Mi tía Lizzy solía decir que la muerte de algunos es el inicio de la travesía de otros, pero… yo creo que esa frase la dirigía especialmente para mí, ella había fallecido marcando a su paso la huella de su ausencia sembrada en mi camino. Para ese entonces yo no lo sabía pero la soledad no fue lo único que me dejo…
Normalmente no me disgustaría usar el negro, pero esta vez es diferente, yo no lo uso por agrado lo uso para conmemorar el recuerdo de mi ser más preciado, esa mujer que vi por última vez en ese ataúd era mi todo, mi sol, mi luna, mis estrellas mis ganas de vivir ella cubría la falta de amor de mis padres, ella lo hizo sin dudar desde que ellos fallecieron aquella noche que quedara grabada en mi memoria hasta el fin de mis días...
Hoy debo reunirme con el abogado de mi tía quien se encargara de repartir sus bienes.
El SR. Stevens era un gran amigo y aliado de mi tía, yo siempre espere que ellos iniciaran una relacion pero nunca paso, supongo que para él debe ser difícil reunirse con migo para entregarme su última voluntad en lugar de venir a casa para beber una taza de té y galletas en la espaciosa y elegante sala escuchando las historias que ella solía contar acerca de majestuosas criaturas mágicas
Me desago de mis pensamientos y subo al auto con lentitud para recorrer las calles en busca del lugar pautado con Edward, con un agrio sabor de boca porque las cosas no siempre son como esperas.
Llegue al lugar de encuentro en unos cuarentaicinco minutos –una de las casas de campo de mi tía, que está algo alejada del centro- al bajar del coche el aire fresco me recibe inundando mis fosas nasales, recorro con la vista el lugar y todo me parece mágico y encantador
_Bianca Montenegro – habla el imponente hombre desde el umbral de la casa, va vestido con un elegante traje gris, resaltando sus duras pero paternales facciones-pequeña ven aquí- dice extendiendo los brazos hacia mí , a lo que yo respondo dirigiéndome a fundirme en su pecho.
Cuando solía hacer esto siendo más pequeña siempre sentía la calidez y la protección que un padre entrega a su hija
_ ¡oh!... Edward, no se que hare sin la tía lizzy- le digo con el rostro bañado en lagrimas
_ Bianca debes ser muy fuerte, sabes que a Elizabeth no le hubiera gustado verte de esta forma a ella le habría encantado que en todo momento vivieras con esa sonrisa tuya que alegra incluso al más desdichado-me dice mientras ingresamos a la sala de la cabaña-pero por ahora vamos a concentrarnos en la entrega de su última voluntad, ¿te parece?
Le respondo con un leve asentimiento sintiéndome incapaz de pronunciar palabra alguna. En la sala de la espaciosa cabaña se encuentra una mesa ratona de un muy elegante porte, repleta de una serie de objetos que evocaron en mí, una curiosidad abrumadora.
_Bianca, antes de morir tu tía Elizabeth dejo todo en orden, incluyendo una serie de cláusulas que deberás cumplir-me mira expectante a lo que yo le doy un casi imperceptible asentimiento para luego poner sus ojos en el documento y continuar- Yo Elizabeth Montenegro en pleno uso de mis facultades físicas y mentales avalando la veracidad de este documento procedo a traspasar a mi sobrina Bianca Estefanía Montenegro la totalidad de mis bienes, convirtiéndola en la heredera universal de mis posesiones. –realmente nunca espere que la tía lizzy dejara en mis manos todas las cosas por las que trabajo tantos años y me sorprendo porque no pensé que confiara tanto en mí. Cuando termina de leer alza sus ojos hacia mí para tomar un sobre de color amarillo y extenderlo hasta mis manos, y decir.-dentro de este sobre se encuentran una serie de cartas que debes leer tal como están indicadas, debes saber que yo no tengo conocimiento de lo que está escrito en su interior lo único que Elizabeth me dijo acerca de ello son las instrucciones para su lectura. Además de las cartas dejo dos cosas mas...
Estaba verdaderamente abrumada no entendía porque tanto misterio con las cartas, pero lo único que puedo hacer ahora es leer la primera y ver qué sucede después.
Pero eso no fue lo que me dejo más sorprendida, ya que los objetos que seguian eran para dejar atónita a cualquiera.
Lo siguiente fue un cofre de color azul rey de terciopelo y forma de corazón, intrigada por saber que contenía le pedí a Edward que lo abriera
_ Lo siento Bianca pero yo no… puedo abrirlo- dijo haciendo especial énfasis en la palabra puedo como si ya antes lo hubiera intentado sin éxito-solo tú puedes hacerlo- concluyó para luego acercarse a un gran maletín negro que se encontraba en el suelo (para ser sincera no había notado su presencia hasta el momento) tomarlo y ponerlo devuelta en la mesa para seguidamente abrirlo
¡Quede en shock!..
Era un carcaj con arco y flechas…