Caroline Johnson había quedado en coma, habían pasado ya dos semanas del accidente y ella no despertaba.
El Doctor Suárez hablo con los padres de Caroline informándole todo lo que estaba pasando con ella.
Cómo era de esperar, Sophia empezó a llorar mucho, Roger, aguantando las lágrimas y dándole ánimos a su esposa.
*Sueños en el coma *
Mi alarma suena avisándome que tengo que despertar. Dirijo mi vista hacia el frente y me doy cuenta de que hay una ropa doblada
¡Cierto! Anoche decidí que iba a salir a caminar todas las mañanas. Me levanto y agarro la ropa deportiva que deje en la silla.
Salgo de mi casa y me dirijo hacia el parque trotando.
Cuando ya estoy en el parque empiezo a hacer ejercicios. Seguro me dolerá todo el cuerpo más tarde.
Cuando termino término de hacer abdominales observo la hora las 9:10 am. El tiempo pasó volando
Empiezo a trotar a mi casa.
En el transcurso de camino me detengo un momento porque no puedo más. Creo que ya no me vuelvo a levantar temprano a ejercitarme.
Sigo mi camino trotando.
Me voy a morir. Necesito una ducha y una cama.
Estaba tan absorta a mis pensamientos que no me fijé que había alguien delante de mí y choqué.
Caigo de culo en el suelo. Siento algo caliente en mi ropa.
Es café.
¡Puta madre!. Sudada y con café en mi ropa.
—Oh por Dios lo siento—dice él
Levanto mi vista y un muchacho con unos lindos ojos me observa.
—No es tu culpa, es mía, iba tan absorta a mis pensamientos que no me fije
—No te preocupes–sonríe —Mi nombre es Alberto.
Me tiende su mano para que me pare del suelo. Que nombre más lindo
Dile tu nombre estúpida, me regaña mi conciencia.
—Un gusto Alberto, me llamo Caroline. Tu camisa está manchada por mi culpa, lo siento.
Él se mira la camisa y hace un gesto con la mano como si no importara
—también estás manchada lo siento
—No te preocupes, me dirigía a casa. Si quieres te doy mi número y me dices cuánto costo la lavada.
Que diga que si, que diga que sí.
Al ver que no dice nada sigo hablando
—Nos podemos juntar y te pago la lavada.
—Okay
Le doy mi número y él lo apunta.
—Hasta luego Alberto –me despido de él
—Cuídate Caroline y ten cuidado
—Lo tendré – sonrío y me dirijo a casa
Tengo que contarle esto a mis amigas Brianna y Rachel