Momento Final

A las 18:53 el sol estaba cerca de desaparecer, salí de mi habitación a buscar a mamá y a su novio pero aparentemente estaban dormidos. Me acerque a su zona de trabajo y allí estaban caídos en sus  respectivos escritorios. El pánico se apodero al instante de mi pero de todas formas tome fuerza y me acerque. Tome sus manos mientras les hablaba, estaban helados, no reaccionaban, su pulso era nulo. Efectivamente se sumergieron tanto en su labor que no se dieron cuenta de lo que pasaba y no calibraron el purificador de casa. Siento como me comienza a faltar el aire, estaba desconcertada. Era una mezcla de saber que era huérfana y falta de aire puro en circulación. Las lágrimas anunciaban su fluido pero retuve. No era momento de caer.

Mamá no estaba y era un gran momento para escuchar sus consejos, necesitaba sus palabras para no llorar. Me concentre en pensar como ella procedería ayuda a tranquilizarme. Solo me inquieta saber que no sufrieron al irse

De un momento a otro vienen a mi mente mis amigos y salgo rápidamente a buscarlos, aunque previamente me pongo doble protección facial y un gorro. Tomo mi patin y salgo. El viento estaba tan fuerte y ciertamente quema bastante  a pesar de usar una campera especial.

Los vecinos están todos fuera de sus hogares, todos lloran y miran a sus alrededores. Me quede tildada observándonos, cuando de repente veo a Tomi corriendo hacia donde estoy. Lloraba intensamente, llega y me toma entre sus brazos mientras observamos como todo arde en llamas. Las olas de fuego en el viento son cada vez mayores. Todo es rojo infierno.

En mi cerebro solo se cruza la idea de que esta vez no hay solución, el final es hoy. Jamás pensé que viviría para ver algo de esta magnitud.

Tome la mano de mi mejor mientras sentía como todo se iba, mientras el calor iba en aumento, mientras que la respiración desaparecía lentamente.

Mi poco oxigeno fue el suficiente para ver cómo la gente a mi alrededor moría, caímos. Lo peor fue ver el momento exacto en que Tomi me dejo, vi arder el mundo casi al punto de explotar.

Me fui con el mundo, fui una pequeña parte de la tierra convirtiéndose en Sol. Sentí el instante en que el apocalipsis tan predicho por los ambientalistas fue tan real e irremediable, hasta para los más grandes científicos de la actualidad.

Nos volvimos llamas y quien sabe cuándo seremos ceniza.