio? No digas tonterías, niño. Sólo soy un simple zorro... Que... Puede hablar.
-No... No... No es cierto. Un animal no habla, ¿Estaré muerto? ¡Pues claro! Si no, ¿Cómo puedo estar en un campo? Entonces debe ser un guía espiritual que me llevará al infierno o al cielo.
-¿Guía espiritual? ¿Es lo que crees de mí?
-¿Qué serías si no?
-No lo sé. Pero si quieres creer que soy tu guía espiritual y que esto es el limbo entre el cielo con el infierno, estarías algo equivocado, ¡Este es el mundo real! Pero no el que conoces.
-¿El mundo real que no conozco? No entiendo.
-¡Es un mundo alterno! Podría decirse de ese modo para que lo entiendas bien.
-¿Entonces qué debo hacer? ¿Hay un propósito?
-No lo sé... Pero si quieres creer que hay un propósito, entonces lo hay. Crea tu propio propósito en esta nueva oportunidad que se te concedió.
-Crear mí propósito... Eso suena bien, ¿Tú me acompañarás para ayudarme?
-Si quieres que me quede, lo haré con gusto.
-Quédate- expresé con seguridad. -no quiero estar sólo.
-De acuerdo, pero algo me dice que no estarás sólo por mucho tiempo.
-¿De verdad lo crees? ¿Qué hago ahora en adelante?
-Podemos simplemente caminar hasta encontrar algo o alguien- me puse de pie. -¿Qué comeré durante este tiempo?
El zorro saltó hacia mí haciéndose pequeño hasta pararse en el hombro izquierdo y comencé a caminar.
-A cerca de eso, puedo cazar pequeños roedores. Aunque serán dos. No soy muy buen cazador. Pero... Puedes hacerlo por tu cuenta con... ¡Magia!
-¿Magia? No digas tonterías.
-No son tonterías, levanta la mano y piensa en una bola de hielo.
Aunque no le creí hice lo que dijo. Una bola de hielo se creó cerca de mí mano y salió disparado.
-¿Cómo... Es que...? No siento dolor, se creó a unos dos o tres centímetros de la palma. En otro momento me habría asustado mucho, pero llegué a la conclusión de que es algún tipo de sueño o algo así.
-¿Por qué lo dices? ¿En qué momento concluiste eso?
-Ya de por sí estar aquí no tiene sentido y además de que estoy conversando contigo.
-Interesante teoría... Si es un sueño... ¿Por qué no te pellizcas? Es lo que dicen en tu mundo. Si te pellizcas, despiertas, ¿No era así?- de repente me mordió la oreja y me dolió.
-¿Por qué hiciste eso?- pregunté molesto.
-¡No despertaste! Eso quiere decir que no es un sueño, ¿O tú qué crees?
-Es verdad... Con un estímulo de dolor debí despertar...- indagaba mirando el suelo. -eso quiere decir que de verdad... Todo esto es real...- frené y miré con seriedad el cielo levantando la mano. -¡No es un sueño, es real y puedo crear un nuevo propósito en mí vida!
Levanté el brazo con la mano cerrada.
-Aquí comienza una nueva vida. Aunque... ¿Qué propósito puedo crear? No tengo ninguna motivación en la vida. Pero si la vida me dio una nueva oportunidad la aprovecharé, de momento sólo caminaré y que sucedan las cosas por sí solas.”
“Es cierto, mí ropa. Tengo puesto otra vestimenta y es una de la época medieval, encima no me gusta, pero qué más da- continué caminando.
-¿No te gusta? Puedes comprarte una nueva.
-¿Cómo?
-Ganando dinero vendiendo plantas medicinales, es la forma más fácil. Hay un pueblo que se llega a tres semanas caminando desde aquí.
-¿¡Tres semanas!? Eso es demasiado.
-No es mucho, verás que con compañía no lo notarás.
-Esto será un reto. Llegar ahí sin morir en el intento, eso... Me aterra... ¿Podré enfrentarme a lo que sea que esté en este mundo? De seguro hay bandidos y asesinos.
-No seas temeroso, Lie. Yo intentaré ayudarte en lo que pueda, ¿Por qué no practicas tu magia usando esas bolas de hielo?
-Bien, ¿Tú qué harás?
-Volveré con algo que te agradará- saltó y se desvaneció en el aire.
-¿Qué mierda? Esto es cada vez más extraño y sin sentido.
Antes de usar ese hechizo pensé en hacer una bola de fuego, pero no salió nada. Intenté con otros elementos y resultó igual.
-Quizás esta magia de hielo es parte de mí, ¿Si intento hacer copos de nieve?- incliné mí brazo derecho hacia delante con la palma hacia abajo. -¿Copos de nieve? Sólo salió un poco, si entreno puede ser que salga más.
Hice varias bolas de hielo hasta caer del cansancio. Miraba el cielo mientras sonreía, sin esperarlo apareció un recuerdo de mi madre sentada en una mesa llorando.
-¿A qué viene eso? Aunque no recordaba verla llorar, quizás haya sido por esa vez... Ahora que me vino eso en la mente, me pregunto qué estará haciendo. También si estará buscándome aterrada por toda la ciudad, ¿Estaré en las noticias? Desaparecí en el subte, eso sí que es una noticia.
Un sonido raro parecía acercarse muy rápido desde el frente. Me levanté enseguida apuntando con ambas manos. El pasto no dejaba que viera bien, así que estaba a mí suerte. El pasto cercano se movía. Se me cruzó por la mente algo filoso y comenzó a salir pinchos de hielo. Se escuchó un chillido.