La vida es como todo juego. A veces pierdes a veces ganas y esta vez le toco perder.
Era un 2015 en la ciudad de Seúl. El reloj marcaba las 7:30 pm y durante ese tiempo en un centro deportivo se llevaba a cabo un partido de bascketball. Un joven de 15 años con apariencia llamativa se encontraba en el partido. Kim Ha Neul era un chico de doble nacionalidad; su padre era coreano y su madre mexicana por lo que solía llamar la atención de muchos dentro y fuera del instituto al que asistía. El chico tenía un cuerpo lo suficientemente ejercitado para aguantar los entrenamientos y lucir bien en aquel uniforme que consistía en unos pantalones deportivos cortos color negro con toques rojos, camisa del mismo tono junto a unos tenis. Además de la apariencia que tenía también era considerado uno de los mejores jugadores junto a su mejor amigo y líder del equipo, Song Jin Hae. Ambos se encontraban en el equipo local "Big Shots" compitiendo contra "Los murciélagos" por ir a las nacionales.
Los presentes no eran más que padres y familiares que iban a apoyar con carteles hechos a mano y una que otra bandera, los jueces se encontraban en su podio anotando a posibles candidatos para luego volverlos a evaluar en las nacionales. El cuerpo de Kim Ha Neul lucia exhausto, pero por suerte o azares del destino el árbitro sonó el silbato indicando un descanso de "15 minutos", minutos en los que aprovecho para ir a beber agua y llamar a sus padres quienes no habían llegado.
En casa. Los padres estaban retrasados en el horario debido a que el hijo menor, Kim Dong Seok, terminaba una actividad escolar que debía entregar a primera hora. No podría hacerla al llegar del partido de su hermano mayor ya que sería tarde. El menor de la familia tenía rasgos de su madre sin perder el aura coreana. Los genes de su padre eran fuertes.
-Dong Seok, date prisa. - llamó la madre al menor mientras guardaba unas cosas en su bolso; la señora de la casa era una mujer de nacionalidad Mexicana con una cabellera ondulada color castaño oscuro, piel clara, ojos marrones que se destacaban junto a unas bellas y, largas pestañas y por ultimo y no menos importante en su rostro se veían unos hermosos labios carnosos rosas que dibujaban una bella sonrisa cada vez que sonreía. La mujer había cambiado su nombre a uno coreano siendo este el de Eun Soo tras haberse casado.
- ¡En seguida voy!- respondió el menor del hogar guardando sus libros para seguido tomar una sudadera y encaminarse en dirección a la salida esperando toparse a su madre.
- ¡Eun Soo y Dong Seok! ¡Si no se dan prisa no llegaremos a tiempo para el partido de Ha Neul!.- exclamó el hombre quien esperaba en la puerta impaciente, segundos después recibió la respuesta "Enciende el coche" por parte de ambas personas a quienes llamo, hizo caso, era consciente de que el vehículo debía calentar el motor; el señor de la casa era un hombre de carácter noble y dócil, su apariencia asiática era el centro de atención cuando intentaba hablar con su ahora esposa y madre de sus bellos hijos en el extranjero, trabajaba en una empresa de electrónica reconocida como secretario del Presidente.
>>En un auto dos hombres vigilaban la casa de la familia, vestían de negro y ambos llevaban máscaras que a simple luz no se notaban<<
-Solo dispara en cuanto veas al hombre. - una voz gruesa aparentemente de un hombre mayor señalaba con la mirada el vehículo estacionado a las afueras.
-Ahí viene. - dijo el segundo sacando un arma con un silenciador ya en su lugar.
-Apunta y no falles. -
>>El partido continuaba y los padres no llegaban, el equipo "Big Shots" se encontraba a tan solo un punto de diferencia para acabar el partido y llevarse la victoria. Ha Neul recibió la pelota y por reflejo salió corriendo hacia la cesta de anotación<<
>>El padre estaba abriendo la puerta del vehículo mientras le pedía a su mujer que acelerara el paso, ambos comenzaban a abordar mientras que el menor de la familia llegaba a la puerta principal<<
>>Finalmente la cesta de anotación estaba a unos metros, pero tenía el paso tapado por dos grandes chicos que no lucían nada amistosos [¿Qué hago?] pensó varios segundos mirando a su alrededor y al reloj que solo le mostraba unos segundos restantes. Debía tomar una decisión y pronto.
La pelota paso a manos de Jin Hae y por instinto los contrincantes se giraron para quitársela más el chico volvió a pasarla entregándosela al pelinegro quien estaba en el aire con las piernas flexionadas por el salto realizado, tomó el balón entre sus manos y encestó pasando su cuerpo por sobre los contrincantes.
El silbato sonó al tiempo del marcador indicando el término del partido. Ganaron. La alegría rebosaba entre todos incluyendo al chico, pero esa felicidad fue esfumada en cuestión de segundos al enterarse 'por un profesor' de algo que lo dejó petrificado al instante. Salió corriendo en dirección a su casa o si es que aún podría llamarle así.
- ¿Qué hice mal? ¿Por qué ahora? ¿Por qué yo?. - su corazón latía a cien por hora mientras corría por la acera en busca de su hogar con desesperación.
>>Una ambulancia y varios policías rodeaban la casa, dos cuerpos eran embalsamados<<
Una escena que nadie le desea a otro en su sano juicio. Su corazón se rompía volviéndose añicos, no creía lo que veía. Dos de sus miembros familiares eran llevados por el servicio foráneo. Corrió a la escena del crimen donde unos policías lo detuvieron.
-No puedes pasar, el acceso no está permitido. - hablo un oficial de gran musculatura apartándolo.
- ¡No! ¡Déjeme entrar, mi familia! ¡Son mi familia! - los periodistas se acercaban a preguntar por los hechos, en ese momento el menor aprovecho para entrar.
Corrió a las camillas donde los transportaban y mientras se aferraba a ellos lloraba pidiendo que le explicaran la situación, sentía un desgarre en su pecho por lo que pasaba. Los cuerpos eran grandes, el hombre que los transportaba le pedía espacio para subir las camillas.