En Busca de Respuestas(#2 de la saga "Misterio Familiar")

Capítulo Dos

¿Cómo habrán conseguido entrar con esas máscaras? La seguridad de esta universidad es sorprendente, puesto que es difícil, y mucho, entrar con algún objeto corto pulsante o un arma. O algo que tenga que ver con herir a alguien.

Es obvio que han venido por mí. No sé si querrán capturarme, aunque es lo más lógico. Pero la pregunta vuelve a mi mente. Quizás deba haber algún guarda, o más, que les ayude y les haya permitido adentrarse con las máscaras.

Ambos permanecemos de pie observando a los tres que me han llamado. Intuyo que él también se llama como yo.

— ¿Quiénes son? —pregunta confundido.

Doy media vuelta y continúo con mí caminar.

—No es a ti. Es al que se acaba de ir.

Logro escuchar. Pero no me detengo. Agradezco que más personas comiencen a aparecer.

Entro en el pabellón que está marcado con el número 48. Hay más personas, por suerte. Saco mi gorra que guarde en mi bolso y me quito mis lentes. Se me dificulta un poco la vista, pero tengo que correr el riesgo.

— ¿Moisés? —alguien pregunta mi nombre.

Reconozco la voz de inmediato lo cual me sorprende porque, hasta donde sé, ella debería estar en España.

— ¿Nikolett? —pregunto sorprendido.

Me coloco nuevamente mis lentes para asegurarme si es ella. La vista no me falla porque sí, si es ella.

Va vestida de un hermoso vestido rojo que le llega un poco más abajo de las rodillas. Una pañoleta roja, como un lazo cubre su cabeza. Siempre me pareció extraño verla con maquillaje, puesto que ella no necesita de rubor o esas cosas por lo que el color rojizo de sus mejillas es natural. Y ni hablar de sus labios rosa. Aunque siempre he intuido que son casi llegando al rojo.

Nikolett fue la primera novia de Elías por más de tres años. Él era feliz al lado de ella, y viceversa. Nunca tuvieron problemas; realmente eran escasos. No sé exactamente desde cuando él la conoció. Nunca me habló de ella hasta cuando cumplieron su primer mes de noviazgo.

Nikolett es dos años mayor que yo. Al igual que lo era con Elías. Nacida en España y criada en Nicaragua. Después de su promoción de quinto año, dos semanas después viajó a España para estar con su madre, quien es de sangre española pura. Su padre, que en paz descanse, era nicaragüense.

Después de todo, Elías no tuvo malos gustos en escoger sus novias. Lo sé, es un pensamiento divertido.

Por un momento me pierdo viéndola mientras se acerca.

— ¡Vaya! —ríe y me abraza—. No pensé volveros a ver —me sonríe. Su ascenso español persiste aún, ahora más que nunca.

—Lo mismo digo —le devuelvo la sonrisa—. Pensé que estabas en España.

—Lo estuve hasta hace dos meses que regresé —dice dando un paso atrás—. Todo el año pasado estuve con mi madre.

— ¿No era que ibas a estudiar en España? —pregunto—. Es lo que nos dijiste antes de partir.

—Sí, pero...

— ¡Ahh! —alguien grita y todos volteamos a ver al chico que cae al suelo quien se queja del dolor sosteniendo con su mano izquierda su antebrazo derecho. Está sangrando.

¿Qué mierda ha pasado aquí? ¿Cómo es que ha resultado herido? Por un momento olvidé que tres tipos me buscan. Volteo a ver a Nikolett.

— ¿Te parece si lo hablamos fuera de la universidad? —pregunto a ella y comienzo a ver por todos lados.

— ¿Qué os sucede? —pregunta confundida y enarca una ceja.

—Luego te explico.

De lo desesperado que estoy no escucho su respuesta y solo asiento con la cabeza. Tomo su mano y la entrelazo nuestros dedos.

Comenzamos a caminar. El chico herido, según estoy escuchando lo que dicen; está siendo llevado a los doctores que están aquí. Espero y no sea nada grave.

Llegamos a la entrada de la universidad. Hay muchos padres de familia esperando por sus hijos y ¡Cristo! Son demasiados. La calle está que desborda de jóvenes y padres. Será difícil conseguir un taxi. Pero por suerte me permitirá esconderme de esos tipos.

Creo que los he perdido de vista.

***

Quizás sea la primera vez que vea el sector de comida muy lleno, aquí en metro centro, uno de los tantos centros comerciales de la capital.

—Podemos ir a otro lado. No hay problema —dice Nikolett encogiéndose de hombros—. Bien podemos ir a camino de Oriente.

—Debemos de ir allá mejor.

—O podemos ir a mi apartamento. Tú decides.

—Ehm, ¿Por qué exactamente a tú apartamento? ¿Vives sola?

—Es obvio ¿No? —ríe—. Soy buena cocinando, no os preocupéis, no os mataré.

—Está bien.

Nos dirigimos a la parada de buses. Esperamos alrededor de quince minutos. Luego me indica que suba en el bus que se acerca.

Bajamos en otro centro comercial. Éste es Galerías Santo Domingo. Detiene un taxi. Da la dirección. Por lo que me dice no estamos tan largo de su apartamento.

Alejandra está llamándome. Contesto a su llamada mientras nos bajamos del taxi. Soy guiado por Nikolett.



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En el texto hay: suspenso, secuestros, misterio y mas

Editado: 06.05.2020

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