Se escucha un silencio en la habitación después de que él acabó de leer la carta que había caído. En ese instante, deseaba que la Tierra me tragara y me escupiera lejos de esa habitación.
- L? Bueno, sería la inicial de tu nombre. - B?... Mi primer amor.
Me acosó a preguntas, tras preguntas, y empecé a sudar de la vergüenza. "Eh, no es una carta de Lilibeth para Benetti, un libro que leí y me gustó mucho lo que decía".
Me quedo viendo nuevamente con esos ojos que parecen estrellas brillando en la oscuridad. Cada que me veía así, me perdía en el tiempo.
"¿Segura? ¿O es para alguien? ¿Ya me cambiaste?" En cada pregunta, se acercaba más, intentando invadirlo a el y asu preguntas por esquivarlo me tomo la mano, giré y caímos a la cama.
Mi barbilla estaba sobre su pecho, y mis ojos observaban sus labios, que decir de su aroma diría que era oler el paraíso.
Intenté levantarme, porque mi cuerpo y mente gritaban que lo besara. En esos momentos, me abrazó fuerte. "¿Si escuchas? Ese es mi corazón latiendo por ti".
Abrazó mi cintura con su brazo y, de un giro, me voltió. Y estaba encima de mí; lo arropé con mis piernas fuertemente y volvió a dar un giro más.
Ahora estaba encima de él; intentaba pararme, y me sento de un solo también con su mano apartó mi cabello y Con su dedo índice, empezó a bajar hacia mis labios; iso que tragara saliva tan fino como nunca lo había hecho; mi respiración aumentaba más y más, cada que me acercaba a su cuerpo.
Sus intenciones eran claras, tanto como él y yo estábamos en un viaje sin retorno que empezó sin darnos cuenta.