capítulo 1

Desde que podía recordar era prisionera de enemigos de la corona, desde que tenía uso de razón recordaba las enseñanzas de su padre, recordaba el gaelico como si fuese su propia lengua natal, aunque la natal era el español, recordaba a su padre diciendole que una vez jurase fidelidad a su rey, no podía traicionarlo de ningún modo, ya que eso sería una falta grabe para su família, recordaba también que poco antes de cumplir los ocho años su padre le había prometido que la enviaría con su familia escocesa, aunque tenía que decirles highlanders ya que ellos no se sentian escoceses.

Desgraciadamente dos días antes de su octavo cumpleaños un familiar la traicionó entregándola a los enemigos del rey, ella no esperaba eso de esa persona y jamás imaginó que sería capaz de hacerle lo mismo a su padre, por suerte nadie de allí entendia el gaelico y cuando ella sentía que no podía más con la tortura les decía lo que querían saber en esa lengua, eso les enfadaba sobre manera ya que no la entendían.

- Hija mía pase lo que pase no hables, confio en tí se que eres fuerte.

- Padre se lo que me va a pasar para que tu hables, dilo en gaelico ellos no lo entienden y se ofuscan solo de intentar entender lo que se les dice, no os sintáis culpable, puedo con lo que va a pasarme.

- ¿ Estás segura hija?

- Totalmente padre no sufraís ya tendrémos nuestra venganza cuando tu familia venga.

- ¿Van a venir?

- Sí padre, de aquí a tres meses, y a pesar de las maldiciones que me han hechado se han olvidado de algo clave.

-¿De qué se han olvidado hija?

- Dijeron que no podía contarle a la familia lo que había pasado o sufriría las consecuéncias, pero no pensarón en la no familia, como por ejemplo los compañeros de mis hermanos, sus jefes y demás además no dijeron nada de que no pudiese contarlo a la familia en otra lengua, y como bien sabes solo hay una persona más en la familia que hable gaelico, y ese es mi hermano Sergio.

- Bien pensado hija, pero podrás aguantar un mes más de torturas, esa es la auténtica pregunta...

- Lo haré padre, por la venganza lo haré, aguantaria hasta dos años si fuese nescesario.

- Estoy muy orgulloso de tí, mi pequeña guerrera de las tierras altas.

- Gracias padre, crees que tu familia me aceptará una vez me conozca.

- Hija cualquiera de ellos te adorará, eres especial, tu abuela estará como locacontigo, eso sí cuando ella sepa lo que te han hecho se derramará mucha sangre, solo por el hecho de que tienes dos de los dones más poderosos de su familia extinta.

- Bueno por lo menos no tendré que preocuparme por que alguien de tu clan me rechace.

- Eso seguro, no querran ver a mi madre enfurecída, ni si quiera mi padre se atreverá a contradecirla ya que sabe lo peligroso que eso es.

- Padre ya vienen recuerda solo hablemos en tu lengua natal.

- Por supuesto hija.

Esther llevaba exactamente 10 años prisionera, siendo torturada y haciendola combatir contra hombres tres veces más fuertes que ella, pero no le importaba su padre había muerto hacía dos meses y ella sabía que tenían que venir los escoceses, ella sabía que acababan de llegar a puerto, y sabía que en tres días más estarían por la zona y podría pedir auxilio para ella y sus amigas así que aunque ya estaba bastante mal no le importó aguantar un poco más, dentro de poco serían libres las 5 estaba segura de ello, sabía que aunque no la conociesen por el simple hecho de hablar su idioma no la dejarían sin cuidado y protección a esos bastardos les faltaban tres días para saber lo que era enfertarse a alguien tres o cuatro veces más fuertes que ellos. y eso la animaba a aguantar todo lo que le hiciesen en esos tres días, nada sería peorde lo que le habían hecho el día que mataron a su padre.

Pasaron dos horas era ya de noche y ella soñó con un hombre alto de pelo largo negro como el carbón y unos ojos marrones como el de los lobos y empezó a hablar con él, de repente el hombre le preguntó quien era y como había llegado a sus sueños.

- Mi nombre es Esther, soy hija de Iain MCKintoch, mi familia highlander no me conoce, pero necesito de su ayuda, dentro de tres días después de torturarme me sacaran a pelear contra 10 hombres mientras tienen cautivas a mis amigas, si fallo esta vez las mataran yo jamás podré perdonarmelo, las he protegido por ocho años pero no puedo más estoy muy débil después de diez años de tortura, hace dos meses mataron a mi padre delante mio, no pude hacer nada por protegerlo ya que me tenían encadenada a una cama y no pude evitar el golpe fatal a mi padre, lo único que puedo decirte, es que mi padre me dijo que mi abuela estaría orgullosa de mi y que estaría más que dispuesta a dar caza a estos hombres, ya que yo e heredado dos de los dones más fuertes de su antiguo clan el cual desapareció sin dejar más rastro que mi abuela, los dones por si te lo preguntan son los siguientes, soy protectora de las fades y hadas, y al mismo tiempo se donde está cada miembro de mi familia y que hacen en todo momento, seguramente ahora mi tío mayor que ya es el Laird estará con su hijo entrenandole.

Justo en ese momento el MacKeltar se despertó, no lo pensó ni dos veces a pesar de que su clan era enemigo del clan de la chica que había contactado con él, así que quería averiguar que estaba haciendo el jefe del clan, y efectivamente como le había indicado Esther estaba entrenando a su hijo, se acerco dandose a conocer...