En Busca de Respuestas(#2 de la saga "Misterio Familiar")

Capítulo Seis

—A mí ni me volteen a ver que no miré nada antes de irme ⎯dice Jolene cruzándose de brazos mientras se sienta en el sofá al lado de Carolina.

Hace poco más de quince minutos que han venido los tres. Antes de irme al trabajo, tenía conocimiento de que Ricardo y Carolina irían al médico y de que Jolene quedaría en casa. Lo que no sabía era que no iban a regresar temprano a casa. Mucho menos que Jolene saldría.

No hemos tratado el tema del sexo de bebe en camino. Al menos Jolene y yo no lo sabemos. Estoy curioso de saber cuál es el sexo del bebe.

Aún no he hablado con Ricardo sobre los mensajes que compartí con la desconocida, ahora con el nombre de Atenea.

Después de haber escuchado aquel audio que Atenea me envió (el cual me ha tenido pensando), le afirme que si me veré con ella, el próximo fin de semana. De eso también hablaré con Ricardo, pero sólo con él. Esto para no preocupar a las chicas.

⎯¿Dónde estabas? ⎯pregunta Ricardo. Él permanece frente a ambas acariciando el tabique de su nariz.

⎯Estaba triste ¿De acuerdo? ⎯protesta Jolene con un deje de molestia en su voz⎯. Estaba dormida, pero al levantarme, recuerdos de mis padres acudieron a mi mente, lo cual hizo que llorara porque sé que están secuestrados. ⎯Respira hondo⎯. Salí a dar vueltas por el parque para despejar mi mente. Necesitaba acomodar mis pensamientos.

⎯Lo sé, pero al menos me hubieses informado ⎯espeta Ricardo⎯. De no ser porque te miramos en el camino, no nos hubiésemos dado cuenta. Esto, sin mencionar la llamada de Moisés.

⎯Ahora mi pregunta es, ¿Por qué no me contestaban? ⎯pregunto.

⎯Yo tenía apagado el celular ⎯dice Carolina.

⎯Obviamente que lo lleve por eso respondí a tu llamada ⎯señala Ricardo⎯. Nada más que lo tenía en modo vibración.

⎯Yo lo dejé en mi habitación ⎯espeta Jolene.

Iba a responder, pero el ruido de una de las sillas del comedor moviéndose, me interrumpe. Volteo a ver a Ricardo y éste se mueve en dirección a la cocina. Les digo a Carolina y a Jolene que se queden y voy detrás de Ricardo. Seguro ha de tratarse del tipo que amarre a una de las sillas.

¿Dónde estoy? ⎯pregunta en inglés apenas entramos a la cocina, mientras mira de un lado a otro.

Esto me parece extraño. No parece ser de aquí, por su aspecto y su tan marcado acento estadounidense. Su piel es un beige de tono claro, más claro que el mío. Su cabello, que es liso, es de un color negro bastante voluminoso. De contextura delgada. Sus ojos pintan de un azul marino. No ha de tener más de veinte o veinticinco años.

¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué estoy amarrado? ⎯vuelve a peguntar.

Es una suerte que haya tomado cursos de inglés, de niño. No lo veía necesario, a esa edad, pero ahora veo que si lo es.

Estaba por responderle, pero Ricardo se me adelanta.

Lo mismo nos estamos preguntando ⎯le responde Ricardo.

¿Qué buscabas en esta casa? ¿Quién te envió y por qué? ⎯pregunto cruzándome de brazos.

Nos observa a cada uno aparentemente analizándonos.

¿Dónde me encuentro? ⎯pregunta nuevamente.

Por lo visto, tú no eres de este país. Eso explica que hables a la perfección el inglés y tu tan marcado acento estadounidense ⎯responde Ricardo.

Estás en Nicaragua ⎯le digo. Él abre más sus ojos en asombro.

Esto no puede ser cierto. ⎯Se mueve sobre la silla. Inquieto, desesperado con intenciones de liberarse⎯. Ustedes también hablan inglés. No puedo estar en Nicaragua. No, no, ¡No!

⎯¿Qué pasa? ⎯pregunta Carolina entrando a la cocina colocándose tras de mí. No la escuche entrar⎯. ¿Por qué todos están hablando en inglés?

⎯Él parece ser de Estados Unidos. Su acento y el que hable a la perfección el inglés ⎯señalo⎯, intuimos eso. Es por ello que estamos hablando inglés. ¿Tú hablas inglés?

⎯Por supuesto. Tome cursos del idioma ⎯responde ella.

⎯Yo no, así que me traducen y no aceptaré un no por respuesta ⎯dice Jolene entrando a la cocina colocándose al lado de Ricardo.

⎯¡Suéltenme! ¡Déjenme ir! ⎯grita.

⎯Esto es extraño. Como que una pieza no encaja. ⎯Se mueve Ricardo y se coloca detrás de la isla.

⎯¿A qué te refieres? ⎯pregunta Carolina. El extraño, cansado de tanto estar intentando zafarse, se detiene tomando profundas respiraciones.

⎯No sabe quiénes somos. Niega estar en Nicaragua. Cree que está en los Estados Unidos…

El recuerdo de los mensajes de Atenea, luego de estar con Nikolett, acude a mi mente de una manera rápida e impresionante. “Me han estado buscando y he estado sola en esto. Bueno, ahora estoy sola. Los demás que me ayudaban, todos han sido secuestrados.” Quizás hacía referencia a sus amigos. De ser cierto, entonces estamos en presencia de uno de sus amigos. Uno que de seguro estuvo ayudándole a ella antes de que fuese secuestrado.

Pero, ¿Por qué? ¿Qué hace aquí en casa? Si no ha venido a querer lastimarnos o intentar conseguir información. Entonces, si debe de tratarse de un amigo de ella.



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En el texto hay: suspenso, secuestros, misterio y mas

Editado: 06.05.2020

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